domingo, 3 de marzo de 2013

La gaviota que salvó una vida

La siguiente historia ocurrió en 1980. La señora Rachel Flynn, de Cape Cod, Nueva Inglaterra, E.E.U.U, paseaba sola, como era su costumbre, por los escarpados acantilados del pueblo, cuando de pronto, tropezó y cayó desde unos diez metros, desde un acantilado, estrellándose en la arena de la playa. Intentó levantarse, pero se encontraba demasiado aturdida y mal herida como para mover un músculo siquiera. Pensó que ese era final y que moriría abandonada por todos.


De repente, sintió cerca de ella el aleteo de un ave y sobre su dolorido cuerpo aterrizó una gaviota. Quiso creer que era una de las gaviotas a las que ella y su hermana daban de comer periódicamente y que llegó a conocer tan bien que la bautizaron con el nombre de Nancy. Sacando fuerzas de flaqueza, y en apenas un susurro, la señora Flynn, le dijo: “Por amor de Dios, Nancy, busca ayuda”.

Era una idea desesperada ya que todo el mundo sabe que las gaviotas no entienden nuestro lenguaje ni nuestro estado emocional... ¿O sí? La cuestión es que Nancy, la gaviota, salió volando, llegando a casa de la señora Flynn, a un kilómetro y medio de distancia, donde su hermana June se encontraba preparando la comida en la cocina. La gaviota se posó en la ventana y con el pico golpeó salvajemente el cristal, al tiempo que agitaba sus alas como una enloquecida.

June se sintió molesta y trató de que Nancy la dejara en paz, pero el animal no se fue en ningún instante, poniéndose todavía más frenética. Por increíble que parezca, June llegó a pensar que la gaviota trataba de decirle algo.

El animal se echó a volar, parándose incluso de vez en cuanto para asegurarse de que June la seguía. Al llegar al acantilado, la gaviota se posó en el borde y June, al asomarse, pudo descubrir a su hermana aprisionada entre dos rocas.

La señora Rachel Flynn, había sufrido numerosas contusiones y se había dislocado un hombro. Sin embargo, gracias a la gaviota, pudo salvar su vida.

Las preguntas que surgen en torno a este caso son muy simples. ¿Cómo una gaviota sabía que alguien estaba en peligro? ¿Cómo sabía lo que hacer para pedir ayuda? Estas son preguntas que de momento no tienen visos de solución.

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