jueves, 21 de marzo de 2013

Un espectro nos observa

La Primera Guerra Mundial (1914-1918), fue muy fecunda en hechos forteanos y apariciones fantasmales. Muchos fueron los soldados muertos que aparecieron en sus propias casas, y otros que avisaron a sus camaradas en el campo de batalla, del peligro que corrían. No obstante, existe un caso, por demás curioso, que reclama especialmente nuestra atención. El caso es referido por el capitán W.E. Newcome:


“Era en septiembre de 1916, cuando el 2º regimiento de Suffolk salió de Loos para el sector norte de Albert. Yo le acompañé, y cuando estábamos en la línea avanzada de trincheras en dicho sector, yo y otros vimos el fenómeno notabilísimo que voy a referir.

Hasta el 5 de noviembre estuvimos ocupando la línea con muy pocos hombres. El día 1º los alemanes desarrollaron un potente ataque decididos a romper la línea. Hallábame visitando yo la línea de reserva, y durante mi ausencia, se inició el ataque. Corrí a incorporarme a mi compañía, llegando a tiempo para contribuir con bombas de mano a que fuera rechazado el enemigo, haciéndole volver a sus líneas. No pudo poner pie en nuestras trincheras, pero el asalto fue duro y rápido, quedando todos nosotros preparados para el nuevo ataque.

No tuvimos que esperar mucho tiempo, pues enseguida vimos avanzar a los alemanes en masas compactas hacia la Tierra de Nadie, pero antes de que llegaran a nuestras alambradas, surgió de un hoyo de granada la figura blanca, espiritual, de un soldado, a unos cien metros a nuestra izquierda, ante nuestras alambradas y entre la primera línea alemana y la nuestra.

El espectro anduvo lentamente por espacio de unos mil metros a lo largo de nuestro frente. Su perfil me recordaba el de un antiguo oficial de antes de la guerra. Primero miró a los alemanes lanzados al ataque, volvió la cabeza al otro lado y comenzó a andar lentamente por el sector que defendíamos.

Disparaba nuestra artillería. Las granadas silbaban a través de la Tierra de Nadie... pero ninguna de ellas impidió el avance del espectro. Andaba con firmeza, desde la izquierda hasta la extrema derecha del sector, en donde se volvió hacia nosotros. Parecía observar nuestra trinchera a todo lo largo.

Después de contemplarnos unos momentos, se volvió bruscamente a la derecha y se dirigió en línea recta a las trincheras alemanas. Los alemanes retrocedieron entonces... y en toda la noche ya no volvió a verse el espectro.

La primera idea de los soldados fue que era uno de los llamados Angeles de Mons; otros le encontraron cierto parecido con lord Kitchener. Yo sólo puedo decir que me afectó la aparición profundamente, y durante mucho tiempo fue la comidilla de la compañía.

El hecho está corroborado por todas las clases y hombres de mi sección” (Historia del Espiritismo. Arthur Conan Doyle. Edit:Eyras)

¿Otra historia Forteana?

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