martes, 26 de febrero de 2013

El garaje que levitó

Teddy Bix, de Albany, Nueva York, se encontraba limpiando sus instrumentos de pesca en su portal.

Teddy, era un aficionado a los deportes y acababa de comprar una especie de garaje portátil de aluminio donde guardaba todos sus utensilios. Nuestro protagonista se encontraba mirando su nueva adquisición cuando de repente, una especie de explosión sorda se dejó sentir en el aire. Teddy miró en derredor creyendo que algún avión se acaba de estrellar contra el suelo pero con lo que se encontró fue con su propio garaje elevándose en el cielo lentamente y en forma horizontal.

Una vez que alcanzó cierta altura, el garaje empezó a ejercer un ligero balanceo tras lo cual se agitó violentamente a unos cincuenta pies de altura, para terminar echo pedazos como si una mano invisible la hubiese estrujado con una fuerza titánica y arrojado al suelo convertido en minúsculos pedazos.

En ese instante, William Rider, vecino de Teddy, volvía de su trabajo y vio el fantasmagórico suceso. Más tarde diría:

“Casi no podía creer lo que veía. Allí estaba el garaje de Teddy en el aire sobre mi cabeza. Sólo me dio tiempo de cerrar la ventanilla del auto antes de que comenzara a caer una verdadera lluvia de metales rotos en los alrededores. En ese momento tuve la seguridad de que había algo en este mundo que nos controla aún cuando no podemos verlo.”

Quizás William Rider tuviera razón.

El hombre fuego

En el volumen primero del libro escrito en alemán, “Deutche Sagen”, se encuentra una curiosa anotación sobre la presencia de un hombre en llamas que fue visto en el distrito de Freinstein. Veamos qué dice esta extraña reseña:

En este año del señor de 1125 un hombre en llamas rondaba por las montañas como una aparición. Era la medianoche exacta y el hombre corría de un abedul a otro, poniéndolos en llamas. El vigilante dijo que era como un fuego encendido. Así se comportó durante tres noches, y luego ya no más. Georg Miltenberger, que vivía en un campo de lúpulo cerca de Railbach, en el distrito de Freinstein, explicó: “En la primera aparición, la noche del domingo, entre las once y las doce, lejos de mi casa, vi a un hombre todo encendido en llamas. Se podían contar todas las costillas de su pecho.

Él continuó su camino de un mojón a otro hasta que, después de la medianoche, se desvaneció súbitamente. Muchas personas quedaron aterrorizadas por su aparición pues por la nariz y la boca exhalaba fuego al mismo tiempo que corría de acá para allá en todas direcciones”.

Esta historia tan chocante, la podrán encontrar también en el libro de John Keel, “El Enigma de las Extrañas Criaturas”.

sábado, 23 de febrero de 2013

Freud y la paciente telépata

El psicoanalista Sigmund Freud, cita el caso de una paciente checa refugiada en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Cierto día de 1939, la mujer se sintió angustiada y desesperada, sin que mediara razón alguna, y “supo” que su madre, que todavía vivía en su país, había muerto. Todos los intentos de su marido y familia por tranquilizarla fueron en vano y ella persistió en su actitud.

Transcurridos dos días de aquel “fuerte presentimiento”, recibió un telegrama de su país natal donde le confirmaban la tragedia. Teniendo en cuenta las siete horas de diferencia que existen entre Praga y Nueva York, tanto la paciente de Freud como su esposo pudieron constatar que el momento de la angustia de la mujer coincidía con el preciso instante de la muerte de su madre.

¿Es esto puro azar?

Monje fantasma ronda en el convento de Izamal

La Ciudad de los Cerros es rica en leyendas y fenómenos paranormales, tanto recientes como del pasado.


Izamal es considerado un Pueblo Mágico de México desde hace varios años, destaca por sus calles empedradas, el imponente convento de San Antonio de Padua, sus cerros en pleno centro histórico y sus casas amarillas, pero para los amantes del misterio, déjenme decirles que esta ciudad es muy rica en leyendas y casos actuales sobre fenómenos paranormales.

En los últimos nueve años he visitado en más de 20 ocasiones esa ciudad (ubicada a una hora de Mérida) para realizar investigaciones, sustentadas incluso por testimonios de autoridades municipales y policiacas, que han sido testigos directos de casos sorprendentes... pero vayamos por partes.

En cuanto a evidencias de fantasmas, dos de ellas sobresalen: la del fantasma de un monje que fue captado por un turista de Mérida mientras visitaba el convento franciscano, y el del alma en pena de una persona que se ve levitando junto a un automóvil que momentos antes había volcado en la carretera a Kantunil y fue captado por el director de Protección Civil del ayuntamiento.


En el primer caso, tras hacer una investigación a fondo descubrí que en primera instancia la foto es real, no tiene trucos ni montajes, y también son varias las personas, tanto nativas de Izamal como turistas, que han visto a este monje fantasmal rondando por los interiores y el exterior del convento.

En cuanto a la foto de la carretera a Kantunil, la imagen fue auténtica y se ve a un señor con gorra parado al fondo, a unos metros el vehículo siniestrado.

La imagen fue captada a plena luz del día y el entonces director de protección civil, Gabriel Cruz Bacelis, me aseguró que no había nadie más con ellos; con el paso del tiempo descubrí que las manifestaciones paranormales en ese tramo carretero son frecuentes y se afirma que es por un trailero que murió quemado en esa zona.
Pasajera fantasma

También se ha visto rondar en las calles de Izamal a la llamada “pasajera fantasma”, una joven que murió ahorcada y que pide aventón a los caleseros e incluso a la policía, se sube al vehículo y minutos después desaparece; las autoridades han identificado esta manifestación.

En la llamada calle de “El venado” también circula la leyenda de un pordiosero que se manifiesta convertido en ese animal, mientras que los casos de aluxes tampoco pueden faltar, ya que han sido vistos en diversas calles y sobre todo en los cerros y pirámides de Izamal.

No cabe duda que para hablar de todos los casos que ahí ocurren necesitaríamos muchas páginas, más adelante les estaré platicando sobre casos específicos que he investigado en la Ciudad de los Cerros.

En tanto, si usted tiene oportunidad de visitar este municipio le aseguro que no se arrepentirá, ya que independientemente de los fenómenos paranormales y leyendas de terror, es un sitio muy agradable.

Fuente

miércoles, 20 de febrero de 2013

Freddy Krueger... ¡existe!


Todo el mundo, hoy en día, conoce ya al famoso personaje del celuloide, Freddy Krueger, y su gran afición a martirizar a jóvenes estudiantes con su guante de garras afiladas y su cara mutilada por el fuego; sin embargo, pocos saben cómo se originó el personaje en la mente de su director y guionista, Wes Craven, y cuál fue su fuente de inspiración para crear al incombustible personaje de la saga "Pesadilla en Elm Street".

Cuenta el director, que una noche, siendo niño, vio a un hombre extraño rondar su casa, cuyo aspecto le asustó tanto, que durante muchos años estuvo apareciendo en sus sueños. Cuando imaginó a su personaje, pensó en aquel hombre motivo de sus pesadillas, y le otorgó las mismas características y altura.

El nombre, Freddy Krueger, se lo dio recordando a un niño, de igual nombre, que le hizo la vida imposible estando en el colegio. Sin embargo, existe algo más que ya no forma parte de unas simples pesadillas infantiles. Wes Craven, quiso rodar un filme inspirado en un extraño suceso ocurrido en Los Ángeles: Un grupo de jóvenes se negaban a dormir; cuando por fin lo hicieron, murieron en circunstancias muy raras, aún no aclaradas. Esto dio a Craven, según sus propias palabras, la idea de "Pesadilla en Elm Street".

Por desgracia, no hemos podido averiguar dónde y cuándo exactamente ocurrió este hecho, pero si Wes Craven lo dice, suponemos que debe corresponder a un caso real. ¿Existirá entonces, realmente, el brutal y sanguinario, Freddy Krueger?

El budín que reaparecía una y otra vez

Henos aquí ante otra de esas historias que nos dejan de una pieza y nos hacen plantearnos, seriamente, la posibilidad de que el tiempo y el espacio no sean como nos lo han contado. La historia no es contada por el siempre extraordinario astrónomo, Camille Flammarion, en su libro “L´Inconnu et les problèmes psychiques”.

El señor Deschamps, siendo un muchacho, recibió en su casa de Orleáns un trozo de budín de ciruela, cuyo sabor le entusiasmo desde un principio. El trozo de tarta le fue enviado por M. Fontgibu.

Transcurridos los años, el joven, ya un adulto, entró en un restaurante parisino y encontró que en el menú del día se incluía el pudín de ciruela que tanto le gustó siendo niño. Sin pensárselo dos veces, se apresuró a pedirlo.

-Lo siento señor –le dijo el camarero, discretamente-. El último trozo que nos quedaba le ha sido servido a M. De Fontgibu.

¡M. De Fontgibu! El mismo hombre que le había enviado, en su juventud, la tajada de pudín, y del que hacía tanto años que Deschamps no sabía nada.

Pero el asunto no estaba destinado a quedarse ahí. Muchos años después, el señor Deschamps fue invitado una tarde en casa de una señora, la cual anunció que tendría un postre muy especial y exquisito. El postre: pudín de ciruela.

Deschamps se sonrió, y les contó a los demás invitados la extraña coincidencia con ese delicioso postre; luego, añadió: “Y ahora, solamente nos falta a M. Fontgibu”. En el mismo instante en que esto decía, la puerta se abrió y un achacoso anciano hizo su aparición en la sala, disculpándose por la tardanza. Aquel señor no era otro que M. de Fontgibu, que también había sido invitado a la velada y que había equivocado la dirección.

Estoy convencido que esta historia no es nueva para usted. Si analiza concienzudamente su propia vida, descubrirá que esto mismo, o algo similar, le ha pasado también a usted. Nuestra vida está cargada con estas “aparentes” casualidades que nadie, hasta el momento, ha sabido explicar. ¿Seremos nosotros, y no un ente ajeno, el que le da sentido a nuestro mundo?

martes, 19 de febrero de 2013

¿Existen las casualidades?

Hemos hablado mucho sobre los casos recopilados por el siempre genial Camille Flammarion. Pero este astrónomo, aficionado a los temas esotéricos y a las historias de fantasmas, dejó escrito en si libro “Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos” una curiosa situación ocurrida en su propia carne.

Sucedió mientras escribía su libro “La Atmósfera y los Grandes Fenómenos de la Naturaleza”. Ocupado en un capítulo dedicado a las borrascas, un fuerte golpe de viento abrió de par en par la ventana de su estudio, revolviendo todos los papeles que tenía sobre la mesa y haciendo que el capítulo que acaba de escribir saliera volando hasta la calle.

Su sorpresa llegó cuando, unos días más tarde, su editor le envió las pruebas del capítulo que el viento se había llevado. Curiosamente, los papeles perdidos por Flammarion habían ido a parar a una calle donde casualmente su editor pasaba con el coche. Éste, extrañado al encontrarse un montón de papeles tirados en el suelo, descendió del coche, recogió las hojas y las llevó a la editorial para recomponer el documento.

¿Existen las casualidades? Uno está tentado en pensar que no.

El faro maldito

En los archivos de la prefectura de la isla Fannam (Inglaterra), encontramos una historia de lo más extraño. Fecha del suceso: 15 de diciembre de 1900.

Nos encontramos en la isla Fannam, a 70 millas marítimas de las islas Hébridas, en el antiguo faro de Eilan Mor. En el faro, inaugurado un año antes, se encontraban a su cuidado cuatro hombres, llamados Ducat, a la sazón el jefe, y los auxiliares Marshall, Moore y Mc Arthur.

Para entonces, 15 de diciembre, Moore se disponía a disfrutar de una vacaciones, cuando una tormenta se abalanzó sobre el lugar impidiendo a éste iniciar su merecido descanso. En plena tormenta, Moore descubrió preocupado que el faro se hallaba totalmente apagado a pesar de que allí se encontraban sus compañeros. Los gusrdias costeros también se dieron cuenta, y una nube de incertidumbre pasó por la cara de todos.

Cuando la tormenta amainó, el barco "Hesperus", que traía alimentos, regalos y correspondencia para los hombres del faro, partió hacia allí con Moore y una dotación de la prefectura, para intentar descubrir qué había ocurrido. En el camino, los hombres del Hesperus lanzaron llamadas al faro que no fueron respondidas por nadie. Esto hizo que la preocupación fuera en aumento.

La lancha, comandada por el capitán Helman, atracó en una dársena cercana, y en sus oídos, los visitantes, sólo recibieron el silencio más sepulcral. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Dónde estaba la gente del faro? Moore se mostró especialmente afectado y comenzó a aporrear la puerta cerrada con sus manos. Dentro, no se oía a nadie. La decisión fue unánime: había que derribar la puerta.

En el interior todo estaba en orden y nada indicaba que hubiese ocurrido ninguna desgracia; sin embargo, descubrieron que el reloj, que de normal siempre funcionaba, estaba detenido en las 9:30 H.

En las habitaciones, todo estaba tal y como Moore lo conocía. Un marinero trajo el diario del jefe Ducat, y vieron que la última anotación era del 15 de diciembre a las 9 H.

Moore, subió entonces a la tortea, único lugar que quedaba por revisar, y allí tampoco descubrió nada. En la isleta, ni una huella de sus compañeros.

Mientras los marineros del Hesperus regresaban, Moore quedó encargado de encender el faro hasta que días mas tarde varios oficiales de la Real Armada Británica fueron al lugar, con la misión de realizar una concienzuda investigación.

Encontraron que los equipos para lluvia no estaban, excepto el de Mc Arthur, que se hallaba en su sitio en el armario. La grúa del muelle, de más de dos toneladas de peso, y fijado al suelo de cemento, había sido sacudida, y una caja de herramientas perteneciente a esa grúa había sido forzada contra la roca.

Las teorías vertidas en el asunto fueron, como suele ocurrir en estos casos, muy variadas. Se pensó que probablemente uno de los funcionarios del faro pudo caer al agua y en un intento por rescatarlo, sus compañeros se ahogaron con él. No obstante esta teoría no se ajusta a la realidad pues en los costados del muelle existían suficientes salvavidas y sogas para intentar un rescate seguro. Se habló también de la posibilidad de que uno de los hombres se volviera loco y asesinara a los demás; pero tampoco esto se sostiene pues no existían indicios de lucha y cuanto menos de sangre.

Lo cierto es que jamás se volvió a saber de los desaparecidos, ni el mar devolvió los supuestos cadáveres de los tres hombres. El misterio de su desaparición nunca pudo ser aclarado y los tres hombres, Mc Arthur, Ducat y Marshall, pasaron a engrosar la lista de los evaporados en extrañas circunstancias (VER, EL MISTERIOSO MARY CELESTE).

Como dato añadido, diremos que Moore, el único superviviente de la dotación del faro, se volvió loco un año más tarde, mientras permanecía de guardia en el faro maldito. ¿Acaso fue testigo del hecho inusual, responsable de la desaparición de sus antiguos compañeros?

Los habitantes de las islas Hébridas, siempre creyeron que los duendes fueron la causa de tan misterioso asunto.

lunes, 18 de febrero de 2013

Apareció la cara de Cristo sobre el portón de una casa

 Argentina. La imagen apareció el lunes pasado sobre la pared, arriba de un portón, en Villa Chartas. El dueño de la casa dice que vivió siempre ahí y nunca había notado nada. Pero esta vez la visión fue más fuerte que el escepticismo de los vecinos, e incluso se repitió a lo largo de la semana. En Salta, el relato de una periodista local confirmó la noticia. Algunos hablan de varios rostros, incluso de seres completos, pero dolientes y hasta perturbadores.

“El rostro que vi desde la vereda de la familia que lo descubrió, fue el de Cristo. (…) El ojo izquierdo permanecía en sombras y como si estuviese amoratado, mientras su par, el derecho, estaba cerrado, como si durmiera. La nariz se dibujaba perfectamente sobre unos labios que aparentemente estaban cerrados, y desde otra posición para observar, parecen abiertos. Sobre la cabeza, se ve la formación de espinas, posiblemente por las hojas de los árboles. Pero la imagen era visible, patente y clara”, describió la periodista de Salta 21.

Claudia, una vecina del lugar, dijo que años atrás, por las noches, se veía a un hombre de negro, sin rostro y con un sombrero oscuro, parado en la puerta de la vivienda donde se dio el fenómeno. Belén, otra vecina, recordó que hace muchos años se suicidó un policía que vivía al lado de la casa. Y que se escuchan ruidos extraños.

La fuerza del fenómeno generó distintas sensaciones, pero primó lo positivo. “Sentí algo así como tranquilidad y me quedé observando durante casi 3 horas”, sintetizó uno de los testigos.


“Pese a mi escepticismo, doy fe que la imagen-mural no es una alucinación y que sus formas, coinciden con el rostro de Cristo. Al menos en apariencia lo es. Cuando la percepción aumenta y se agudiza la vista, aparecen más rostros y hasta cuerpos, y la “lectura” se vuelve casi aterradora. Una mezcla rara de imágenes de seres ambiguos, como si mostrasen los dos planos conocidos como el bien y el mal en una conjunción de formas perceptibles con un trabajo de observación”, cerró la periodista.

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domingo, 17 de febrero de 2013

El fantasma que arrojaba piedras

En esta historia, que pasamos a relatar a continuación, volvemos a la crónica del extraordinario explorador inglés, P. H. Fawcett, "A Través del la Selva Amazónica". En esta ocasión, nos cuenta cómo, en 1911, estando en una aldea llamada Curva, cerca de Pelechuco, Bolivia, para delimitar la frontera entre Perú y Bolivia, se encontró con un hombre (un germano-boliviano de nombre Carlos Franck) que le contó una extraña historia en referencia a un fantasma local. Conozcamos el relato de boca del propio Carlos Franck, cuando éste hablaba con Fawcett:

"Viviendo en estos lugares retirados, muy próximos a la naturaleza y lejos de la precipitación y bullicio del mundo exterior, se experimentan cosas que un forastero puede considerar fantásticas, pero que para nosotros son comunes. Le contaré una historia (...) que usted podrá comprobar fácilmente pues ocurrió la semana pasada.

¿Ha observado una choza solitaria, al costado del sendero antes de llegar a Pelechuco? ¿Sí? Pues bien, estaba ocupada por un funcionario de aduanas que vivía solo, acompañado únicamente por un sirviente nativo o pongo, al que trataba terriblemente mal. Era una cosa sorprendente que el pongo permaneciese con él, pero tal vez había una razón que nosotros ignoramos. El caso es que el funcionario sorprendió a su sirviente cometiendo raterías, lo amarró, le pasó una cuerda debajo de los brazos y lo descolgó, desde el puente de piedra frente a su casa, dejándolo justamente sobre la catarata. Se cortó la cuerda y el pongo cayó al rugiente torrente, que lo arrastró hasta la catarata y se ahogó.

Tres noches después, el funcionario estaba sentado en su cabaña, con las puertas y las ventanas cerradas, cuando una piedra golpeó la muralla detrás de él y cayó al suelo. Se levantó alarmado, y por un instante pensó que alguien había lanzado una piedra desde afuera contra la cabaña, pero la piedra estaba allí sobre el piso, en el interior. ¿Cómo pudo haber entrado? Entonces otra piedra, una grande, cayó con estrépito sobre la mesa, e inmediatamente se oyó un ruido de cosas que se hacen añicos al caer una tercera en medio de su loza.

Cogió el rifle y voló a abrir la puerta, listo para disparar a cualquier movimiento que notase en la oscuridad. Su radio visual era bastante limitado, pero apenas tuvo tiempo para volver la cabeza, cuando una piedra lo golpeó en la frente. Tambaleándose, retrocedió, mientras la sangre le afluía de una gran herida, y cerró con estrépito la puerta.

Al día siguiente, vino a mi casa a solicitar ayuda. Juntos bajamos a la choza y me mostró las piedras en el piso; eran guijarros de río del tamaño de su puño. Lo acompañé hasta el atardecer, y en cuanto oscureció comenzó otra vez el lanzamiento de piedras. Parecía que los guijarros venían derechos a través de la ventana con los postigos cerrados, o de la pared delantera e iban dirigidos al funcionario, como si viniesen de gran distancia. Asombrado, y para decir la verdad, asustado, murmuré: "Es el diablo el que está haciendo esto", y en el acto las piedras comenzaron a venir dirigidas a mí. Me fue absolutamente imposible explicar el misterio, y tan increíble es todo, que no espero que usted pueda creer esta parte de la historia. Yo tampoco lo creería, si no me hubiese encontrado allí como testigo ocular.

El funcionario no pudo seguir viviendo allí, y durante tres meses quedó la choza desocupada, pero durante ese periodo, varios aldeanos temerarios bajaron a ella, para presenciar por sí mismos el lanzamiento de piedras, ¡y lo vieron! Puede interrogarlos si gusta. Entonces, sólo en la semana pasada, un calahuaya (gitano andino, y hierbero) visitó Pelechuco y se le pidió que apaciguara al fantasma. Quemó hierbas en el umbral y cantó durante algunas horas inteligentes mantras; después embolsó sus honorarios y se marchó. Desde aquel día no arrojaron más piedras y el funcionario está viviendo allí otra vez".

Las historias de apedreamientos por parte de fantasmas, se encuentran en casi todas las culturas y épocas; su frecuencia es tan insistente, que se podría escribir un libro entero sólo con ellas. El propio Fawcett, nos cuenta más adelante, en su crónica, otra historia de similares características, que le fue referida por el vicario de Jauja, en el Perú central.

"(El vicario) me contó que él fue llamado a ahuyentar un ánima que bombardeaba a un trabajador cholo y a su familia, en una choza en los lindes de la ciudad. Todo había sido golpeado por las piedras y una niñita tenía magulladuras en todo el cuerpo. Lo más extraño era que las piedras lanzadas venían de una distancia considerable, pues eran de un tipo que no se encontraba en un radio de muchas millas de Jauja. El vicario fracasó por completo en poner fin a las apariciones. No sólo estaba atemorizado, sino que se encontraba ante algo no reconocido ni previsto en su religión. Con el tiempo, el fantasma cesó sus actividades y la paz volvió a reinar en la choza. Jamás se pudieron indicar las razones de este extraño suceso". (sic)

Más adelante, contaremos alguna historia más sobre los misteriosos apedreamientos fantasmales.

El fantasma y los sueños

Hola, me llamo Judith. Sé que quizás esta historia no sea muy interesante para algunas personas, pero solamente quiero contarles lo que a mi me sucedió.

Soy una mujer de 25 años, originaria de Jalisco, México. Cuando tenía 17 años empecé a soñar con una joven que siempre me llevaba flores. Era siempre un ramo de flores blancas. El tipo de ramo es como el que envían a los difuntos para su velación. Siempre al verla en el sueño, me daba miedo, pero sabía que algo me quería decir. Después de soñarla casi todos los días, durante un mes, decidí buscar al padre de la parroquia que se encuentra cerca de mi casa para preguntarle que hacer, a lo que él me contestó que quizás era mi ángel que me quería proteger, o algún alma del purgatorio que quería que le cumpliera algún favor que no pudo hacer en vida. Me aclaró que si era lo segundo, le mandara oficiar una misa para que descansara en paz. Y así lo hice. Le mandé oficiar una misa por las dudas.

Sin embargo la seguía soñando. A veces descansaba una semana, pero seguían tres. Y así paso un año. Justo una semana antes de cumplir los 18 años, entré a trabajar como empleada doméstica a la casa de un Abogado. A los pocos meses de trabajar allí, llegó de visita una hermana de la señora que provenía de la Ciudad de México, pues había ido a visitar a una tía porque su hija había muerto hacía poco más de un año. La chica y yo nos hicimos muy buenas amigas y me empezó a contar la historia de Carmen, su prima.

Esta chica tenía 17 años cuando falleció. Se suicidó. La causa no la supieron nunca, solamente un día apareció muerta en su habitación con las venas cortadas. A mi me entristeció mucho su historia, y me dijo que traía una foto de ella ya que era muy bonita y en vida era muy agradable. Pero al ver la foto sentí un escalofrío por todo el cuerpo. Carmen era la chica que yo he soñado desde el día de su muerte, el 2 de abril de 1993. Hasta la fecha no sé qué mensaje quiere darme. Le he pedido que me lo diga en sueños (pues presente creo que no lo resistiría), pero no me lo dice. Desde que la hermana de la señora me contó su historia, la soñé un mes seguido, todas las noches. Después, sólo cuando tengo algún miedo o algo muy importante que hacer.

Ahora sé que ella sólo está aquí para cuidarme y no darme ningún mensaje. Ya no me quiere dar ramos de flores porque sabe que les tengo mucho miedo, porque es la forma en la que ella se presentó a mi. Ahora, cuando la sueño, solamente me da una sonrisa y eso quiere decir que las cosas van a mejorar.

Gracias por dedicarle un poco de su tiempo a esta historia. Atentamente: Judith.

sábado, 16 de febrero de 2013

Fotografías de "extras"

Desde mediados del siglo XIX, la fotografía de espíritus o fotografía psíquica , fue una rama fundamental de la investigación parapsicológica. No sólo se fotografiaban humanos fallecidos, también objetos invisibles con ayuda de los propios espíritus, o, como propusieron varios investigadores, gracias a las capacidades de los fotógrafos.

Una serie muy especial de estas imágenes fueron llamadas “extras” y consisten en la aparición de figura de origen paranormal que aparecen en las fotografías además de los objetos fotografiados.

Para los creyentes en la vida después de la muerte la explicación más lógica reside en que los fallecidos quieren demostrarnos la realidad de la existencia de un alma que continua tras llegado el final de la vida en este mundo. No obstante, toda una rama de la investigación psíquica defendía el punto de vista basado en que estos “extras” se producían por la llamada “psicokinesia”; es decir, la influencia de la mente sobre la materia. Así, los pensamientos de los mismos fotógrafos quedaban registrados en las placas y negativos de sus cámaras.

Hoy en día nuevas explicaciones prometen llegar a una comprensión mucho más real de este fenómeno. El mejor ejemplo es el de nuestro compañero Francisco Máñez. En la serie de investigaciones realizadas para confirmar o refutar la teoría del colapso, Máñez trabajó en el tema de las psicoimágenes (imágenes obtenidas en monitores de televisión) obteniendo los mismos resultados observados por la parapsicología en las fotos psíquicas durante más de un siglo, pero, claro está, gracias a los modernos sistemas técnicos, acelerando la obtención de resultados.

Resumiendo excesivamente sus ideas, estas imágenes se formarían debido a que cualquier sistema que dependa en grado sumo del azar o sea completamente caótico, siempre tenderá hacia formas reconocibles para la mente humana.

Su teoría del colapso ha dado mucho que hablar en estos años dentro de la parapsicología, prometiendo hallar explicaciones a múltiples preguntas que van más allá de los propios fenómenos paranormales.

Aquí os presentamos dos ejemplos de fotografías psíquicas para que los lectores puedan juzgar. Para que puedan ser observadas con detalle y, de este modo, formaros una opinión con estas imágenes:


Esta primera imagen fue entregada por una respetable viuda de Washington D. C. al escéptico sacerdote Carlos M. de Heredia. Tras pasar siete meses desde la muerte de su marido, durante una comida en el campo, uno de sus hijos realizó esta fotografía. Cuando fue revelada uno de sus nietos exclamó "abuelita, aquí está mi abuelito".


El mariscal inglés del aire Sir Victor Goddard, autor del libro Vuelo hacia la realidad, conservaba esta extraña foto. Tras la última hilera de hombres retratados en el grupo apareció una cara que fue de inmediato identificada como la del aviador que pocos días antes había hallado la muerte al pasar bajo la hélice en marcha de un avión.

Una británica descubre un fantasma en las ruinas de una aldea en los mapas de Google


Fiona Powell, residente de la ciudad de Bristol (Reino Unido) que estudiaba los alrededores de su oficina en mapas de Google, descubrió en las ruinas de una antigua aldea la sombra de una figura humana, según informan los medios locales.

Así resulta que los mapas de Google pueden mostrar no solo objetos misteriosos en el desierto chino, sino también fantasmas.

Fiona Powell, de 38 años, ha declarado que siempre fue muy supersticiosa y se ha interesado por varios fenómenos paranormales. 'El fantasma' fue descubierto por la mujer, una apasionada por la etnografía territorial de la aldea de Charlton que existía hasta 1946.


Después del incendio que devastó la aldea en 1946, todos los habitantes locales fueron evacuados y más tarde en las ruinas construyeron el aeropuerto de Bristol Filton.

"Obviamente el fantasma podía aparecer solo ahí. Mirando la figura grabada por los mapas de Google, parece que está mirando con atención lo que algún día fue su casa", declaró Fiona Powell. Por ahora los geógrafos no han hecho ningún comentario al respecto.

La historia de Charlton data del siglo XVII, donde estaban situados un castillo de señores feudales, granjas, una iglesia, una taberna y algunas decenas de viviendas. El aeropuerto construido en la segunda mitad del siglo XX fue cerrado el año pasado, lo que provocó un gran aflujo de arqueólogos. Las autoridades locales planean construir en este terreno un nuevo pueblo llamado Charlton Hayes.

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viernes, 15 de febrero de 2013

Explosiones sin explicación racional

El 12 de diciembre de 1951 en Dallas, Texas, se produjo una fuerte explosión que causó roturas de cristales y que zarandeó muchos coches, según describieron los automovilistas que presenciaron el hecho. La Policía local y el propio F.B.I. realizaron una exhaustiva investigación sin llegar a ninguna conclusión. Se controlaron cuidadosamente todas las instalaciones militares próximas de Dallas donde se hubiera podido producir la explosión, pero no se encontró nada. Nadie, jamás, pudo dar una explicación al suceso.

El 12 de abril de 1857, en San Gabriel, California, una explosión similar dejó un agujero de un metro de profundidad en el patio de una casa de habitada por una familia llamada Murphy. El ejército, la aviación y los servicios de información han venido realizando inspecciones del agujero hasta hoy, sin que ninguno de ellos sepa todavía darle una explicación.

En la noche del 6 de abril de 1967, en los suburbios de Washington, se escucharon unos ruidos que sonaban algo así como “bip bip bip”. El fenómeno duró tres días y muchos fueron los testigos que lo escucharon; incluso los hubo que grabaron los ruidos en cintas magnetofónicas.

En Ohio, en 1927, se produjeron unas explosiones que se prolongaron hasta enero de 1928. Los habitantes se quejaron a la policía pero éstos no pudieron encontrar explicación alguna.

El 27 y 28 de mayo de 1968, las centralitas telefónicas de la policía de Boston, se vieron colapsadas por las reclamaciones de la gente. Un zumbido agudo y de ritmo bien definido, se hizo presente en la región. Dos minutos de zumbidos, seis de interrupción y el fenómeno volvía a repetirse. Ni la policía, ni los meteorólogos, ni los astrónomos del Universidad de Harvard, ni los federales y autoridades locales, supieron jamás dar una explicación. Ni siquiera se supo la dirección del que procedían los zumbidos.

¿Qué son todas estas cosas? ¿Se trata de un fenómeno aparentemente normal el cual no hemos acertado todavía a descubrir su origen? ¿O por el contrario es algo que se escapa a la compresión y la competencia humana? De momento, desde luego, no lo sabemos.

Más explosiones en el aire

En una ocasión anterior hablamos de extrañas explosiones aéreas producidas en el aire, sin que nadie supiera su procedencia ni el motivo de dicho estallido. En esta ocasión, hablaremos de otra tan extraña o más, si cabe.

En la noche del 18 de agosto de 1977, los residentes de Gainesville, Fla, pensaron que volvían los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Entre las 10 y las 10:30 de la noche, el cielo se estremeció como si una gigantesca flotilla de bombarderos la atravesaran ala con ala.

Inmediatamente los teléfonos de las emisoras de radio, televisión y periódicos fueron invadidos con llamadas. Estos, a su vez, se apresuraron a llamar a la Base Aérea más cercana en busca de noticias.

“No tenemos ningún bombardero súper pesado en el aire” fue la escueta respuesta de los militares.

Todo el mundo miraba hacia un cielo estrellado y sin nubes. Un cielo típico de verano... y cargado de sonidos extraños.

Como suele ocurrir en estos casos, jamás se averiguó el motivo de los sonidos.

jueves, 14 de febrero de 2013

¿Experiencias alucinatorias?

He leído las historias de fantasmas en vuestro blog de “historias del mas allá” y yo también tengo una historia que contar. Yo vivía antes en una casa pequeña. Era un entresuelo. Estuve siete años. Los seis primeros, muy bien, pero en febrero del séptimo año, empecé a oír voces dentro de mi cabeza y pensé que me estaba volviendo loco.

No podía ni dormir y sentía, muchas veces, cuando estaba tumbado en el sofá o la cama, como si estuviera haciendo el amor con una persona, incluso por las noches. Una noche, me vi cómo me elevaba mientras dormía; veía mi cuerpo en la cama y a su lado, una mujer con el pelo largo, vestida de negro y muy guapa.

Otra noche salían, de un lado de mi cama, como unas manchas negras que se agarraban a mi cuello y no me dejaban respira. Me despertaba asfixiado . Esto de las manchas me pasó varias noches, hasta que en una de ellas, aparecieron otra vez las manchas y la mujer. En esta ocasión ella me dijo: “ tu puedes”, entonces salí de mi cuerpo y deshice la mancha. Otra noche salieron varias manchas, pero yo salí de mi cuerpo y las deshice.

Un día, sentado, viendo la tele, vi tres rostros de personas en la pared, y de pronto se me vino a la cabeza el siguiente pensamiento: “van ha morir tres”, yo le pedía a Dios que terminara con las voces de mi cabeza, porque no podía ni dormir. No sabia el padrenuestro pero se me venia a la cabeza que tenia que rezarlo. Al día siguiente, en la caja de herramientas de mi padre, apareció un padrenuestro escrito en un papel y a maquina.

Mi padre hacía 5 años que había muerto, pero estaba escrito como con su maquina de escribir. Al octavo año, nos mudamos de casa, y la casualidad hizo que la otra vivienda fuera también el número 7. En la antigua casa se mudaron tres personas mayores, y murieron las tres en tres semanas, fue entonces cuando recordé lo que vi en la pared; eso de: “van a morir tres”.

En la nueva casa nueva sentí una noche cómo me daban palmadas en el trasero haciéndome despertar. A veces siento brisas frías, con todas las puertas cerradas, o que me tocan el pelo. También voces metalizadas saludándome. Tuve unos problemas con unos vecinos en esta casa. No nos llevábamos bien y una noche le pregunté a Dios qué era esto que me pasaba.

No sé si era un sueño u otra cosa, pero me vi tumbado en la cama y encima de mi un ángel de rodillas, con un cáliz en la mano del que salía una luz muy bonita y varias mujeres a mi alrededor que decían que eran mis amigos. El ángel no dejaba pasar una mancha negra que me quería coger y me decía que no me preocupara.

Al día siguiente me enteré que mis vecinos se mudaban de casa. Una vez, en sueños, soñé que mi perro moría desangrado y una persona que salía de improviso en el sueño, me dijo no me preocupara, que la sangre no era mía. Al día siguiente murió mi perro de un vomito de sangre, murió desangrado. Me han pasado muchas más cosas que aquí no he escrito. No sé si ustedes me pueden decir algo sobre esto y a quien me tengo que dirigir para que me escuchen. Gracias.

Historias sobre la película El Exorcista

Toda película de terror tiene su historia truculenta detrás que mitifican su rodaje, como si realmente el hecho de hacer películas de miedo fuera un acto maldito. “Terror en Amithy Ville”, “La Profecía” o “Poltergeist”, son sólo algunos títulos en los cuales cuelga el cartel de “rodaje maldito”.

Muchas veces, la mera casualidad o el deseo de sus directores por hacer de su película un mito, son los causantes verdaderos de esos supuestos “encantamiento” de guión. Los distribuidores se encargan de darle unas pinceladas mágicas (marqueting en realidad), y la película funciona el doble de bien. No es éste el caso, sin embargo, de “El Exorcista”.

Los publicitarios de la película detallaron a la prensa los percances en la se vio envuelta la película. En la primera semana de rodaje, murieron el abuelo de la protagonista femenina, Linda Blair, y el hermano del protagonista masculino, Max Von Sydow.

El hijo del actor Jason Miller, que interpretaba al sufridor padre Karras, sufrió un grave accidente de moto que casi acaba con su vida. Ellen Burstym, que encarnaba a la madre de Reagan (Linda Blair), tuvo que abandonar el rodaje durante dos semanas, a causa de un fuerte dolor en la espalda.

Durante seis semanas se paralizó el rodaje de la película, por el inexplicable incendio de los decorados de la habitación de la niña. Un carpintero perdió un dedo mientras trabajaba en esos mismos decorados. Se dice, que la figura del demonio Pazuzu, que aparece al comienzo del film, se perdió en su camino a Irak, donde se iban a rodar las escenas de las excavaciones arqueológicas, apareciendo luego en Hong Kong. Varios metros de película ya filmados y positivados, desparecieron igualmente misteriosamente.

¿Casualidad? ¿Deseos de buscarle tres pies al gato? Todo es posible; sin embargo, lo que le ocurrió a William Peter Blatty, autor de la novela, no deja lugar a una mala interpretación. Cuando la madre de Blatty murió, fue enterrada con un medallón sobre su pecho. Varios meses después, la joya reapareció de repente en torno el cuello de su hijo.

miércoles, 13 de febrero de 2013

El hombre que se evaporó en el aire

El granjero norteamericano David Lang, poseía una granja en las cercanías de la ciudad tejana de Gallatin. Vivía felizmente con su esposa y sus dos hijos, y su vida transcurría con la normalidad de una familia media norteamericana. Cierto día, el 23 de septiembre de 1880, David Lang salió de la casa junto a su esposa mientras los niños jugaban en el jardín. El granjero, les dijo que iba a echarles un vistazo a los caballos y que luego irían todos a la ciudad. Estas fueron sus últimas palabras.

Y esto fue así, pues cuando el hombre comenzó a caminar tropezó con algo, y al caer ¡desapareció sin dejar rastro! La esposa, los hijos y el juez Peck, que pasaba por allí en ese momento en su carruaje, fueron testigos de esta misteriosa desaparición y tras hacer un examen del lugar, completamente atónitos, fueron incapaces de hallar una sola huella del granjero y padre de familia. A excepción de un amplio pastizal, allí no había árbol, arbusto u hoyo, en el que pudiera haberse caído. Sencillamente, se había evaporado.

La policía realizó una exhaustiva búsqueda e incluso se hicieron perforaciones para descubrir galerías subterráneas o simas en el que el granjero hubiese podido caer, pero no se encontraron rastros ni de éstas ni de la persona a la que se buscaba.

La señora Lang, nunca quiso creer que su marido había muerto por lo que jamás celebró funerales por el alma de David. No obstante, no pudo soportar vivir en lugar tan extraño y al poco tiempo vendió la granja.

Unos siete meses después de la tragedia, los dos hijos de David Lang, se encontraban jugando en el lugar donde su padre se había evaporado y he aquí que descubrieron que en el mismo sitio donde el granjero había caído, la hierba y las flores ya no crecían tan espesamente. Más tarde dijeron también, que habían oído a su padre pidiendo auxilio hasta que la voz se disolvió en la nada para siempre.

Nunca más se supo del pobre granjero David Lang, ni el lugar al cual pudo haberse ido. Para algunos, se evaporó en otra dimensión. Para otros, su cuerpo debió sumergirse en un agujero en el tiempo. Fuera lo que fuere, la desaparición de David Lang, fue todo un misterio y aún hoy no se ha podido dilucidar la causa de su extraña evaporación.

Nuevos estadillos en el cielo

Hemos hablado, en ocasiones anteriores, de misteriosas explosiones que se producen en nuestros cielos sin nadie sepa explicar su origen. Seguiremos, en esta historia, hablando de estos extraños estallidos.

Una comunidad de Nueva Inglaterra llamada Moodus (Connecticut) ha sido plagada por este tipo de explosiones por casi 300 años en sucesión.

El experto investigador de la Universidad de Williams College, que trabaja activamente en el misterio, dice al respecto:

“Las explosiones de Moodus se suceden en un radio de varias millas alrededor de la villa, pero ha pesar de que hemos investigado cada una de ellas no tenemos la menor pista que nos conduzca a resolver la incógnita. Las explosiones llegan casi sin causa aparente a intervalos de dos a tres años.”

Los observadores establecen que uno de los fenómenos más comunes y extraños en estas explosiones es que no se puede localizar de donde vienen. Para los habitantes de la villa, y que se encuentran bastante alejados entre ellos, afirman que el ruido se produce cerca de ellos.

Teniendo en cuenta de que dos o tres de estas explosiones han sido localizadas en los sismógrafos del William College y la Universidad de Harvard se llegó a la conclusión de que las mismas eran algún tipo de fenómeno subterráneo. Algo así como un terremoto pero sin sacudidas. Lo que es muy infrecuente dado que de ser así, las mismas tenían que reflejarse invariablemente sobre la tierra. Bien en forma de edificios destruidos o de o algún tipo de efecto cataclísmico.

Para los habitantes de Moodus, la cosa no es tan clara. Según relató el cazador profesional, Jovey Harris, que se pasa la mayor parte del tiempo al aire libre en su profesión: “La explosión que escuché en los alrededores de Moodus venía del aire y no de la tierra.”

martes, 12 de febrero de 2013

Sacerdotes mayas encierran a devorador de hombres

En una cueva de Akil localizaron un burro de barro, con el hocico manchado con sangre humana.

MÉRIDA, Yuc.- Hace más de 150 años extrañas y misteriosas desapariciones ocurrieron en los montes de la parte norte del poblado de Akil, específicamente, en un paraje llamado Hotcab o Holcab, como algunos lo conocen.

En aquellos tiempos esos rumbos eran muy frecuentados, ya que era el camino carretero que conducía hacia las vecinas poblaciones de Teabo y Chumayel.

Al principio se pensó que las desapariciones eran accidentes de trabajo o la fuga de hombres y mujeres con sus amantes o bien, que pumas o jaguares eran responsables, pero estas ideas fueron descartadas al no encontrar rastros ni huellas, parecía que fueron tragados por la tierra.

Ante el temor creciente, muchos preferían no pasar por esos lugares ya que temían por sus vidas.

Sin embargo, las desapariciones iban en aumento, por lo que un numeroso grupo de cazadores decidió explorar los alrededores con la intención de encontrar el origen de los sucesos.

Al llegar al paraje se dispersaron y de pronto se escuchó el grito de un cazador, la ayuda llegó demasiado tarde, pues algún animal le había devorado las entrañas. Sus compañeros, aún sin reponerse del trauma, decidieron seguir los rastros de sangre y las huellas. Como a una legua de distancia encontraron en lo alto de un árbol un viejo puma, al cual fácilmente dieron muerte.

Bestia come hombres

Una gran algarabía invadió al grupo porque sintieron que habían solucionado sus problemas, tomaron al felino y lo llevaron hasta la población para mostrarlo a la gente de la comunidad, pero las desapariciones no terminaron, por el contrario fueron en aumento, por los que los cazadores decidieron realizar una nueva cacería por la zona.

Al adentrarse en la espesura de la selva baja escucharon espantosos bramidos y ruidos parecidos a los rebuznos de burro.

Poco a poco se acercaron al lugar de donde provenían los sonidos, al llegar alcanzaron a ver entre la maleza la sombra de un gran animal, parecido a un burro de gran tamaño, pero como la noche ya empezaba a caer tuvieron que abandonar la búsqueda y retirarse a sus hogares.

Al día siguiente, convencidos que se trataba de un ser sobrenatural, decidieron continuar la cacería, pero en esa ocasión se hicieron acompañar de un sacerdote maya.

Se dirigieron al lugar y escucharon rebuznar al burro, los ruidos los llevaron hasta una gran piedra en forma de laja, en el centro tenía una entrada de un metro de diámetro. Se trataba de una gruta que, conforme avanzaban en su interior, se iba haciendo cada vez más ancha. Metros adelante vieron una enorme estatua de barro con forma de burro que tenía el hocico manchado con sangre.

Corrieron asustados hasta salir de la cueva por temor de que la horrible criatura cobrara vida.

Sellan la caverna

Se trataba de un poderoso ser maligno que habitaba en esa gruta, cuya estatua cobraba vida cuando sentía hambre y salía de su escondite para alimentarse de carne humana.

Cuarenta sacerdotes mayas fueron convocados para sellar la entrada de la caverna, ya que sabían que sería muy difícil matar a la bestia y por eso optaron por impedir que saliera del agujero.

La ceremonia duró cuarenta horas, cada uno de ellos realizó sus rituales, al terminar, sellaron la entrada con piedras traídas de lugares sagrados y antiguos centros ceremoniales; con lo cual la cueva quedó sellada eternamente.

Las desapariciones cesaron, pero se cuenta que años más tarde dieron muerte a un extraño animal, parecido a un gran burro, entre las localidades costeras del oriente del estado de Yucatán, se dice que el cuerpo del animal tenía sellado la frase “hotcab”.

En la actualidad, si se visita el paraje Hotcab se puede observar la enorme laja y la forma en que fue sellada la entrada de la gruta, pero por temor nadie se atreve a retirar las piedras.

Esta leyenda me fue relatada por el señor Víctor Navarrete Muñoz, oriundo de Akil, a quien le agradezco que la haya compartido con todos nuestros lectores.

Fuente

Almas en pena 'chocan' cada noche en avenida Pérez Ponce

En medio de la oscuridad, policías escuchan fuerte estruendo en el lugar donde ocurrió una tragedia automovilística.


MÉRIDA, Yuc.- En el cruzamiento de la avenida Pérez Ponce con calle 50 de la ciudad de Mérida me tocó entrevistar en una ocasión a un policía que me comentaba que en ese sitio por las noches de pronto se escuchaba un fuerte ruido como si se estrellaran dos vehículos.

“Yo lo he escuchado al menos dos veces, cuando hago mis rondines con la patrulla, estoy a una o dos cuadras y de pronto se oye, hasta mi compañero lo escucha y cuando nos aproximamos pensando que se trata de un accidente, no hay nada, varios compañeros han reportado lo mismo”, afirma.

En la mayoría de las ocasiones, estos fenómenos se dan porque años atrás ocurrieron en ese mismo lugar accidentes similares a lo que se escucha, por lo que para iniciar la investigación decidí revisar en la hemeroteca de la ciudad sobre algún accidente fatal que hubiera ocurrido en los últimos años en esa calle o lugares cercanos.

Me llevé una sorpresa al descubrir que justo en ese mismo lugar había ocurrido un accidente fatal en el que murieron tres personas, lo cual en su momento fue publicado por todos los medios de comunicación locales.
Tragedia de jóvenes

De esa forma, descubrí que en el año 2003 una tragedia enlutó a tres familias. Fue un accidente de tránsito con alcohol de por medio:

Ronaldo Mézquita Mendoza, de 27 años, conducía ebrio y a exceso de velocidad en la avenida Pérez Ponce el sábado 30 de agosto a altas horas de la madrugada, y al llegar a la calle 50 y tomar la curva para dirigirse a la colonia Itzimná, su vehículo Ford Mistique derrapó y se estrelló contra un poste de luz. Murió inmediatamente junto con dos acompañantes, Dianey Cardeña y Fabiola Hernández, ambas de 18 años de edad.

Sobrevivieron Xenia García y Leticia Campos, ambas de 17 años. La primera fue hospitalizada debido a la gravedad de sus heridas y la segunda salió ilesa.

Esta última declaró que habían ingerido bebidas alcohólicas desde las 10 de la noche en una fiesta, y que cuando se quisieron retirar, Mézquita Mendoza se ofreció a llevarlas a pesar de su estado de ebriedad.

Durante el trayecto conducía a exceso de velocidad hasta que el destino selló su suerte y la de dos de sus compañeras…

A partir de ese momento fue cuando el Gobierno del estado empezó a implementar por toda la ciudad el programa del alcoholímetro, para evitar tragedias como ésta.

Entrevisté al menos a cuatro policías más que habían sido testigos años después de extraños fenómenos ocurridos en ese mismo sitio.

Gritos de angustia

Uno de ellos asegura haber escuchado los gritos de angustia de un joven que pedía que lo saquen de ahí: “Fue dramático lo que escuché, me dio mucha tristeza porque tengo un hijo adolescente, y sé que le pudo pasar a cualquiera, pero esos gritos me asustaron mucho, yo estaba parado a menos de 15 metros de donde paso el accidente años antes y no sabía por qué de pronto escuchaba esos lamentos, poco después fue que mis compañeros me dijeron lo que había pasado, seguro todavía no descansa el alma en pena de ese pobre chavo y de las dos muchachas, a lo mejor el primero no descansa porque se siente culpable de propiciar la muerte de sus dos compañeras”.

Uno de los policías encargados de ese sector, intrigado por los continuos reportes de sus compañeros, dejó una grabadora de audio una noche y logró captar claramente un sonido en donde se escucha cómo si se impactara de forma violenta un vehículo en un muro o pared, a pesar de que él en ese momento no vio nada ni hubo ningún tipo de accidente, sin embargo ahí esta como prueba esa cinta, la cual escuché y confirmé que es original tras hacer un análisis.

Fuente

El esqueleto vampiro

Sí, han leído ustedes bien. Un esqueleto vampiro. Un título como este bien podría formar parte de una mala novela de corte gótico, si no fuera porque este ser fue visto en la realidad, en el verano de 1875, en la localidad de Cumberland, Inglaterra.

En la finca de Croglin May, Miss Amelia Cranswell se encontraba despierta en la cama cuando, de pronto, una forma fantasmal, semejante a un esqueleto, abrió la ventana y entró en la estancia. Los gritos de la joven alertó a sus dos hermanos, Edward y Michael, que salieron raudos hasta la puerta cerrada, derribándola a golpe de hombro.

Cuando lograron entrar, descubrieron a su hermana tirada en el suelo con un chorro de sangre manándole del cuello y los hombros, y más allá, a una figura de aspecto esquelético escapando por la ventana. Los dos muchachos trataron de darle caza, pero consiguió eludirles perdiéndose en la maleza.

Otras mujeres de la vecindad, denunciaron ataques similares por parte de una presencia esquelética. Durante aquel año, y en los posteriores, el Condado de Cumberland se vio afectada por una matanza inusitada de ovejas.

Y es que a veces, la realidad supera con creces a la ficción.

Una piedra muy especial

He aquí la historia de otra lectora.

“Hola amigos, siempre leo las interesantísimas historias que aquí se publican, algunas de ellas son impresionantes. La verdad he vivido varias "sucesos paranormales" en mi vida, pero creo que algunas de esas cosas merecen mucho respeto y por el momento prefiero no contarlas. Me he decidido a contar un caso que tal vez no merezca ser publicada, pero que lo recordé al releer el caso de una lectora a la que le desapareció el cd de su ex-novio, tras golpear la pared. Leí que ustedes creen en ello, así que ahí va mi historia. Gracias de antemano por su atención.

Soy mujer, joven. Hace un par de años tenía problemas con una persona que quería se alejara de mi vida, porque me amenazaba y era peligroso (eso me parecía entonces). Total, fui a consultar con una "vidente" (o cómo quieran decirlo), que había tratado a mi hermana con éxito anteriormente. Fui allí y me dijo que parte del tratamiento pasaba por tener una piedra que ella personalizaría para mí. Tenía una cesta llena de ellas y yo enseguida me fijé en una, que estaba medio oculta pero que llamaba poderosamente mi atención. Entonces ella me explicaba qué haría con la piedra, al tiempo que dijo: "pongamos por caso que quieras ésta", efectivamente era la que yo quería. Del reverso era como una carita. Bueno, a la semana siguiente me dio la piedra que yo sostenía en mis manos para peticiones y demás.

Al cabo de un tiempo tenía una petición muy grande y decidí dormir con ella en mi mano derecha. A media noche sentí cómo mi mano se abría y la piedra salía rodando al lado de la cama. Mejor dicho, salió botando, porque oí diversos golpes en el suelo. Me levanté corriendo y encendí la luz consciente que debía encontrarla. Por más que busqué y rebusqué, nunca apareció. Incluso barrí todo el cuarto y nada. La busqué por días y no apareció. No era una piedra chica, era mayor que una nuez. Pasó el tiempo y muy a mi pesar, la fui olvidando. Finalmente, al cabo de unos meses, y tras la nueva aparición de la persona que me molestaba, iba manejando de regreso a casa, sintiendo mucho miedo, y me acordé de la piedra, pensé algo como: "si la tuviera todavía...". Esa misma noche cuando me disponía a acostarme, eché un vistazo, sin más, al lado del radiador de la calefacción y cuál fue mi sorpresa al ver ahí, perfectamente a la vista, mi buscadísima piedra. Increíble, porque estaba ahí simplemente, cualquiera la hubiera visto. Garantizo que el día que la perdí ahí no estaba, ni en todo ese tiempo que faltó tampoco, porque al limpiar la hubiera visto. Y de veras no estaba ni escondida cuando la encontré, simplemente "estaba ahí".

A esto debo añadir que a mi hermana una vez se le cayó (dentro de su casa) y también desapareció, sólo que ella nunca la recuperó.

Bueno, tal vez no sea importante ni trascendental, pero al menos es curioso. Gracias por su atención. Hasta siempre. Att. Lesty”.

Su historia sí es interesante, amiga Lesty.

lunes, 11 de febrero de 2013

¿Enfermedad o hecho forteano?

Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930), era un ferviente defensor del espiritismo. En uno de sus libros en los que trata la cuestión, "El Mensaje Vital", Doyle nos refiere un hecho que a simple vista es algo muy conocido por la medicina ortodoxa, pero que, no obstante, no tiene visos de estar explicado, siendo de momento un suceso puramente forteano, al menos en el campo de la medicina.

Doyle, nos habla de una rara enfermedad denominada "quistes Dermoides". Esta enfermedad, o más correctamente sería decir tumor, tiene la siguiente característica: suele aparecer en los lugares más insospechados del cuerpo y su formación no suele hacer distinción entre niños y adultos. Uno de sus lugares predilectos suele ser la parte superior de la ceja.

Imaginemos por un momento a una persona que padece esta tumefacción. Un día, esta persona descubre que un pequeño bulto acaba de salirle, por ejemplo, sobre la ceja. Asustado, acude a su médico y éste, tras hacerle un examen, le remite al cirujano, pues sospecha podría tratarse de un tumor. El cirujano corrobora el diagnóstico de su colega y procede a la extirpación del pequeño bulto; pero cuando el bisturí hace la incisión y deja al descubierto lo que hay dentro, uno no puede por menos de sorprenderse. Lo que contiene esa excrecencia no es nada más y nada menos que cabellos, dientes y embriones de hueso. Imagino a los primeros médicos que se encontraron con semejante cosa:

¡¿Qué diablos es esto?! –exclamarían seguramente.

Y el tema no es para menos. ¿Qué hacen unos dientes y unos pequeños huesos en la parte superior de una ceja? ¿Cómo se han formado? ¿Cómo es posible que aparezcan a edades ya avanzadas? ¿Qué son, a fin de cuentas?

Los quistes dermoides, como hemos indicado arriba, son conocidos por la cirugía, a pesar de que no son muy frecuentes. Aparecen principalmente en espaldas, tabiques nasales, úteros y cejas.

Con ésta historia no hemos pretendido asustar o revolver el estómago de nuestros lectores; ni hemos pretendido salirnos de nuestra línea habitual; pero creíamos que este fenómeno merecía tener un pequeño rincón en los hechos forteanos, pues de momento, parece que ese es su lugar.

Si alguno de nuestros lectores, que practique la medicina, sabe de éste fenómeno, le rogamos se ponga en contacto con nosotros y nos exponga sus conocimientos al respecto.

Un fantasma enamorado

Lilian. C. Acevedo, una amable lectora, acaba de remitirnos esta interesante historia. Veamos qué cuenta:

Les voy a contar una historia que sucedió en Bella Vista, provincia de Corrientes, en Argentina:

Una noche se encontraba en un baile del pueblo un joven y conoció a una chica con la que comenzó a bailar y a intimar. Ella le dijo su nombre y él el suyo. Bailaron toda la noche, rieron, bebieron y se divirtieron juntos.

La noche estaba fresca y cuando salieron del lugar ella sintió frío. El, por supuesto como buen caballero, le cedió su campera y caminaron. El muchacho la acompañó hasta su casa y le dijo que quería volver a verla. Ella le respondió que le devolvería la campera, que se la haría llegar y que pronto sabría de ella. Se despidieron y él se fue.

Al día siguiente él no dejaba de pensar en ella y de manera atrevida e impaciente no pudo esperar y se dirigió hasta dónde la había llevado la noche anterior. Al llegar a la casa y golpear la puerta salió una señora preguntando a quién buscaba. El respondió que buscaba a esa chica (....). La señora, al escuchar el nombre, se puso pálida y alterada le preguntó si era una broma de mal gusto. El muchacho le contestó que no lo tomara a mal pero que él había bailado con ella la noche anterior, que le había prestado una campera porque hacía frío y quería recuperarla (era la excusa que había preparado para volver a verla). La mujer al escucharlo y sentirlo sincero le respondió: "Querido...eso es imposible. Vos me estás hablando de mi única hija (...). Ella hace siete años falleció" . El joven al escuchar esto sorprendido, le sugirió que era obviamente un error, que no hablaban de la misma persona.

La señora entonces le pidió que la acompañara al cementerio que no estaba lejos. Ambos se dirigieron hasta la tumba de la chica y asombrado vio que su campera se encontraba sobre esta.

Cuando me contaron esta historia quedé helada y me pareció apropiado contarlo. Tengo otros cosas para contar y lo haré en otra oportunidad.

Hallan a un verdadero vampiro en Turquía

Un joven turco ha sido diagnosticado de vampirismo por ser adicto a beber sangre humana, un hábito que en cierto punto llega a ser socialmente peligroso.

El joven de 23 años se cortaba los brazos, el pecho y el vientre con hojas de afeitar, recogía su sangre en una taza y se la bebía.


Pronto se volvió tan adicto que se dirigió a otras fuentes para satisfacer su hábito, al que describió "tan urgente como respirar".

Esta persona, cuyo nombre no se revela, incluso indujo a su padre a que le obtuviera bolsas del fluido corporal de los bancos de sangre, según el informe publicado en 'Jornal de Psychotherapy and Psychosomatics'.

El hombre fue detenido varias veces por apuñalar y morder a otros para recoger y beber su sangre.

También sufre amnesia, depresión crónica y el trastorno de identidad disociativo (TID), es decir, en el individuo coexisten varias personalidades.

Los médicos del Hospital Militar de Denizli, en el suroeste de Turquía, vinculan el caso a los abusos y negligencia que presuntamente sufrió en su niñez, así como al hecho de haber sido testigo de un asesinato brutal que involucro el corte de cabeza y genitales.

A esos factores también se pueden haber sumado la muerte de su hija cuando era bebé y el asesinato de su tío, según lo escrito en el informe.

Fuente

domingo, 10 de febrero de 2013

El embajador que veía fantasmas

El insigne Frederic Temple Hamilton Blackwoos, más conocido como Lord Dufferin, fue un de los mejores diplomáticos y embajador que la Reina Victoria de Inglaterra tuvo a su servicio. Hamilton Blackwood sirvió en la India con el título de virrey, fue embajador en San Petesburgo y Roma, y más tarde lo sería de la bella París.

Lor Dufferin, era un hombre que no se dejaba impresionar por historias de fantasmas, muy en boga en aquellos años, y todo lo tamizaba con el uso de la razón y la reflexión. No obstante esto, una extraña experiencia, en todo punto alejada de lo cotidiano, iban a hacerle cambiar de opinión y a meditar más profundamente antes de hacer un juicio de valor.

Con motivo de unas breves vacaciones de las que Lord Dufferin pudo disfrutar antes de incorporarse a su embajada en París, éste, aprovechó para ir a visitar a unos amigos de Irlanda, instalándose en una hermosa casa de campo en los alrededores del estado de Cork.

Cierta noche, el embajador despertó en su cama con un extraño sentimiento de ahogo y desazón. No encontraba la explicación a semejante suceso, pues no recordaba haber tenido una pesadilla, y al no poder volver a conciliar el sueño, se levantó de la cama y se puso a dar un paseo por la habitación. Se asomó a la ventana para tomar un poco de aire fresco y se encontró con una bonita luna resplandeciendo por encima de su cabeza y con una brisa apacible y reparadora. Miró hacia el frente y allí vio, oculto entre los árboles que bordeaban el césped, un extraño bulto que se movía. Echó unos pasos atrás escondiéndose tras el marco de la puerta y espero pacientemente a que aquella cosa saliera de su escondite.

En esa postura, observó como un hombre salía de los árboles portando en su espada lo que parecía una caja de madera, alargada y barnizada. Aquel hombre siguió caminando unos pasos y al llegar al lugar donde se encontraba nuestro diplomático, se detuvo, y miró a éste fijamente con una mirada que le taladraba. Lord Dufferin, se horrorizó. Aquella cara que le miraba tan descaradamente, resultaba tan horrible y espantosa que no pudo por menos de sentir un escalofrío. Tan horrible era, que nunca más el diplomático pudo recordarla con detalle; pero lo que sí observó, es que la caja que el extraño portaba sobre sus espaldas, no era otra cosa que un reluciente ataúd.

A la mañana siguiente, Lor Dufferin contó lo sucedido con sus amigos y vecinos pero ninguno de ellos pudo darle detalles sobre el aparecido. En la región, no circulaba ninguna historia de fantasmas y todos creyeron que había sido víctima, probablemente, de una pesadilla. Sin embargo, Lord Dufferin sabía que no era así.

Varios años después,, cuando Hamilton Blackwood apenas recordaba ya su incidente de Cork y ya ocupaba su puesto en la embajada de París, fue invitado a una gala diplomática en el “Gran Hotel”. Al llegar, se dispuso a subir en el ascensor que le conduciría a la planta donde se celebraba la recepción, pero aún no había puesto el pie en el elevador cuando sus ojos repararon de inmediato en el mozo de ascensor y retrocedió instintivamente. Aquel joven no era otro que el hombre que había visto años antes en la casa de campo de Irlanda.

La puerta del ascensor se cerró y el ascensor comenzó a subir sin el embajador dentro. Éste, comenzó a subir por las escaleras, cuando un terrible chirrido de cables resonó por todas partes, acompañado de alaridos de terror. El ascensor se acababa de precipitar desde el tercer piso estrellándose en el sótano.

Como consecuencia del accidente, varios de los ocupantes murieron entre los que se encontraba el mozo ascensorista. Cuando los cadáveres fueron retirados, Lor Dufferin miró de nuevo el rostro del joven tumbado en la camilla y se afianzó en su idea de que era el mismo que había visto en Irlanda.

Después, se dirigió al despacho del director y preguntó quién era aquel hombre. El director del Hotel dijo que no conocía su identidad pues había sido contratado por un solo día como sustituto. Nadie, ni la policía, pudo jamás saber quien era ni de donde había salido. Simplemente, era un desconocido para todos.

Esta historia, auténtica a todas luces, es ya un clásico en la historia de lo extraño en Inglaterra.

El edificio encantado

He aquí la interesantísima historia de otra de nuestras lectoras, que no dejará indiferente a quien la lea. Desde aquí, queremos agradecerle su deferencia y el trabajo empleado en la elaboración de su E-mail, y aprovechamos para seguir animando a aquellos que han pasado por situaciones similares a que nos cuenten su historia para que quede constancia de ello. Y ahora, sin más dilación, veamos qué nos cuenta nuestra amiga de Santiago de Chile.

“Después de leer una gran cantidad de vuestros relatos, me he atrevido, aunque con cierta dificultad, a relatarles nuestra pequeña historia real, de un hecho que ahora podría catalogar de “forteano”.

Lo mejor será comenzar desde el principio.

En el año 1996, llegamos a vivir al 4º piso de un moderno condominio en la comuna de San Miguel, en Santiago de Chile, mis tres hermanas, mis padres y yo. Durante nuestra estadía allí, fuimos testigos todos los miembros de mi familia, de la visión de sombras claras y otras veces oscuras, pasar raudas por todo nuestro departamento, sin saber a ciencia cierta de qué se trataba. Pensamos que eran tal vez los reflejos de los automóviles que pasaban por la calle y filtraban, incluso de día, la luz por los ventanales; pero no pasó mucho tiempo, hasta que mi hermana, la siguiente a mí (yo soy la mayor), nos contó que durante la noche, despertó de pronto, sin motivo aparente, y vio cruzar por la puerta de su dormitorio a un niño pequeño, el cual se la quedó observando por unos instantes, le sonrió y luego entró al baño de su dormitorio, a través de la puerta cerrada, desapareciendo. Y así dejamos pasar el asunto pues no sabíamos qué pensar.

Ella (mi hermana) es una mujer muy inteligente, auditora universitaria y nada dada a las fantasías.

Un par de años después me casé, tuve un hijo y con mi esposo nos cambiamos a vivir al 1º piso del mismo condominio, pues deseaba que mi madre cuidara de mi pequeño. Extrañamente, en cuanto nos mudamos, comenzamos a ver las mismas sombras cruzar raudas por todo el departamento, sólo que, en este departamento, los ventanales no daban a la calle si no que, por el contrario, se situaban frente al patio de dos residencias que tenían una altura bastante alta. Imposible, por tanto, que reflejaran cualquier tipo de luz. Una noche que mi esposo se encontraba fuera de la ciudad, me sentí bastante incómoda y me resultaba imposible conciliar el sueño. Comencé a tener una sensación de fiebre y a oír voces en mis oídos. Me asusté mucho; no sabía qué me sucedía. Las voces se burlaban de mí. No pude dormir. Estuve así hasta que mi esposo estuvo de vuelta; de hecho, no tuve ninguna enfermedad que justificara la desagradable sensación de aquella noche.

En realidad nunca estuvimos cómodos viviendo allí. Solíamos tener esas impresiones de incomodidad, peleábamos por todo, incluso se nos rompía todo tipo de objetos que se hacían trizas casi sin tocar. Por otro lado, desde que nos cambiamos, mi madre sufría constantemente del corazón y solía subirle la presión al punto que tuvimos que contratar un servicio médico que la atendiera de urgencia las 24 hrs. para estabilizarla. A veces la dejaban en el hospital. Fue una época bastante difícil.

Entonces, la noche de un jueves de mediados del año pasado, acostada con mi esposo y mi pequeño en la misma cama, apagué la luz y me dispuse a acomodarme de lado, como es mi costumbre, cuando vi parado, justo a mi lado, a un hombre que me cubrió la boca con la mano. Pensé que había entrado a robar. Aunque me horroricé, como mi temperamento es osado, me zafé de su mano y comencé a gritar. Mi esposo encendió la luz y trató de tranquilizarme; entonces me di cuenta que no había nadie allí. Me sentí avergonzada y muy confundida.

Exactamente una semana después, al jueves siguiente, sucedió lo más incomprensible. No había sido un buen día, y para variar, mi esposo y yo teníamos problemas y discutíamos por todo. Fue tanto que me acosté sumida en lágrimas y tristeza. Alrededor de las 10 de la noche, cuando yo ya me había tranquilizado, me levanté y fui hasta el living a buscar a mi pequeño, que estaba jugando con mi esposo, con el propósito de acostarlo pues ya era tarde para él. Fue en ese momento cuando, de súbito, apareció ante mí la figura de una pequeña de unos seis u ocho años de edad, que, saliendo de la puerta de la cocina, recorrió el pasillo hasta su final, donde está el baño, y desapareció. Esta pequeña avanzó caminando como uno más de nosotros, a vista y paciencia de mi esposo, de mi hijo y de mí, dejándonos atónitos. No sabría decir cuanto tiempo duró esta aparición; fue como un corte en el tiempo. La pequeña nos ignoraba, llevaba una enagüita blanca, transparente, y me dio la impresión de que estaba muy apenada. Seguramente nunca sabré el porqué.

Mi hijito entonces comenzó a llorar y no se detuvo hasta casi una hora después, {cuando lo subimos} al 4º piso, donde está mi madre, {y} logramos tranquilizarlo (los paréntesis son nuestros. El E-mail llegó incompleto en este punto pero suponemos que esto era lo que quería decirnos nuestra comunicante).

Al día siguiente, mi esposo y yo decidimos no hablarle a nadie al respecto, pues faltaba poco para que nos entregaran nuestra casa nueva y nos iríamos de allí. Por otro lado, ¿quien nos iba a creer? Seguramente la gente pensaría que estábamos mintiendo o que nos habíamos vuelto locos.

Por la condición médica de mi madre, mis hermanas decidieron comprar también una casa en el lugar donde yo iba. Tuve pesadillas constantemente con el hombre y la niñita. Cuando llegó el momento de la mudanza, en algún instante en que mi madre y mis hermanas me ayudaban, les conté lo sucedido. Entonces mi madre se atrevió a contarnos lo que ella había estado sufriendo. Nos contó que en su departamento pasaba por el pasillo una joven que también la miraba y le sonreía para luego desaparecer. En otro momento veía niños que le tocaban sus faldas como queriendo que los tomara. He ahí la razón de su debilitamiento y sus problemas de presión. Mis hermanas vieron, en más de una ocasión, niños con la misma actitud risueña y el mismo ritual de entrar al baño.

Explicación no tenemos. Llama la atención, en todo caso, la cantidad de personas que se mudan de ese edificio. La gente se muda a toda prisa. Desde que nos mudamos, en octubre del 2000, en nuestras nuevas casas no hemos tenido problemas hasta el día de hoy. No vemos sombras ni nada parecido. Afortunadamente llevamos una vida tranquila y pese a los problemas, mi esposo y yo no hemos vuelto a discutir nunca más como lo hacíamos en aquel departamento. Mi madre no ha ocupado los servicios médicos. Sólo me resta decir que esta es la legítima verdad; que estos hechos son verdaderos y que prometí a mi esposo no revelarlos jamás, pues es un ingeniero geomensor, alto ejecutivo de una empresa de topografía. Por eso no puedo colocar nuestros nombres. Espero comprendan, pero no podía perder tampoco la oportunidad de entregar al resto de las personas estos hechos. Sólo puedo decir que nosotros, sí creemos en los fantasmas.
Los felicito por su página Web, es muy interesante, y me ha ayudado bastante. Me siento más tranquila, ojalá les sirva mi relato”. Mari

Evidentemente, Mari, nos ha servido su relato y le reiteramos nuestro agradecimiento.

sábado, 9 de febrero de 2013

El vampiro de Barriales, la leyenda que venció al tiempo

A 40 años de la aparición de numerosos animales muertos y sin sangre, el caso aún es recordado con temor en el lugar y algunos aún evitan hablar del tema. La misteriosa historia ahora se reflejará en un documental que filman jóvenes estudiantes de la UNCuyo.

Muy distinto al que su aspecto urbano refleja hoy, Barriales era en 1972 un distrito -en realidad un gran caserío- de escasa zona céntrica y mayoría de callejones y fincas, con no más de 500 vecinos dedicados en su gran mayoría a tareas agrícolas. Por aquel tiempo la iluminación era escasa y el alumbrado público aún un sueño. La ruta 60 era un corredor de asfalto por la que pasaban pocos vehículos y, de vez en cuando, algún micro.

Por las noches de invierno de aquel año en ese pueblo de Junín, las mujeres veían "Malevo", una novela diaria que protagonizaban Rodolfo Bebán y Gabriela Gilli, mientras que los hombres se acercaban al Club Social a jugar un truco y tomar un trago. Los niños, a esa hora, hacían los deberes, luego de jugar al fútbol en los potreros que abundaban. Los "barrialinos" eran gente tranquila, de saludo franco y gestos amables.

Pero todo cambiaría abruptamente. Entre el fin del invierno y el comienzo de la primavera, una sucesión de casos de conejos, gallinas y hasta corderos muertos, completamente disecados y sin signos aparentes de violencia, conmovió a Barriales y luego a otros distritos como Isla Grande, Palmira, Rodríguez Peña e Ingeniero Giagnoni. La tranquilidad de la zona se había perdido y el miedo era quien reinaba, cabalgando sobre la ira del asesino de aves.

Las tertulias del club comenzaron a brillar por su ausencia, y en las noches solo se observaban, a lo sumo, un par de bicicletas que se marchaban temprano.

La escuela Posadas y el centro Cultural Merceditas estaban sumidos, al igual que todo Barriales, en la oscuridad que suele originar el temor. No se oían pasos en la pirámide blanca de la plaza, en la "fuente donde residían unos pescados rojos", como evoca un vecino.

Setiembre, octubre y noviembre de 1972 fueron meses de fuerte tensión. Algunos que sufrieron los embates del "vampiro", como Francisco Bardín, Olga Esther González, Carmen Sotana y Alejandro Romero, se atrevieron a hacer la denuncia. Pero muchos más damnificados prefirieron el anonimato.

Se armaron patrullas vecinales para recorrer los campos y dar con la criatura, se oficiaba misa en la parroquia para expulsar al diablo que merodeaba, en las noches las escopetas permanecían cerca de la cama, por si acaso, y las puertas tenían tranca doble y se les colgaba religiosamente una ristra de ajos. Las sospechas del lugar que albergaba al vampiro se orientaban hacia "el pantano", una extensión de enormes pastizales ubicada detrás del cementerio. Hasta la revista Gente envió un corresponsal para hacerse eco del caso.

Regreso al pasado

Juana Infante (68) cierra los ojos y por un momento se transporta a la finca de la calle La Costa, en Isla Grande (contigua a Barriales), ya en el departamento de Maipú. Ella también sufrió la cercanía del vampiro. En aquel entonces vivía junto a su marido y era vecina de sus padres y feliz mamá de su pequeño José, de apenas 2 años. "Cuando a la mañana fuimos a dar de comida a las gallinas nos encontramos con el horror. Mis padres se agarraban la cabeza y no podían creer lo que veían: un montón de gallinas y conejos en círculo y sin una gota de sangre". Como resultado de ello, sus padres Elvira Moyano y Nazario Infante comenzaron a hacer cruces con las latas del aceite que luego colgaban a modo de protección en las telas del gallinero.

La mujer agrega que esa noche el perro bravo que tenían gemía asustado y que al otro día, el caballo se encontraba "transpirado y enfurecido".

Su hermano, Carlos Infante (60), reconoce que en aquel tiempo "cuando se entraba el sol, en la calle ya no se encontraba a nadie" y que él también fue testigo de otros casos, como uno que ocurrió en la calle Remedios Escalada, también de Barriales. "Había todo tipo de comentarios, desde un bodeguero que practicaba la magia negra a un bicho diabólico que atacaba a los animales de corral".

¿Quién era el vampiro?

Para algunos era un zorro grande, una comadreja, un hurón, un gato montés, un perro, un lechuzo bodeguero... Otros juraban que era un hombre, con garras y colmillos. Pero nadie explicaba por qué los animales aparecían secos de sangre.

Con la llegada del verano, tan misteriosamente como apareció, cesaron las andanzas del vampiro. Hasta que un diario en esos días informó de un hecho policial: tres jóvenes fueron detenidos en un extraño velatorio en un campo de Rivadavia. Dijeron que era una misa negra para exorcizar un poseído, hijo de un bodeguero de la zona.

Antonio dice que su apellido no debe aparecer, porque es un juramento que hizo hace 40 años (enero de 1973). Cuenta que él participó de ese velatorio por el que "me pagaron buena plata", pero que nunca pudo superar el terror de aquellos 9 días y 9 noches que debió permanecer junto a un féretro en un campo rivadaviense.

Así concluyeron las matanzas de animales domésticos. Entonces, el "vampiro de Barriales" comenzó a convertirse en la leyenda que venció al tiempo. Hoy, la mayoría de los lugareños de más de medio siglo en el pueblo prefiere no hablar del tema, pero cuando lo recuerdan y casi como un acto reflejo, suelen persignarse.

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