Argentina. Luego de la noticia de que la aparición de restos de lo que aparentan ser ritos satánicos o umbandistas había provocado la preocupación en la zona del barrio Villa Raquel, vecinos de la Escuela 646 Los Pinos, no sólo confirmaron la novedad, sino que revelaron que algunos policías que hacen guardia allí habrían pedido no ser destinados más en ese local aterrorizados por las frecuentes apariciones y otros fenómenos que se producirían por las noches.
“Nos contaron que les apagan las luces, o la cocina, o si están descansando, oyen pasos al lado suyo y cuando miran, no hay nadie”, dijeron vecinos.
Además, Dina Gómez, vecina de la calle Laprida, y Andrea Herrera, propietaria de un comercio frente a la escuela relataron que los alumnos cuentan que se les aparece con frecuencia “un chiquito sentado en el inodoro” en el baño del local escolar y que “a veces se escuchan gritos y alaridos”. “Vamos a hablar de nuevo con las maestras para que hagan algo, porque esto no puede seguir así”, anticiparon.
Un menor, estudiante de la Escuela 646 confirmó los dichos de las mujeres: “Varios chicos lo vieron al chiquito sentado en el inodoro. Yo no lo vi, pero sí escuché gritos”. Consultado sobre si les avisan a las maestras, respondió afirmativamente: “Sí, les decimos, pero no nos creen porque dicen que ellas no ven ni escuchan nada”.
Extrañas figuras
Un vecino de la calle Ing. Iturbe, de ocupación mecánico afirmó haber tenido varias experiencias inexplicables en los últimos meses: “Todo pasó desde que compré una casa aquí a la vuelta hace unos meses. Primero fue una noche de mucho calor, que no podíamos dormir que vi una figura aparentemente humana, pero muy pequeña, como de 40 centímetros aproximadamente, caminando por la tapia de la escuela”. Consultado sobre la posibilidad de que se tratara de alguien intentando ingresar a la escuela con fines delictivos, dijo que nunca supo qué o quién fue.
“De todas maneras, lo que me pasó después no tiene ningún tipo de explicación: tres veces vi a un chiquito como de dos o tres años dentro de mi casa, que pasa, nada más. Nunca hizo por atacarme ni nada. Yo tampoco le hice nada, pero mis hijos ya no quieren estar más en la casa”.
“Algunos dicen que son cosas de estudiantes de magia, pero la verdad que yo no sé”, finalizó.
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lunes, 8 de abril de 2013
martes, 2 de abril de 2013
San Bernardo, el pueblo donde los muertos se momifican al natural
San Bernardo, Colombia (TVEFE). Un fenómeno curioso y sorprendente ocurre en el pueblo de San Bernardo, en el departamento de Cundinamarca en Colombia; sus muertos, que están enterrados en el cementerio, aparecen momificados de manera natural.
Sin una explicación clara sobre dicho proceso, éste pueblo frío y montañoso ubicado a dos horas de la capital, Bogotá, se ha convertido en un lugar de interés por sus momias, pues guarece en él un extraño tesoro.
Muchos de los muertos que entierran aparecen años después en un estado perfecto, con piel y ropas, algunos tienen pelos y uñas.
Cuando los cuerpos son enterrados, las familias deben esperar 10 años para que puedan ser exhumados y según el sacerdote Carlos Sárdenas este evento viene ocurriendo desde 1957 cuando se hallaron los primeros muertos momificados.
Al descubrir que un cuerpo yace de esta manera, tan pronto es abierto su ataúd, se debe esperar el permiso de la familia para reducir el tamaño del cuerpo y volverlo a enterrar o apilarlo, si está en buen estado, en una bodega que reside en el cementerio.
Un museo en el pueblo exhibe algunas de las momias que han sido encontradas en este estado y nadie las ha reclamado u otras, a quienes se les conoce con nombre y apellido, porque han sido cedidas por sus familiares y son fieles testigos de tales sucesos, al ser visitado por curiosos y turistas.
"Lo que veo es increíble, me gustó mucho", afirmó una visitante.
Aunque no existe alguna explicación, los lugareños dicen que se debe a los hábitos alimenticios de un pueblo con gran variedad de verduras como la huatila o chayote, que tiene propiedades regenerativas.
Otros aluden a la composición de la tierra o a la posición estratégica del nuevo cementerio, en donde los muertos no son enterrados bajo tierra sino en fosas.
Los cuerpos fueron trasladados allí debido a que el antiguo fue arrasado por una corriente de agua.
"En el cementerio antiguo nunca, nunca salió una momia", comentó José del Carmen uno de los habitantes.
Lo cierto es que hasta hoy nadie ha dado una explicación científica sobre el fenómeno y San Bernardo vuelve a estar en los mapas de interés en el mundo gracias a sus muertos.
Fuente
Muchos de los muertos que entierran aparecen años después en un estado perfecto, con piel y ropas, algunos tienen pelos y uñas. |
Sin una explicación clara sobre dicho proceso, éste pueblo frío y montañoso ubicado a dos horas de la capital, Bogotá, se ha convertido en un lugar de interés por sus momias, pues guarece en él un extraño tesoro.
Muchos de los muertos que entierran aparecen años después en un estado perfecto, con piel y ropas, algunos tienen pelos y uñas.
Cuando los cuerpos son enterrados, las familias deben esperar 10 años para que puedan ser exhumados y según el sacerdote Carlos Sárdenas este evento viene ocurriendo desde 1957 cuando se hallaron los primeros muertos momificados.
Al descubrir que un cuerpo yace de esta manera, tan pronto es abierto su ataúd, se debe esperar el permiso de la familia para reducir el tamaño del cuerpo y volverlo a enterrar o apilarlo, si está en buen estado, en una bodega que reside en el cementerio.
Un museo en el pueblo exhibe algunas de las momias que han sido encontradas en este estado y nadie las ha reclamado u otras, a quienes se les conoce con nombre y apellido, porque han sido cedidas por sus familiares y son fieles testigos de tales sucesos, al ser visitado por curiosos y turistas.
"Lo que veo es increíble, me gustó mucho", afirmó una visitante.
Aunque no existe alguna explicación, los lugareños dicen que se debe a los hábitos alimenticios de un pueblo con gran variedad de verduras como la huatila o chayote, que tiene propiedades regenerativas.
Otros aluden a la composición de la tierra o a la posición estratégica del nuevo cementerio, en donde los muertos no son enterrados bajo tierra sino en fosas.
Los cuerpos fueron trasladados allí debido a que el antiguo fue arrasado por una corriente de agua.
"En el cementerio antiguo nunca, nunca salió una momia", comentó José del Carmen uno de los habitantes.
Lo cierto es que hasta hoy nadie ha dado una explicación científica sobre el fenómeno y San Bernardo vuelve a estar en los mapas de interés en el mundo gracias a sus muertos.
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jueves, 28 de marzo de 2013
¿Será un fantasma? ¿Qué opinas?
En las redes sociales está dando vueltas un video donde un supuesto fenómeno paranormal mueve uno de los juegos donde a diario se ejercitan quienes concurren a la denominada "Plaza de los Deportes".
El video dura un minuto cuarenta y ocho segundos y la filmación se realizó de noche aparentemente con un celular. Las imagenes muestran el incesante movimiento de unos de los aparatos donde, a diario, se ejercitan muchos salteños en busca de mantener un buen estado físico.
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El video dura un minuto cuarenta y ocho segundos y la filmación se realizó de noche aparentemente con un celular. Las imagenes muestran el incesante movimiento de unos de los aparatos donde, a diario, se ejercitan muchos salteños en busca de mantener un buen estado físico.
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lunes, 25 de marzo de 2013
Vídeo. El tunel de la muerte
Un impactante video muestra tunel catalogado de "asesino", ya que en un punto se generan los accidentes más increíbles, situación que fue construyendo un misterio alrededor de este lugar. Sorprende cómo los autos pierden el control, estrellándose repetidamente.
Hallan primer registro del monstruo del Lago Ness
Investigadores británicos hallaron en Escocia los primeros registros históricos en los que se menciona a Morag, una criatura relacionada con el celebrísimo monstruo del Lago Ness.
Según BBC, los textos datan de 1902 y son obra de Alexander Carmichael, un prolífico recolector del folklore popular británico que viajó a la zona de Lochaber para recoger las primeras leyendas locales sobre este monstruo.
En sus diarios, Carmichael describe el posible aspecto de Morag a través de las historias populares, en las que la criatura aparece relacionada por los aldeanos con el monstruo Nessie. “Hay una criatura en el lago Morag. Siempre se la ve cuando alguien de avanzada edad del lugar muere. La última vez fue cuando Aeneas Macdonnell murió en 1898”, apunta.
Carmichael presenta a Morag como una bella sirena, aunque también se menciona que algunos de los que afirman haberla visto la describen como la Parca, controladora del hilo de la vida de cada mortal. “Aparece ascendiendo sobre el agua y se mueve por él como lo haría una pequeña barca de madera. Es despreciada y se la menciona con términos poco halagadores”, añade el investigador.
Sus notas permanecieron durante 50 años en la Universidad de Edimburgo junto al resto de su producción hasta 2011, cuando un profesor que buscaba documentos sobre el folklore británico encontró los inéditos manuscritos.
Hasta la fecha, sólo se ha sabido del monstruo por testigos que aseguran haberlo visto, el primero de ellos en 1887, mientras que en 1948 nueve personas aseguraron haber visto desde un bote a una criatura de seis metros de largo en el que es uno de los lagos más profundos de las Islas Británicas.
Fuente
Escocia. Una de las últimas fotografías de pescadores que presuntamente vieron la figura de Nessie. |
Según BBC, los textos datan de 1902 y son obra de Alexander Carmichael, un prolífico recolector del folklore popular británico que viajó a la zona de Lochaber para recoger las primeras leyendas locales sobre este monstruo.
En sus diarios, Carmichael describe el posible aspecto de Morag a través de las historias populares, en las que la criatura aparece relacionada por los aldeanos con el monstruo Nessie. “Hay una criatura en el lago Morag. Siempre se la ve cuando alguien de avanzada edad del lugar muere. La última vez fue cuando Aeneas Macdonnell murió en 1898”, apunta.
Carmichael presenta a Morag como una bella sirena, aunque también se menciona que algunos de los que afirman haberla visto la describen como la Parca, controladora del hilo de la vida de cada mortal. “Aparece ascendiendo sobre el agua y se mueve por él como lo haría una pequeña barca de madera. Es despreciada y se la menciona con términos poco halagadores”, añade el investigador.
Sus notas permanecieron durante 50 años en la Universidad de Edimburgo junto al resto de su producción hasta 2011, cuando un profesor que buscaba documentos sobre el folklore británico encontró los inéditos manuscritos.
Hasta la fecha, sólo se ha sabido del monstruo por testigos que aseguran haberlo visto, el primero de ellos en 1887, mientras que en 1948 nueve personas aseguraron haber visto desde un bote a una criatura de seis metros de largo en el que es uno de los lagos más profundos de las Islas Británicas.
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domingo, 24 de marzo de 2013
El fantasma que se 'coló' en una fotografía
México. Gran revuelo ha causado en los últimos días una fotografía tomada en el entronque de la carretera que va de la comisaría de Polabán a la cabecera municipal Homún, debido a que en la gráfica se ve un “extraño ente fantasmal”.
La foto me la entregaron hace unos días el director y el comandante de turno de la Policía Municipal de Homún, que explicaron que fue tomada por el esposo de la mujer que aparece en la imagen, quien, a su vez, trabaja en el Ayuntamiento.
Lo primero que hicimos fue analizar la foto, la cual fue tomada a través de un teléfono celular, y no parece haber ninguna inserción, truco, montaje, “efecto ghost cam”, ni nada que de alguna explicación lógica.
Esto lo hicimos en las oficinas de la revista Misterios y en diversos programas de cómputo, pues en ocasiones, a través de la “pantallita” del celular se puede ver de una forma, pero al pasar la imagen a una computadora, empiezan a distinguirse detalles que pueden dar una explicación a lo que se ve.
En visita realizada a Homún el miércoles pasado, entrevisté directamente a los protagonistas del caso, es decir, a la señora que aparece en el triciclo y a su marido, quien tomó la foto.
Comentaron que estaban esperando un taxi y que, cuando tomaron la foto vieron la silueta blanca en la parte de arriba, lo extraño del caso para ellos –y para todos- es que no corresponde al flash ni a nada ni nadie que hubiera pasado en ese momento, es decir, no pasó “volando” ninguna bolsa o algún otro objeto que de esa forma pudiera haber salido en primer plano.
A primera vista, parecen ser personas serias y la señora -empleada del Ayuntamiento de Homún- permitió que compartamos la foto con nuestros lectores (no pidieron dinero ni nada, como suele suceder cuando los casos son falsos), por lo tanto, en primera instancia creo que de buena fe me dieron la foto y si ésta, a final de cuentas, llegara a tener una explicación (hasta ahora no la hay) no habrá sido con mala intención.
Diversas personas de Homún que han visto la foto han comentado que pudiera tratarse del “fantasma” de una persona que murió en el sitio, o bien, de un “fantasma viajero” (entes que aparecen casualmente sin que tengan alguna relación con los testigos o con el sitio) sin embargo, aún es prematuro darlo por un hecho.
Mientras tanto, como sucede en estos casos, la foto ya causó revuelo y ya circula de teléfono en teléfono, principalmente en Homún, pero también en Cuzamá, Huhí y otros sitios cercanos; continuaré con la investigación y apenas haya avances los daré a conocer de inmediato.
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La foto me la entregaron hace unos días el director y el comandante de turno de la Policía Municipal de Homún, que explicaron que fue tomada por el esposo de la mujer que aparece en la imagen, quien, a su vez, trabaja en el Ayuntamiento.
Lo primero que hicimos fue analizar la foto, la cual fue tomada a través de un teléfono celular, y no parece haber ninguna inserción, truco, montaje, “efecto ghost cam”, ni nada que de alguna explicación lógica.
Esto lo hicimos en las oficinas de la revista Misterios y en diversos programas de cómputo, pues en ocasiones, a través de la “pantallita” del celular se puede ver de una forma, pero al pasar la imagen a una computadora, empiezan a distinguirse detalles que pueden dar una explicación a lo que se ve.
En visita realizada a Homún el miércoles pasado, entrevisté directamente a los protagonistas del caso, es decir, a la señora que aparece en el triciclo y a su marido, quien tomó la foto.
Comentaron que estaban esperando un taxi y que, cuando tomaron la foto vieron la silueta blanca en la parte de arriba, lo extraño del caso para ellos –y para todos- es que no corresponde al flash ni a nada ni nadie que hubiera pasado en ese momento, es decir, no pasó “volando” ninguna bolsa o algún otro objeto que de esa forma pudiera haber salido en primer plano.
A primera vista, parecen ser personas serias y la señora -empleada del Ayuntamiento de Homún- permitió que compartamos la foto con nuestros lectores (no pidieron dinero ni nada, como suele suceder cuando los casos son falsos), por lo tanto, en primera instancia creo que de buena fe me dieron la foto y si ésta, a final de cuentas, llegara a tener una explicación (hasta ahora no la hay) no habrá sido con mala intención.
Diversas personas de Homún que han visto la foto han comentado que pudiera tratarse del “fantasma” de una persona que murió en el sitio, o bien, de un “fantasma viajero” (entes que aparecen casualmente sin que tengan alguna relación con los testigos o con el sitio) sin embargo, aún es prematuro darlo por un hecho.
Mientras tanto, como sucede en estos casos, la foto ya causó revuelo y ya circula de teléfono en teléfono, principalmente en Homún, pero también en Cuzamá, Huhí y otros sitios cercanos; continuaré con la investigación y apenas haya avances los daré a conocer de inmediato.
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El misterio de los desmayos
Colombia. De un momento a otro comenzó a reírse. Era como con una risa nerviosa. Luego lanzó gritos desgarradores y desesperados, para caer en medio de convulsiones y perder el conocimiento.
La escena fue protagonizada por María Camila, estudiante del colegio José María Córdoba, en Durania, que sirve de escenario a una ‘crónica de lo desconocido’, pues abundan los desmayos, las carcajadas y las desgarradoras griterías.
“A mi hija le comenzó con un dolor de cabeza, no reacciona a estímulos y después se desmaya”, cuenta una de las madres.
Aterrados y preocupados, los padres de familia le exigieron al rector Félix Francisco Lizcano buscar una solución urgente al episodio que ha afectado a varias alumnas.
Para dar una explicación, las autoridades del municipio se congregaron en el coliseo del plantel. A las 6:30 de la mañana, los niños entraban a sus salones y los padres iban al encuentro.
Las graderías se llenaron. Alrededor de 130 personas acudieron a la cita. La palabra la tomó el sacerdote del pueblo, José Alberto Villamizar, quien comenzó con una oración.
Frente a los padres, como si fueran a ser juzgados, se sentaron el cura, el alcalde José del Carmen Pérez, el comandante de policía. Se esperaba contar con la presencia del médico para tener una versión científica del acontecimiento, pero nunca llegó.
Una profesora empezó a hablar diciendo que “en Durania no hay familias completas, ni familias modelo”. Cuando hablaba de un presunto fondo sicológico en esos eventos, el público estalló en barullo.
Las autoridades repartieron unos folletos en los que intentaron dar una explicación. El documento contenía información médica redactada en términos científicos que describían los síntomas de las víctimas, pero ningún motivo preciso ni claro.
Mientras los ánimos comenzaban a caldearse, atrás, en los salones, otro episodio inexplicable sucedía en los pasillos del establecimiento educativo. En este caso sería Geraldín la afectada, quien fue llevada de inmediato al hospital.
¿Ataque diabólico?
“Estaba tranquila y comenzó a reírse y a gritar muy duro, me agarró de la camisa, casi me la daña”, relata uno de sus compañeros mientras muestra la prenda de vestir.
Una madre no aguanta e interrumpe citando un versículo de la Biblia: “Sed sobrios y vigilantes porque vuestro enemigo el diablo anda girando como león rugiente alrededor de vosotros, en busca de presa que devorar” (Pedro 5, 8).
El sacerdote, líder espiritual de los católicos del pueblo, le responde que no se trata de un problema demoniaco. “El arzobispo antes de ser cura fue médico, y les aseguro que no son casos de posesión diabólica”, responde.
Argumenta que cuando los demonios atacan, las personas presentan síntomas como reacción agresiva al agua bendita, a la presencia de un sacerdote o a los santos óleos. Según él, en ninguno de los casos ocurridos en el colegio duranense ha ocurrido eso.
Una progenitora le contradice, y asegura que en el momento que su hija vio al padre, reaccionó violentamente con gritos y burlas.
El sacerdote, sin más argumentos, atribuye todo a la llamada histeria colectiva. “Entre mas cabida se le dé a los temas paranormales, es peor. Se trata de un tema siquiátrico”, subrayó.
Histeria colectiva
Según la ciencia médica, la histeria colectiva, o trastorno de conversión, puede presentar síntomas como movimientos sin control o arrebatos verbales, problemas que van desde la debilidad o la parálisis hasta la pérdida de la visión o del oído.
Ante esto el alcalde, José del Carmen Pérez, les dice a los angustiados familiares que se comunicó con la Universidad Antonio Nariño para llevar un sicólogo al pueblo para ayudar a tratar el ‘delirante asunto’. Sin embargo, deberán esperar hasta el 21 de marzo.
Aun así, el público en la gradería parece inquieto. No parece conforme con las explicaciones de los funcionarios terrenales y de los representantes religiosos que piden calma y paciencia ante todo. “Esta situación es nueva para todos” pidió el rector del colegio, Félix Lizcano.
Ojo a la música
El sacerdote retoma la palabra, parece no rendirse para convencer a todos de no dar explicaciones sobrenaturales. “Hay que tener cuidado con la música que escuchan los jóvenes y con sus amistades”, asegura.
Desde la gradería, otra madre habla, y cuenta la efectividad que tuvo en su hija el haber sido exorcizada por el cura Pedro Alejandrino Botello, párroco de la capilla Virgen de Torcoroma, en Cúcuta.
“Cuando entramos, mi hija estaba normal, pero cuando comenzó el padre José Botello a orar, comenzó a cambiar y a hablar en lenguas desconocidas”, asegura.
El susurro de convirtió en voces altas, todos aprueban y exigen que sea este cura el que dé solución al mal sin explicación que atormenta a sus hijas.
“El padre Botello pertenece a la Diócesis de Cúcuta y nosotros a la de Pamplona, así que no puede venir sin permiso”, responde el padre del pueblo.
Parece que el mal, sin explicaciones, que afecta solo a las jóvenes de los grados 10 y 11, tiene la ventaja ante una solución truncada por la burocracia y los límites de jurisdicción.
En medio de la discusión, un nuevo actor aparece, José Prada, quien le da la razón a los padres preocupados, “esto no es un problema psicológico, es paranormal”, luego, extendería la invitación a una jornada de sanación con un pastor que llegará desde San Andrés para curar sus males.
“No aprovechemos para hacer proselitismo religioso. Pescar en río revuelto es deshonesto”, respondió el padre José Alberto Villamizar.
El sacerdote sale de la reunión, pero en unos momentos vuelve con una noticia: El arzobispo de Pamplona dio el aval al tan buscado padre Botello, el único autorizado por la diócesis para realizar exorcismos, para que lo haga en Durania.
La tranquilidad no es completa, parece que la promesa de los exorcismos no basta, y los padres amenazan con retirar a sus hijos del colegio si este fenómeno se sigue presentando.
Al terminar la reunión, varios profesores hacen cuentas de las ausencias de estudiantes que tiene cada uno. Al parecer son muchos, algunos cuentan hasta 15.
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La escena fue protagonizada por María Camila, estudiante del colegio José María Córdoba, en Durania, que sirve de escenario a una ‘crónica de lo desconocido’, pues abundan los desmayos, las carcajadas y las desgarradoras griterías.
“A mi hija le comenzó con un dolor de cabeza, no reacciona a estímulos y después se desmaya”, cuenta una de las madres.
Aterrados y preocupados, los padres de familia le exigieron al rector Félix Francisco Lizcano buscar una solución urgente al episodio que ha afectado a varias alumnas.
Para dar una explicación, las autoridades del municipio se congregaron en el coliseo del plantel. A las 6:30 de la mañana, los niños entraban a sus salones y los padres iban al encuentro.
Las graderías se llenaron. Alrededor de 130 personas acudieron a la cita. La palabra la tomó el sacerdote del pueblo, José Alberto Villamizar, quien comenzó con una oración.
Frente a los padres, como si fueran a ser juzgados, se sentaron el cura, el alcalde José del Carmen Pérez, el comandante de policía. Se esperaba contar con la presencia del médico para tener una versión científica del acontecimiento, pero nunca llegó.
Una profesora empezó a hablar diciendo que “en Durania no hay familias completas, ni familias modelo”. Cuando hablaba de un presunto fondo sicológico en esos eventos, el público estalló en barullo.
Las autoridades repartieron unos folletos en los que intentaron dar una explicación. El documento contenía información médica redactada en términos científicos que describían los síntomas de las víctimas, pero ningún motivo preciso ni claro.
Mientras los ánimos comenzaban a caldearse, atrás, en los salones, otro episodio inexplicable sucedía en los pasillos del establecimiento educativo. En este caso sería Geraldín la afectada, quien fue llevada de inmediato al hospital.
¿Ataque diabólico?
“Estaba tranquila y comenzó a reírse y a gritar muy duro, me agarró de la camisa, casi me la daña”, relata uno de sus compañeros mientras muestra la prenda de vestir.
Una madre no aguanta e interrumpe citando un versículo de la Biblia: “Sed sobrios y vigilantes porque vuestro enemigo el diablo anda girando como león rugiente alrededor de vosotros, en busca de presa que devorar” (Pedro 5, 8).
El sacerdote, líder espiritual de los católicos del pueblo, le responde que no se trata de un problema demoniaco. “El arzobispo antes de ser cura fue médico, y les aseguro que no son casos de posesión diabólica”, responde.
Argumenta que cuando los demonios atacan, las personas presentan síntomas como reacción agresiva al agua bendita, a la presencia de un sacerdote o a los santos óleos. Según él, en ninguno de los casos ocurridos en el colegio duranense ha ocurrido eso.
Una progenitora le contradice, y asegura que en el momento que su hija vio al padre, reaccionó violentamente con gritos y burlas.
El sacerdote, sin más argumentos, atribuye todo a la llamada histeria colectiva. “Entre mas cabida se le dé a los temas paranormales, es peor. Se trata de un tema siquiátrico”, subrayó.
Histeria colectiva
Según la ciencia médica, la histeria colectiva, o trastorno de conversión, puede presentar síntomas como movimientos sin control o arrebatos verbales, problemas que van desde la debilidad o la parálisis hasta la pérdida de la visión o del oído.
Ante esto el alcalde, José del Carmen Pérez, les dice a los angustiados familiares que se comunicó con la Universidad Antonio Nariño para llevar un sicólogo al pueblo para ayudar a tratar el ‘delirante asunto’. Sin embargo, deberán esperar hasta el 21 de marzo.
Aun así, el público en la gradería parece inquieto. No parece conforme con las explicaciones de los funcionarios terrenales y de los representantes religiosos que piden calma y paciencia ante todo. “Esta situación es nueva para todos” pidió el rector del colegio, Félix Lizcano.
Ojo a la música
El sacerdote retoma la palabra, parece no rendirse para convencer a todos de no dar explicaciones sobrenaturales. “Hay que tener cuidado con la música que escuchan los jóvenes y con sus amistades”, asegura.
Desde la gradería, otra madre habla, y cuenta la efectividad que tuvo en su hija el haber sido exorcizada por el cura Pedro Alejandrino Botello, párroco de la capilla Virgen de Torcoroma, en Cúcuta.
“Cuando entramos, mi hija estaba normal, pero cuando comenzó el padre José Botello a orar, comenzó a cambiar y a hablar en lenguas desconocidas”, asegura.
El susurro de convirtió en voces altas, todos aprueban y exigen que sea este cura el que dé solución al mal sin explicación que atormenta a sus hijas.
“El padre Botello pertenece a la Diócesis de Cúcuta y nosotros a la de Pamplona, así que no puede venir sin permiso”, responde el padre del pueblo.
Parece que el mal, sin explicaciones, que afecta solo a las jóvenes de los grados 10 y 11, tiene la ventaja ante una solución truncada por la burocracia y los límites de jurisdicción.
En medio de la discusión, un nuevo actor aparece, José Prada, quien le da la razón a los padres preocupados, “esto no es un problema psicológico, es paranormal”, luego, extendería la invitación a una jornada de sanación con un pastor que llegará desde San Andrés para curar sus males.
“No aprovechemos para hacer proselitismo religioso. Pescar en río revuelto es deshonesto”, respondió el padre José Alberto Villamizar.
El sacerdote sale de la reunión, pero en unos momentos vuelve con una noticia: El arzobispo de Pamplona dio el aval al tan buscado padre Botello, el único autorizado por la diócesis para realizar exorcismos, para que lo haga en Durania.
La tranquilidad no es completa, parece que la promesa de los exorcismos no basta, y los padres amenazan con retirar a sus hijos del colegio si este fenómeno se sigue presentando.
Al terminar la reunión, varios profesores hacen cuentas de las ausencias de estudiantes que tiene cada uno. Al parecer son muchos, algunos cuentan hasta 15.
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La casa donde los objetos se mueven solos
México. Desde hace un año un vecino de Tahmek vive situaciones paranormales en su vivienda, ubicada en la salida del pueblo.
“Se mueven solos los objetos de mi casa. Mi radio se apaga o se le sube el volumen, me guardan mis herramientas y de pronto aparecen”, asegura don Jacinto Millán, en visita que le hicimos a su domicilio en el municipio de Tahmek.
De hecho, esta semana se cumple un año de las situaciones paranormales que vive en su casa, ubicada a la salida del pueblo.
Originalmente había viajado a entrevistarlo porque enfrente, en un terreno baldío, se formó un rostro en un árbol de pich, pero eso fue lo de menos al escuchar todas las situaciones que ha pasado, en compañía de su esposa.
Él incluso cree que la aparición del rostro, ocurrida el 22 de marzo de 2012, es decir, hace casi un año, podría estar relacionada con los fenómenos paranormales que han ocurrido en su casa.
Don Jacinto explicó que descubrió el rostro en el árbol mientras quemaba basura en el patio. Dijo que al levantar la vista, una especie de reflejo hizo que viera directamente hacia el referido tronco, ubicado a 10 metros de ahí, cruzando la calle.
Desde entonces, decenas de personas han acudido a ver el fenómeno, tanto locales, como de municipios cercanos, como Hocabá, Xocchel y Hoctún.
Atentado a machetazos
La última noticia que tuvimos al respecto fue que una persona, en estado de ebriedad, macheteó el árbol, borrando toda evidencia, y por si fuera poco, le prendió fuego, pero por fortuna tomamos fotos antes de que eso ocurriera.
“Algunas personas dicen que es una calavera, otros que es la cara del diablo, pero yo sólo veo un rostro que no puedo decir de qué es porque no lo conozco”, dijo nuestro entrevistado.
También recordó que se le han perdido cosas (herramientas) y luego aparecen en el mismo lugar donde las había dejado como por “arte de magia”. Asimismo, les han arrojado piedras, tanto a él como a su esposa, “juegan” con la puerta de su casa e incluso le han bajado y subido el volumen a la radio.
“En una ocasión, mientras estaba jalando una manguera, me metieron una abrazadera en la camisa, le pregunté a mi mujer que si ella lo había hecho y me dijo que no, además de que era obvio porque estaba ella lejos de mí. Salimos a la calle para ver si encontrábamos a alguien, pero no vimos a nadie”, relató.
Todo esto don Jacinto se lo atribuye a un alma en pena, puesto que hace más de 15 años en la entrada de su hogar encontraron enterrado una osamenta humana, pero sin cabeza y un fémur.
“Estaba haciendo un hoyo para colocar una reja cuando de pronto empezaron a salir los huesos. Al principio me asusté, y se los comenté a otros vecinos de 'la colonia', que me dijeron que los dejara en el terreno baldío que está frente a mi casa. Los puse en una bolsa negra y los dejé ahí, pero un señor amarró dos caballos en ese mismo lugar y pisotearon todos los huesos hasta dejarlos en puro polvo”, añadió.
Fuente
“Se mueven solos los objetos de mi casa. Mi radio se apaga o se le sube el volumen, me guardan mis herramientas y de pronto aparecen”, asegura don Jacinto Millán, en visita que le hicimos a su domicilio en el municipio de Tahmek.
De hecho, esta semana se cumple un año de las situaciones paranormales que vive en su casa, ubicada a la salida del pueblo.
Originalmente había viajado a entrevistarlo porque enfrente, en un terreno baldío, se formó un rostro en un árbol de pich, pero eso fue lo de menos al escuchar todas las situaciones que ha pasado, en compañía de su esposa.
Él incluso cree que la aparición del rostro, ocurrida el 22 de marzo de 2012, es decir, hace casi un año, podría estar relacionada con los fenómenos paranormales que han ocurrido en su casa.
Don Jacinto explicó que descubrió el rostro en el árbol mientras quemaba basura en el patio. Dijo que al levantar la vista, una especie de reflejo hizo que viera directamente hacia el referido tronco, ubicado a 10 metros de ahí, cruzando la calle.
Desde entonces, decenas de personas han acudido a ver el fenómeno, tanto locales, como de municipios cercanos, como Hocabá, Xocchel y Hoctún.
Atentado a machetazos
La última noticia que tuvimos al respecto fue que una persona, en estado de ebriedad, macheteó el árbol, borrando toda evidencia, y por si fuera poco, le prendió fuego, pero por fortuna tomamos fotos antes de que eso ocurriera.
“Algunas personas dicen que es una calavera, otros que es la cara del diablo, pero yo sólo veo un rostro que no puedo decir de qué es porque no lo conozco”, dijo nuestro entrevistado.
También recordó que se le han perdido cosas (herramientas) y luego aparecen en el mismo lugar donde las había dejado como por “arte de magia”. Asimismo, les han arrojado piedras, tanto a él como a su esposa, “juegan” con la puerta de su casa e incluso le han bajado y subido el volumen a la radio.
“En una ocasión, mientras estaba jalando una manguera, me metieron una abrazadera en la camisa, le pregunté a mi mujer que si ella lo había hecho y me dijo que no, además de que era obvio porque estaba ella lejos de mí. Salimos a la calle para ver si encontrábamos a alguien, pero no vimos a nadie”, relató.
Todo esto don Jacinto se lo atribuye a un alma en pena, puesto que hace más de 15 años en la entrada de su hogar encontraron enterrado una osamenta humana, pero sin cabeza y un fémur.
“Estaba haciendo un hoyo para colocar una reja cuando de pronto empezaron a salir los huesos. Al principio me asusté, y se los comenté a otros vecinos de 'la colonia', que me dijeron que los dejara en el terreno baldío que está frente a mi casa. Los puse en una bolsa negra y los dejé ahí, pero un señor amarró dos caballos en ese mismo lugar y pisotearon todos los huesos hasta dejarlos en puro polvo”, añadió.
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jueves, 21 de marzo de 2013
El hada
Las historias de duendes, hadas, ondinas y demás elfos, son un tema que siempre han interesado a nuestros lectores. Por eso, y como forman parte implícita de los hechos forteanos, os contamos una de ellas (ocurrida en la realidad). El relato apareció en la revista británica “Fate”, en mayo de 1977. La testigo fue Cynthia Montefiore, la cual nunca puso en duda la realidad de su experiencia.
“Me encontraba en el jardín con mi madre, en su casa de Somerset. Súbitamente, mamá se llevó los dedos a los labios, indicándome que guardara silencio, y después señaló una de las flores. Asombrada, vi lo que ella estaba viendo: una figurita de unos 15 cm de altura, con formas de mujer y unas alas brillantes, coloreadas y trasparentes que se parecían a las de una libélula. La figura tenía una varita con la que señalaba el centro de una rosa. En la punta de la varita había una pequeña luz, que parecía una estrella. Los miembros de la figura eran de color rosa pálido y se veían a través de su ropa. Tenía largos cabellos plateados, que parecían un aura. Flotó cerca de la rosa durante un par de minutos por lo menos; sus alas vibraban rápidamente, como las de un colibrí. Después desapareció.
El aspecto más sorprendente de la experiencia fue, quizá, la forma en que esta diminuta criatura correspondía, prácticamente en todos los detalles, a las hadas arquetípicas del folklore y los cuentos de hadas.”
“Me encontraba en el jardín con mi madre, en su casa de Somerset. Súbitamente, mamá se llevó los dedos a los labios, indicándome que guardara silencio, y después señaló una de las flores. Asombrada, vi lo que ella estaba viendo: una figurita de unos 15 cm de altura, con formas de mujer y unas alas brillantes, coloreadas y trasparentes que se parecían a las de una libélula. La figura tenía una varita con la que señalaba el centro de una rosa. En la punta de la varita había una pequeña luz, que parecía una estrella. Los miembros de la figura eran de color rosa pálido y se veían a través de su ropa. Tenía largos cabellos plateados, que parecían un aura. Flotó cerca de la rosa durante un par de minutos por lo menos; sus alas vibraban rápidamente, como las de un colibrí. Después desapareció.
El aspecto más sorprendente de la experiencia fue, quizá, la forma en que esta diminuta criatura correspondía, prácticamente en todos los detalles, a las hadas arquetípicas del folklore y los cuentos de hadas.”
Un espectro nos observa
La Primera Guerra Mundial (1914-1918), fue muy fecunda en hechos forteanos y apariciones fantasmales. Muchos fueron los soldados muertos que aparecieron en sus propias casas, y otros que avisaron a sus camaradas en el campo de batalla, del peligro que corrían. No obstante, existe un caso, por demás curioso, que reclama especialmente nuestra atención. El caso es referido por el capitán W.E. Newcome:
“Era en septiembre de 1916, cuando el 2º regimiento de Suffolk salió de Loos para el sector norte de Albert. Yo le acompañé, y cuando estábamos en la línea avanzada de trincheras en dicho sector, yo y otros vimos el fenómeno notabilísimo que voy a referir.
Hasta el 5 de noviembre estuvimos ocupando la línea con muy pocos hombres. El día 1º los alemanes desarrollaron un potente ataque decididos a romper la línea. Hallábame visitando yo la línea de reserva, y durante mi ausencia, se inició el ataque. Corrí a incorporarme a mi compañía, llegando a tiempo para contribuir con bombas de mano a que fuera rechazado el enemigo, haciéndole volver a sus líneas. No pudo poner pie en nuestras trincheras, pero el asalto fue duro y rápido, quedando todos nosotros preparados para el nuevo ataque.
No tuvimos que esperar mucho tiempo, pues enseguida vimos avanzar a los alemanes en masas compactas hacia la Tierra de Nadie, pero antes de que llegaran a nuestras alambradas, surgió de un hoyo de granada la figura blanca, espiritual, de un soldado, a unos cien metros a nuestra izquierda, ante nuestras alambradas y entre la primera línea alemana y la nuestra.
El espectro anduvo lentamente por espacio de unos mil metros a lo largo de nuestro frente. Su perfil me recordaba el de un antiguo oficial de antes de la guerra. Primero miró a los alemanes lanzados al ataque, volvió la cabeza al otro lado y comenzó a andar lentamente por el sector que defendíamos.
Disparaba nuestra artillería. Las granadas silbaban a través de la Tierra de Nadie... pero ninguna de ellas impidió el avance del espectro. Andaba con firmeza, desde la izquierda hasta la extrema derecha del sector, en donde se volvió hacia nosotros. Parecía observar nuestra trinchera a todo lo largo.
Después de contemplarnos unos momentos, se volvió bruscamente a la derecha y se dirigió en línea recta a las trincheras alemanas. Los alemanes retrocedieron entonces... y en toda la noche ya no volvió a verse el espectro.
La primera idea de los soldados fue que era uno de los llamados Angeles de Mons; otros le encontraron cierto parecido con lord Kitchener. Yo sólo puedo decir que me afectó la aparición profundamente, y durante mucho tiempo fue la comidilla de la compañía.
El hecho está corroborado por todas las clases y hombres de mi sección” (Historia del Espiritismo. Arthur Conan Doyle. Edit:Eyras)
¿Otra historia Forteana?
“Era en septiembre de 1916, cuando el 2º regimiento de Suffolk salió de Loos para el sector norte de Albert. Yo le acompañé, y cuando estábamos en la línea avanzada de trincheras en dicho sector, yo y otros vimos el fenómeno notabilísimo que voy a referir.
Hasta el 5 de noviembre estuvimos ocupando la línea con muy pocos hombres. El día 1º los alemanes desarrollaron un potente ataque decididos a romper la línea. Hallábame visitando yo la línea de reserva, y durante mi ausencia, se inició el ataque. Corrí a incorporarme a mi compañía, llegando a tiempo para contribuir con bombas de mano a que fuera rechazado el enemigo, haciéndole volver a sus líneas. No pudo poner pie en nuestras trincheras, pero el asalto fue duro y rápido, quedando todos nosotros preparados para el nuevo ataque.
No tuvimos que esperar mucho tiempo, pues enseguida vimos avanzar a los alemanes en masas compactas hacia la Tierra de Nadie, pero antes de que llegaran a nuestras alambradas, surgió de un hoyo de granada la figura blanca, espiritual, de un soldado, a unos cien metros a nuestra izquierda, ante nuestras alambradas y entre la primera línea alemana y la nuestra.
El espectro anduvo lentamente por espacio de unos mil metros a lo largo de nuestro frente. Su perfil me recordaba el de un antiguo oficial de antes de la guerra. Primero miró a los alemanes lanzados al ataque, volvió la cabeza al otro lado y comenzó a andar lentamente por el sector que defendíamos.
Disparaba nuestra artillería. Las granadas silbaban a través de la Tierra de Nadie... pero ninguna de ellas impidió el avance del espectro. Andaba con firmeza, desde la izquierda hasta la extrema derecha del sector, en donde se volvió hacia nosotros. Parecía observar nuestra trinchera a todo lo largo.
Después de contemplarnos unos momentos, se volvió bruscamente a la derecha y se dirigió en línea recta a las trincheras alemanas. Los alemanes retrocedieron entonces... y en toda la noche ya no volvió a verse el espectro.
La primera idea de los soldados fue que era uno de los llamados Angeles de Mons; otros le encontraron cierto parecido con lord Kitchener. Yo sólo puedo decir que me afectó la aparición profundamente, y durante mucho tiempo fue la comidilla de la compañía.
El hecho está corroborado por todas las clases y hombres de mi sección” (Historia del Espiritismo. Arthur Conan Doyle. Edit:Eyras)
¿Otra historia Forteana?
martes, 5 de marzo de 2013
El niño y el ángel de la guardia
Una persona muy cercana a mí, y en la cual confío plenamente, me refirió en cierta ocasión un suceso extraordinario que he considerado interesante incluir en este apartado. Su testimonio y experiencia está fuera de toda duda y puedo afirmar, con toda rotundidad, que no es persona dada a la fabulación o a desvaríos de la mente.
Cuenta nuestro testigo, que en cierta ocasión, siendo niño, jugando con sus amigos, descubrió preocupado que acaba de perder unos cromos muy preciados para él (recordemos que no tenía más de siete u ocho años). Con la urgencia propia de un muchacho de esa edad, se puso denodadamente a buscar sus valoradas estampitas coleccionables, no encontrándolas por ninguna parte.
Con el llanto en los ojos, abandonó el parque y los amigos con los que estaba jugando, y se marchó en dirección a su casa. En el camino, el niño rezó con fuerza a Dios para que le ayudara a recuperar sus cromos; y fue en ese preciso momento cuando sintió que alguien le cogía de los hombros y le giraba con decisión hacia su izquierda y en dirección a una bicicleta que se encontraba apoyada en una pared.
Allí, y perfectamente amontonados sobre el sillín, se encontraban los mismos cromos que el niño había extraviado estando en el parque. El infante, con la alegría iluminando su rostro, dio gracias a Dios y recogió sus estimadas viñetas, sin percatarse realmente de lo que le había ocurrido.
Nuestro amigo nos dijo que nunca había olvidado este suceso, pero que fue sólo años después cuando comenzó a darse cuenta de la importancia y rareza del hecho. Para un niño, y más de esa corta edad, lo extraño y forteano sólo lo es para los adulto.
Por cierto, el testigo, ya en su adultez, nos aseguró que aquel día no había pasado por donde encontró los cromos, y afirma que, con toda certeza, los perdió estando en el parque.
¿Existirá, acaso, en la realidad, el incorpóreo e imaginario Ángel de la Guarda?
Cuenta nuestro testigo, que en cierta ocasión, siendo niño, jugando con sus amigos, descubrió preocupado que acaba de perder unos cromos muy preciados para él (recordemos que no tenía más de siete u ocho años). Con la urgencia propia de un muchacho de esa edad, se puso denodadamente a buscar sus valoradas estampitas coleccionables, no encontrándolas por ninguna parte.
Con el llanto en los ojos, abandonó el parque y los amigos con los que estaba jugando, y se marchó en dirección a su casa. En el camino, el niño rezó con fuerza a Dios para que le ayudara a recuperar sus cromos; y fue en ese preciso momento cuando sintió que alguien le cogía de los hombros y le giraba con decisión hacia su izquierda y en dirección a una bicicleta que se encontraba apoyada en una pared.
Allí, y perfectamente amontonados sobre el sillín, se encontraban los mismos cromos que el niño había extraviado estando en el parque. El infante, con la alegría iluminando su rostro, dio gracias a Dios y recogió sus estimadas viñetas, sin percatarse realmente de lo que le había ocurrido.
Nuestro amigo nos dijo que nunca había olvidado este suceso, pero que fue sólo años después cuando comenzó a darse cuenta de la importancia y rareza del hecho. Para un niño, y más de esa corta edad, lo extraño y forteano sólo lo es para los adulto.
Por cierto, el testigo, ya en su adultez, nos aseguró que aquel día no había pasado por donde encontró los cromos, y afirma que, con toda certeza, los perdió estando en el parque.
¿Existirá, acaso, en la realidad, el incorpóreo e imaginario Ángel de la Guarda?
El extraordinario gigante
John A. Keel, en su estupendo libro “el enigma de las extrañas criaturas”, nos cuenta un descubrimiento suyo que tuvo ocasión de encontrar en un libro antiguo de título “History and Antiquities of Allerdale”. En este libro, se hace una descripción de un gigante hallado en Cumberland, Inglaterra, en algún momento de la edad media. Se cree que la información está avalada por una verdadera información de Hugh Hodson, de Thorneway”. Esto es lo que cuenta el mencionado libro:
“El gigante estaba enterrado a cuatro yardas de profundidad en una tierra que ahora es un campo de maíz. Tenía una estatura de cuatro yardas y media (unos tres metros y medio), y llevaba la armadura completa; la espada y el hacha de combate reposaban junto a él. La espada tenía una anchura de dos palmos y más de dos yardas de longitud. La cabeza de su hacha de guerra tenía una yarda de largo, y el mango, todo de hierro, era recio como el muslo de un hombre y con más de dos yardas de longitud.
Los dientes medían seis pulgadas de largo y dos pulgadas de anchura. La frente tenía una anchura de más de dos palmos de y medio. El hueso del mentón podía contener tres pecks (más de 26 litros) de harina de cebada. Su armadura, espada y hacha de combate, se encuentran en casa de Mr. Sand, de Redington, y en la de Mr. Wyber, en St. Bees.”
Debemos tener en cuenta que este relato nos viene de la Edad Media. Hoy no sabemos lo que se hizo con los huesos ni con la armadura por lo que debemos contentarnos con este extraordinario testimonio.
“El gigante estaba enterrado a cuatro yardas de profundidad en una tierra que ahora es un campo de maíz. Tenía una estatura de cuatro yardas y media (unos tres metros y medio), y llevaba la armadura completa; la espada y el hacha de combate reposaban junto a él. La espada tenía una anchura de dos palmos y más de dos yardas de longitud. La cabeza de su hacha de guerra tenía una yarda de largo, y el mango, todo de hierro, era recio como el muslo de un hombre y con más de dos yardas de longitud.
Los dientes medían seis pulgadas de largo y dos pulgadas de anchura. La frente tenía una anchura de más de dos palmos de y medio. El hueso del mentón podía contener tres pecks (más de 26 litros) de harina de cebada. Su armadura, espada y hacha de combate, se encuentran en casa de Mr. Sand, de Redington, y en la de Mr. Wyber, en St. Bees.”
Debemos tener en cuenta que este relato nos viene de la Edad Media. Hoy no sabemos lo que se hizo con los huesos ni con la armadura por lo que debemos contentarnos con este extraordinario testimonio.
domingo, 3 de marzo de 2013
La gaviota que salvó una vida
La siguiente historia ocurrió en 1980. La señora Rachel Flynn, de Cape Cod, Nueva Inglaterra, E.E.U.U, paseaba sola, como era su costumbre, por los escarpados acantilados del pueblo, cuando de pronto, tropezó y cayó desde unos diez metros, desde un acantilado, estrellándose en la arena de la playa. Intentó levantarse, pero se encontraba demasiado aturdida y mal herida como para mover un músculo siquiera. Pensó que ese era final y que moriría abandonada por todos.
De repente, sintió cerca de ella el aleteo de un ave y sobre su dolorido cuerpo aterrizó una gaviota. Quiso creer que era una de las gaviotas a las que ella y su hermana daban de comer periódicamente y que llegó a conocer tan bien que la bautizaron con el nombre de Nancy. Sacando fuerzas de flaqueza, y en apenas un susurro, la señora Flynn, le dijo: “Por amor de Dios, Nancy, busca ayuda”.
Era una idea desesperada ya que todo el mundo sabe que las gaviotas no entienden nuestro lenguaje ni nuestro estado emocional... ¿O sí? La cuestión es que Nancy, la gaviota, salió volando, llegando a casa de la señora Flynn, a un kilómetro y medio de distancia, donde su hermana June se encontraba preparando la comida en la cocina. La gaviota se posó en la ventana y con el pico golpeó salvajemente el cristal, al tiempo que agitaba sus alas como una enloquecida.
June se sintió molesta y trató de que Nancy la dejara en paz, pero el animal no se fue en ningún instante, poniéndose todavía más frenética. Por increíble que parezca, June llegó a pensar que la gaviota trataba de decirle algo.
El animal se echó a volar, parándose incluso de vez en cuanto para asegurarse de que June la seguía. Al llegar al acantilado, la gaviota se posó en el borde y June, al asomarse, pudo descubrir a su hermana aprisionada entre dos rocas.
La señora Rachel Flynn, había sufrido numerosas contusiones y se había dislocado un hombro. Sin embargo, gracias a la gaviota, pudo salvar su vida.
Las preguntas que surgen en torno a este caso son muy simples. ¿Cómo una gaviota sabía que alguien estaba en peligro? ¿Cómo sabía lo que hacer para pedir ayuda? Estas son preguntas que de momento no tienen visos de solución.
De repente, sintió cerca de ella el aleteo de un ave y sobre su dolorido cuerpo aterrizó una gaviota. Quiso creer que era una de las gaviotas a las que ella y su hermana daban de comer periódicamente y que llegó a conocer tan bien que la bautizaron con el nombre de Nancy. Sacando fuerzas de flaqueza, y en apenas un susurro, la señora Flynn, le dijo: “Por amor de Dios, Nancy, busca ayuda”.
Era una idea desesperada ya que todo el mundo sabe que las gaviotas no entienden nuestro lenguaje ni nuestro estado emocional... ¿O sí? La cuestión es que Nancy, la gaviota, salió volando, llegando a casa de la señora Flynn, a un kilómetro y medio de distancia, donde su hermana June se encontraba preparando la comida en la cocina. La gaviota se posó en la ventana y con el pico golpeó salvajemente el cristal, al tiempo que agitaba sus alas como una enloquecida.
June se sintió molesta y trató de que Nancy la dejara en paz, pero el animal no se fue en ningún instante, poniéndose todavía más frenética. Por increíble que parezca, June llegó a pensar que la gaviota trataba de decirle algo.
El animal se echó a volar, parándose incluso de vez en cuanto para asegurarse de que June la seguía. Al llegar al acantilado, la gaviota se posó en el borde y June, al asomarse, pudo descubrir a su hermana aprisionada entre dos rocas.
La señora Rachel Flynn, había sufrido numerosas contusiones y se había dislocado un hombro. Sin embargo, gracias a la gaviota, pudo salvar su vida.
Las preguntas que surgen en torno a este caso son muy simples. ¿Cómo una gaviota sabía que alguien estaba en peligro? ¿Cómo sabía lo que hacer para pedir ayuda? Estas son preguntas que de momento no tienen visos de solución.
La maldición de los gatos
La historia que pasamos a contar a continuación, no formaría parte, en realidad, de los hechos forteanos y condenados, sino más bien a los de la magia y el psiquismos; no obstante, las características del suceso ofrecen elementos curiosos que podrían materializarlos en ésta sección.
Violet Mary Firth, más conocida como Dion Fortune, fue una mujer dedicada por entero a los fenómenos ocultistas y la magia. Se dice que tenía unas facultades psíquicas bastante desarrolladas y que poseía dotes como médium. No obstante esto, en 1920, sus capacidades psíquicas se vieron seriamente amenazadas por una competidora más cualificada que ella.
En esa fecha, 1920, Dion Fortune conoció a la viuda de MacGregor Mathers, que en aquel tiempo dirigía la ya veterana orden de la Golden Dawn. Dion, se hizo muy amiga de ella y la señora Mathers acepto incluso su propuesta de convertir una sección de la cerrada organización, en una puerta abierta al gran público. Dion Fortune comenzó a escribir muchos artículos y libros sobre el tema y por alguna razón, la señora Mathers empezó a sentirse traicionada por la nueva adepta y le ordenó que dejara de dar publicidad a los secretos de la orden; sin embargo Dion Fortune no hizo caso de los deseos de la mujer, y recibió a cambio, un maleficio de magia negra.
Una mañana, nuestra protagonista descubrió que en su casa se habían instalado una docena de gatos negros. Mirase a donde mirase, unos terribles y amenazadores ojos gatunos, observaban sus movimientos sin que la mujer pudiera hacer nada por espantarlos. Día tras días, los gatos se paseaban por su casa, ante los ojos perplejos e impotentes de la médium.
Los gatos aumentaron en número y ya se les podía ver incluso en la calle maullando en dirección a la casa. Pero una mañana, la mujer se encontró con un suceso todavía más extraño. En la escalera de su casa vio bajar lenta y pesadamente a un enorme gato cerval, dos veces más grande que un tigre. El miedo la tenía paralizada pero aún así, dirigió su mirada hacia aquellos gigantescos ojos, y el animal desapareció. Para Fortune ya no existía duda; la señora Mathers le había enviado una maldición.
Los sucesos terminaron cuando nuestra protagonista se hizo acompañar de sus seguidores, y entre todos realizaron un ritual para desembarazarse de aquel ataque psíquico. Tras ello, los gatos se esfumaron para siempre.
Sin embargo, se dice que Dion Fortune nunca consiguió recuperarse absolutamente de este primer embate psíquico y que arrastró sus consecuencias el resto de su vida. Su salud quedó minada y comenzó a engordar considerablemente. Murió, años más tarde, a consecuencia de una leucemia aguda.
Violet Mary Firth, más conocida como Dion Fortune, fue una mujer dedicada por entero a los fenómenos ocultistas y la magia. Se dice que tenía unas facultades psíquicas bastante desarrolladas y que poseía dotes como médium. No obstante esto, en 1920, sus capacidades psíquicas se vieron seriamente amenazadas por una competidora más cualificada que ella.
En esa fecha, 1920, Dion Fortune conoció a la viuda de MacGregor Mathers, que en aquel tiempo dirigía la ya veterana orden de la Golden Dawn. Dion, se hizo muy amiga de ella y la señora Mathers acepto incluso su propuesta de convertir una sección de la cerrada organización, en una puerta abierta al gran público. Dion Fortune comenzó a escribir muchos artículos y libros sobre el tema y por alguna razón, la señora Mathers empezó a sentirse traicionada por la nueva adepta y le ordenó que dejara de dar publicidad a los secretos de la orden; sin embargo Dion Fortune no hizo caso de los deseos de la mujer, y recibió a cambio, un maleficio de magia negra.
Una mañana, nuestra protagonista descubrió que en su casa se habían instalado una docena de gatos negros. Mirase a donde mirase, unos terribles y amenazadores ojos gatunos, observaban sus movimientos sin que la mujer pudiera hacer nada por espantarlos. Día tras días, los gatos se paseaban por su casa, ante los ojos perplejos e impotentes de la médium.
Los gatos aumentaron en número y ya se les podía ver incluso en la calle maullando en dirección a la casa. Pero una mañana, la mujer se encontró con un suceso todavía más extraño. En la escalera de su casa vio bajar lenta y pesadamente a un enorme gato cerval, dos veces más grande que un tigre. El miedo la tenía paralizada pero aún así, dirigió su mirada hacia aquellos gigantescos ojos, y el animal desapareció. Para Fortune ya no existía duda; la señora Mathers le había enviado una maldición.
Los sucesos terminaron cuando nuestra protagonista se hizo acompañar de sus seguidores, y entre todos realizaron un ritual para desembarazarse de aquel ataque psíquico. Tras ello, los gatos se esfumaron para siempre.
Sin embargo, se dice que Dion Fortune nunca consiguió recuperarse absolutamente de este primer embate psíquico y que arrastró sus consecuencias el resto de su vida. Su salud quedó minada y comenzó a engordar considerablemente. Murió, años más tarde, a consecuencia de una leucemia aguda.
viernes, 1 de marzo de 2013
El gato de las calamidades
Otra historia de una lectora:
Antes que nada les saludo, y les felicito por esta interesante página. He leído todos los casos presentados y esto me ha motivado a escribirles sobre algo que me pasó, no recuerdo exactamente el día, pero si sé que fue en Abril del 2001.
Vivo en Venezuela-Barquisimeto, casi toda mi familia vive en un pueblo cercano (una hora) de donde vivo. En ocasiones les visito, esta vez, como de costumbre, fui, y un Domingo aproveche para visitar el cementerio con mi mamá y abuela, a llevar flores a familiares muertos. Después de salir de allí nos fuimos a casa.
En el camino, me encontré con mi prima, que estaba de visita, y le dije que buscásemos la andadera de mi primo (su hijo) en su casa, que quedaba a tres cuadras de la de mis abuelos. Nos montamos en el carro y a la segunda cuadra vimos como un gato negro cruzó la calle y se sentó justo en medio de ésta, mirando de frente el carro, como impidiendo el paso o esperando que frenáramos; fue tanta su insistencia, que tuve que girar el carro para no atropellarlo; pero éste no se quitó.
Seguimos y sin decir una palabra, nos encomendamos a Dios. Buscamos la andadera y volvimos a casa de los abuelos; pero justo en la esquina donde nos pasó el incidente con el gato, salió de repente un joven a toda velocidad montado en una bicicleta. Mi prima y yo no nos explicamos como fue porque no lo vimos, y este se fue contra mi carro, el golpe fue tal que el joven dio vueltas en el aire para caer al asfalto y la bicicleta por otro lado. Gracias a Dios no hubo nada que lamentar pues el joven solo se golpeó el tobillo y mi carro recibió un pequeño golpe.
Ahora mi duda es si los gatos negros traen calamidades o te avisan para que no ocurra lo peor.
Carmen Rosa
Antes que nada les saludo, y les felicito por esta interesante página. He leído todos los casos presentados y esto me ha motivado a escribirles sobre algo que me pasó, no recuerdo exactamente el día, pero si sé que fue en Abril del 2001.
Vivo en Venezuela-Barquisimeto, casi toda mi familia vive en un pueblo cercano (una hora) de donde vivo. En ocasiones les visito, esta vez, como de costumbre, fui, y un Domingo aproveche para visitar el cementerio con mi mamá y abuela, a llevar flores a familiares muertos. Después de salir de allí nos fuimos a casa.
En el camino, me encontré con mi prima, que estaba de visita, y le dije que buscásemos la andadera de mi primo (su hijo) en su casa, que quedaba a tres cuadras de la de mis abuelos. Nos montamos en el carro y a la segunda cuadra vimos como un gato negro cruzó la calle y se sentó justo en medio de ésta, mirando de frente el carro, como impidiendo el paso o esperando que frenáramos; fue tanta su insistencia, que tuve que girar el carro para no atropellarlo; pero éste no se quitó.
Seguimos y sin decir una palabra, nos encomendamos a Dios. Buscamos la andadera y volvimos a casa de los abuelos; pero justo en la esquina donde nos pasó el incidente con el gato, salió de repente un joven a toda velocidad montado en una bicicleta. Mi prima y yo no nos explicamos como fue porque no lo vimos, y este se fue contra mi carro, el golpe fue tal que el joven dio vueltas en el aire para caer al asfalto y la bicicleta por otro lado. Gracias a Dios no hubo nada que lamentar pues el joven solo se golpeó el tobillo y mi carro recibió un pequeño golpe.
Ahora mi duda es si los gatos negros traen calamidades o te avisan para que no ocurra lo peor.
Carmen Rosa
La gárgola viviente
Un antiguo compañero de trabajo de nuestro compañero Francisco Máñez, le relató a éste un extrañísimo suceso ocurrido en su casa del Barrio del Carmen, Valencia, España, cuando éste contaba con apenas cinco o seis años. El hecho sucedió a finales de los sesenta y el testigo afirma que lo recuerda como si lo hubiese vivido hoy mismo. Nunca antes había contado esta historia, por temor a las burlas, y le pidió a Francisco que si algún día tenía que contarlo, prescindiera de revelar su nombre.
La historia ocurrió en una fría mañana de noviembre. Nuestro protagonista, a la sazón un niño, como ya hemos indicado, deseaba ir a jugar a la calle, con sus juguetes, como hacía todos los fines de semana. Por algún motivo, que ni el propio testigo recuerda, su madre no se lo permitió, dándole como única opción, el que subiera a la terraza. El niño recogió sus juguetes y obedeció las indicaciones de su madre.
El mirador era amplio y descubierto, y aquí y allá podía verse la ropa tendida de los vecinos del edificio, agitándose al aire. Nuestro joven protagonista, abrió la puerta, y al hacerlo, descubrió frente a él, posado plácidamente sobre la barandilla de la glorieta, a un extraño pájaro que miraba a su alrededor como oteando su próximo destino. El niño se fue acercando a él muy despacio, y mientras lo hacía, se dio cuenta que aquel pájaro no era como los que conocía.
Era un animal muy grande "del tamaño de un águila" –aseguró-. Sus alas eran como las de un murciélago, y su cuerpo, vuelto de espaldas al muchacho, carecía por completo de plumas. En un momento dado, el animal, que debió oír los pasos del joven, giró su cara hacía atrás y lo que el niño vio fue tan increíble, que no pudo por menos de detenerse y quedarse asombrado ante lo que veía. ¡Aquel pájaro tenía una cara semihumana y su cuerpo, similar al de una persona, se posaba sobre unas patas terminadas en garras! Con esto, el "animal" saltó al vacío, y nuestro testigo observó como desplegaba sus alas y se ponía a volar con movimiento lento y armonioso, hasta que desapareció de su vista.
El hombre, aseveró a nuestro compañero, que lo que vio, lo había visto de verdad y que no formaba parte de una ilusión óptica debido a su corta edad. "Aquel pájaro tenía el cuerpo y la cara de un humano, y eso no hay nadie que me lo discuta" –le dijo sin vacilaciones a Francisco Mánez.
El hombre, en su juventud, nunca había oído hablar de las Gárgolas; y hasta que no las oyó mencionar por primera vez, jamás lo asoció con este nombre. Pero en cierta ocasión, en los que tuvo la oportunidad de ver una de ellas, tallada en la piedra, en lo alto de una iglesia, el recuerdo de lo que había visto años antes, siendo niño, volvió a su mente con más fuerza, encontrando en una y otra, un gran parecido.
¿Verían, acaso, los medievales, constructores de catedrales, estos seres fantásticos, de la que nuestro protagonista fue un testigo de excepción?
La historia ocurrió en una fría mañana de noviembre. Nuestro protagonista, a la sazón un niño, como ya hemos indicado, deseaba ir a jugar a la calle, con sus juguetes, como hacía todos los fines de semana. Por algún motivo, que ni el propio testigo recuerda, su madre no se lo permitió, dándole como única opción, el que subiera a la terraza. El niño recogió sus juguetes y obedeció las indicaciones de su madre.
El mirador era amplio y descubierto, y aquí y allá podía verse la ropa tendida de los vecinos del edificio, agitándose al aire. Nuestro joven protagonista, abrió la puerta, y al hacerlo, descubrió frente a él, posado plácidamente sobre la barandilla de la glorieta, a un extraño pájaro que miraba a su alrededor como oteando su próximo destino. El niño se fue acercando a él muy despacio, y mientras lo hacía, se dio cuenta que aquel pájaro no era como los que conocía.
Era un animal muy grande "del tamaño de un águila" –aseguró-. Sus alas eran como las de un murciélago, y su cuerpo, vuelto de espaldas al muchacho, carecía por completo de plumas. En un momento dado, el animal, que debió oír los pasos del joven, giró su cara hacía atrás y lo que el niño vio fue tan increíble, que no pudo por menos de detenerse y quedarse asombrado ante lo que veía. ¡Aquel pájaro tenía una cara semihumana y su cuerpo, similar al de una persona, se posaba sobre unas patas terminadas en garras! Con esto, el "animal" saltó al vacío, y nuestro testigo observó como desplegaba sus alas y se ponía a volar con movimiento lento y armonioso, hasta que desapareció de su vista.
El hombre, aseveró a nuestro compañero, que lo que vio, lo había visto de verdad y que no formaba parte de una ilusión óptica debido a su corta edad. "Aquel pájaro tenía el cuerpo y la cara de un humano, y eso no hay nadie que me lo discuta" –le dijo sin vacilaciones a Francisco Mánez.
El hombre, en su juventud, nunca había oído hablar de las Gárgolas; y hasta que no las oyó mencionar por primera vez, jamás lo asoció con este nombre. Pero en cierta ocasión, en los que tuvo la oportunidad de ver una de ellas, tallada en la piedra, en lo alto de una iglesia, el recuerdo de lo que había visto años antes, siendo niño, volvió a su mente con más fuerza, encontrando en una y otra, un gran parecido.
¿Verían, acaso, los medievales, constructores de catedrales, estos seres fantásticos, de la que nuestro protagonista fue un testigo de excepción?
martes, 26 de febrero de 2013
El garaje que levitó
Teddy Bix, de Albany, Nueva York, se encontraba limpiando sus instrumentos de pesca en su portal.
Teddy, era un aficionado a los deportes y acababa de comprar una especie de garaje portátil de aluminio donde guardaba todos sus utensilios. Nuestro protagonista se encontraba mirando su nueva adquisición cuando de repente, una especie de explosión sorda se dejó sentir en el aire. Teddy miró en derredor creyendo que algún avión se acaba de estrellar contra el suelo pero con lo que se encontró fue con su propio garaje elevándose en el cielo lentamente y en forma horizontal.
Una vez que alcanzó cierta altura, el garaje empezó a ejercer un ligero balanceo tras lo cual se agitó violentamente a unos cincuenta pies de altura, para terminar echo pedazos como si una mano invisible la hubiese estrujado con una fuerza titánica y arrojado al suelo convertido en minúsculos pedazos.
En ese instante, William Rider, vecino de Teddy, volvía de su trabajo y vio el fantasmagórico suceso. Más tarde diría:
“Casi no podía creer lo que veía. Allí estaba el garaje de Teddy en el aire sobre mi cabeza. Sólo me dio tiempo de cerrar la ventanilla del auto antes de que comenzara a caer una verdadera lluvia de metales rotos en los alrededores. En ese momento tuve la seguridad de que había algo en este mundo que nos controla aún cuando no podemos verlo.”
Quizás William Rider tuviera razón.
Teddy, era un aficionado a los deportes y acababa de comprar una especie de garaje portátil de aluminio donde guardaba todos sus utensilios. Nuestro protagonista se encontraba mirando su nueva adquisición cuando de repente, una especie de explosión sorda se dejó sentir en el aire. Teddy miró en derredor creyendo que algún avión se acaba de estrellar contra el suelo pero con lo que se encontró fue con su propio garaje elevándose en el cielo lentamente y en forma horizontal.
Una vez que alcanzó cierta altura, el garaje empezó a ejercer un ligero balanceo tras lo cual se agitó violentamente a unos cincuenta pies de altura, para terminar echo pedazos como si una mano invisible la hubiese estrujado con una fuerza titánica y arrojado al suelo convertido en minúsculos pedazos.
En ese instante, William Rider, vecino de Teddy, volvía de su trabajo y vio el fantasmagórico suceso. Más tarde diría:
“Casi no podía creer lo que veía. Allí estaba el garaje de Teddy en el aire sobre mi cabeza. Sólo me dio tiempo de cerrar la ventanilla del auto antes de que comenzara a caer una verdadera lluvia de metales rotos en los alrededores. En ese momento tuve la seguridad de que había algo en este mundo que nos controla aún cuando no podemos verlo.”
Quizás William Rider tuviera razón.
El hombre fuego
En el volumen primero del libro escrito en alemán, “Deutche Sagen”, se encuentra una curiosa anotación sobre la presencia de un hombre en llamas que fue visto en el distrito de Freinstein. Veamos qué dice esta extraña reseña:
En este año del señor de 1125 un hombre en llamas rondaba por las montañas como una aparición. Era la medianoche exacta y el hombre corría de un abedul a otro, poniéndolos en llamas. El vigilante dijo que era como un fuego encendido. Así se comportó durante tres noches, y luego ya no más. Georg Miltenberger, que vivía en un campo de lúpulo cerca de Railbach, en el distrito de Freinstein, explicó: “En la primera aparición, la noche del domingo, entre las once y las doce, lejos de mi casa, vi a un hombre todo encendido en llamas. Se podían contar todas las costillas de su pecho.
Él continuó su camino de un mojón a otro hasta que, después de la medianoche, se desvaneció súbitamente. Muchas personas quedaron aterrorizadas por su aparición pues por la nariz y la boca exhalaba fuego al mismo tiempo que corría de acá para allá en todas direcciones”.
Esta historia tan chocante, la podrán encontrar también en el libro de John Keel, “El Enigma de las Extrañas Criaturas”.
En este año del señor de 1125 un hombre en llamas rondaba por las montañas como una aparición. Era la medianoche exacta y el hombre corría de un abedul a otro, poniéndolos en llamas. El vigilante dijo que era como un fuego encendido. Así se comportó durante tres noches, y luego ya no más. Georg Miltenberger, que vivía en un campo de lúpulo cerca de Railbach, en el distrito de Freinstein, explicó: “En la primera aparición, la noche del domingo, entre las once y las doce, lejos de mi casa, vi a un hombre todo encendido en llamas. Se podían contar todas las costillas de su pecho.
Él continuó su camino de un mojón a otro hasta que, después de la medianoche, se desvaneció súbitamente. Muchas personas quedaron aterrorizadas por su aparición pues por la nariz y la boca exhalaba fuego al mismo tiempo que corría de acá para allá en todas direcciones”.
Esta historia tan chocante, la podrán encontrar también en el libro de John Keel, “El Enigma de las Extrañas Criaturas”.
sábado, 23 de febrero de 2013
Freud y la paciente telépata
El psicoanalista Sigmund Freud, cita el caso de una paciente checa refugiada en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Cierto día de 1939, la mujer se sintió angustiada y desesperada, sin que mediara razón alguna, y “supo” que su madre, que todavía vivía en su país, había muerto. Todos los intentos de su marido y familia por tranquilizarla fueron en vano y ella persistió en su actitud.
Transcurridos dos días de aquel “fuerte presentimiento”, recibió un telegrama de su país natal donde le confirmaban la tragedia. Teniendo en cuenta las siete horas de diferencia que existen entre Praga y Nueva York, tanto la paciente de Freud como su esposo pudieron constatar que el momento de la angustia de la mujer coincidía con el preciso instante de la muerte de su madre.
¿Es esto puro azar?
Transcurridos dos días de aquel “fuerte presentimiento”, recibió un telegrama de su país natal donde le confirmaban la tragedia. Teniendo en cuenta las siete horas de diferencia que existen entre Praga y Nueva York, tanto la paciente de Freud como su esposo pudieron constatar que el momento de la angustia de la mujer coincidía con el preciso instante de la muerte de su madre.
¿Es esto puro azar?
Monje fantasma ronda en el convento de Izamal
La Ciudad de los Cerros es rica en leyendas y fenómenos paranormales, tanto recientes como del pasado.
Izamal es considerado un Pueblo Mágico de México desde hace varios años, destaca por sus calles empedradas, el imponente convento de San Antonio de Padua, sus cerros en pleno centro histórico y sus casas amarillas, pero para los amantes del misterio, déjenme decirles que esta ciudad es muy rica en leyendas y casos actuales sobre fenómenos paranormales.
En los últimos nueve años he visitado en más de 20 ocasiones esa ciudad (ubicada a una hora de Mérida) para realizar investigaciones, sustentadas incluso por testimonios de autoridades municipales y policiacas, que han sido testigos directos de casos sorprendentes... pero vayamos por partes.
En cuanto a evidencias de fantasmas, dos de ellas sobresalen: la del fantasma de un monje que fue captado por un turista de Mérida mientras visitaba el convento franciscano, y el del alma en pena de una persona que se ve levitando junto a un automóvil que momentos antes había volcado en la carretera a Kantunil y fue captado por el director de Protección Civil del ayuntamiento.
En el primer caso, tras hacer una investigación a fondo descubrí que en primera instancia la foto es real, no tiene trucos ni montajes, y también son varias las personas, tanto nativas de Izamal como turistas, que han visto a este monje fantasmal rondando por los interiores y el exterior del convento.
En cuanto a la foto de la carretera a Kantunil, la imagen fue auténtica y se ve a un señor con gorra parado al fondo, a unos metros el vehículo siniestrado.
La imagen fue captada a plena luz del día y el entonces director de protección civil, Gabriel Cruz Bacelis, me aseguró que no había nadie más con ellos; con el paso del tiempo descubrí que las manifestaciones paranormales en ese tramo carretero son frecuentes y se afirma que es por un trailero que murió quemado en esa zona.
Pasajera fantasma
También se ha visto rondar en las calles de Izamal a la llamada “pasajera fantasma”, una joven que murió ahorcada y que pide aventón a los caleseros e incluso a la policía, se sube al vehículo y minutos después desaparece; las autoridades han identificado esta manifestación.
En la llamada calle de “El venado” también circula la leyenda de un pordiosero que se manifiesta convertido en ese animal, mientras que los casos de aluxes tampoco pueden faltar, ya que han sido vistos en diversas calles y sobre todo en los cerros y pirámides de Izamal.
No cabe duda que para hablar de todos los casos que ahí ocurren necesitaríamos muchas páginas, más adelante les estaré platicando sobre casos específicos que he investigado en la Ciudad de los Cerros.
En tanto, si usted tiene oportunidad de visitar este municipio le aseguro que no se arrepentirá, ya que independientemente de los fenómenos paranormales y leyendas de terror, es un sitio muy agradable.
Fuente
Izamal es considerado un Pueblo Mágico de México desde hace varios años, destaca por sus calles empedradas, el imponente convento de San Antonio de Padua, sus cerros en pleno centro histórico y sus casas amarillas, pero para los amantes del misterio, déjenme decirles que esta ciudad es muy rica en leyendas y casos actuales sobre fenómenos paranormales.
En los últimos nueve años he visitado en más de 20 ocasiones esa ciudad (ubicada a una hora de Mérida) para realizar investigaciones, sustentadas incluso por testimonios de autoridades municipales y policiacas, que han sido testigos directos de casos sorprendentes... pero vayamos por partes.
En cuanto a evidencias de fantasmas, dos de ellas sobresalen: la del fantasma de un monje que fue captado por un turista de Mérida mientras visitaba el convento franciscano, y el del alma en pena de una persona que se ve levitando junto a un automóvil que momentos antes había volcado en la carretera a Kantunil y fue captado por el director de Protección Civil del ayuntamiento.
En el primer caso, tras hacer una investigación a fondo descubrí que en primera instancia la foto es real, no tiene trucos ni montajes, y también son varias las personas, tanto nativas de Izamal como turistas, que han visto a este monje fantasmal rondando por los interiores y el exterior del convento.
En cuanto a la foto de la carretera a Kantunil, la imagen fue auténtica y se ve a un señor con gorra parado al fondo, a unos metros el vehículo siniestrado.
La imagen fue captada a plena luz del día y el entonces director de protección civil, Gabriel Cruz Bacelis, me aseguró que no había nadie más con ellos; con el paso del tiempo descubrí que las manifestaciones paranormales en ese tramo carretero son frecuentes y se afirma que es por un trailero que murió quemado en esa zona.
Pasajera fantasma
También se ha visto rondar en las calles de Izamal a la llamada “pasajera fantasma”, una joven que murió ahorcada y que pide aventón a los caleseros e incluso a la policía, se sube al vehículo y minutos después desaparece; las autoridades han identificado esta manifestación.
En la llamada calle de “El venado” también circula la leyenda de un pordiosero que se manifiesta convertido en ese animal, mientras que los casos de aluxes tampoco pueden faltar, ya que han sido vistos en diversas calles y sobre todo en los cerros y pirámides de Izamal.
No cabe duda que para hablar de todos los casos que ahí ocurren necesitaríamos muchas páginas, más adelante les estaré platicando sobre casos específicos que he investigado en la Ciudad de los Cerros.
En tanto, si usted tiene oportunidad de visitar este municipio le aseguro que no se arrepentirá, ya que independientemente de los fenómenos paranormales y leyendas de terror, es un sitio muy agradable.
Fuente
miércoles, 20 de febrero de 2013
Freddy Krueger... ¡existe!
Todo el mundo, hoy en día, conoce ya al famoso personaje del celuloide, Freddy Krueger, y su gran afición a martirizar a jóvenes estudiantes con su guante de garras afiladas y su cara mutilada por el fuego; sin embargo, pocos saben cómo se originó el personaje en la mente de su director y guionista, Wes Craven, y cuál fue su fuente de inspiración para crear al incombustible personaje de la saga "Pesadilla en Elm Street".
Cuenta el director, que una noche, siendo niño, vio a un hombre extraño rondar su casa, cuyo aspecto le asustó tanto, que durante muchos años estuvo apareciendo en sus sueños. Cuando imaginó a su personaje, pensó en aquel hombre motivo de sus pesadillas, y le otorgó las mismas características y altura.
El nombre, Freddy Krueger, se lo dio recordando a un niño, de igual nombre, que le hizo la vida imposible estando en el colegio. Sin embargo, existe algo más que ya no forma parte de unas simples pesadillas infantiles. Wes Craven, quiso rodar un filme inspirado en un extraño suceso ocurrido en Los Ángeles: Un grupo de jóvenes se negaban a dormir; cuando por fin lo hicieron, murieron en circunstancias muy raras, aún no aclaradas. Esto dio a Craven, según sus propias palabras, la idea de "Pesadilla en Elm Street".
Por desgracia, no hemos podido averiguar dónde y cuándo exactamente ocurrió este hecho, pero si Wes Craven lo dice, suponemos que debe corresponder a un caso real. ¿Existirá entonces, realmente, el brutal y sanguinario, Freddy Krueger?
El budín que reaparecía una y otra vez
Henos aquí ante otra de esas historias que nos dejan de una pieza y nos hacen plantearnos, seriamente, la posibilidad de que el tiempo y el espacio no sean como nos lo han contado. La historia no es contada por el siempre extraordinario astrónomo, Camille Flammarion, en su libro “L´Inconnu et les problèmes psychiques”.
El señor Deschamps, siendo un muchacho, recibió en su casa de Orleáns un trozo de budín de ciruela, cuyo sabor le entusiasmo desde un principio. El trozo de tarta le fue enviado por M. Fontgibu.
Transcurridos los años, el joven, ya un adulto, entró en un restaurante parisino y encontró que en el menú del día se incluía el pudín de ciruela que tanto le gustó siendo niño. Sin pensárselo dos veces, se apresuró a pedirlo.
-Lo siento señor –le dijo el camarero, discretamente-. El último trozo que nos quedaba le ha sido servido a M. De Fontgibu.
¡M. De Fontgibu! El mismo hombre que le había enviado, en su juventud, la tajada de pudín, y del que hacía tanto años que Deschamps no sabía nada.
Pero el asunto no estaba destinado a quedarse ahí. Muchos años después, el señor Deschamps fue invitado una tarde en casa de una señora, la cual anunció que tendría un postre muy especial y exquisito. El postre: pudín de ciruela.
Deschamps se sonrió, y les contó a los demás invitados la extraña coincidencia con ese delicioso postre; luego, añadió: “Y ahora, solamente nos falta a M. Fontgibu”. En el mismo instante en que esto decía, la puerta se abrió y un achacoso anciano hizo su aparición en la sala, disculpándose por la tardanza. Aquel señor no era otro que M. de Fontgibu, que también había sido invitado a la velada y que había equivocado la dirección.
Estoy convencido que esta historia no es nueva para usted. Si analiza concienzudamente su propia vida, descubrirá que esto mismo, o algo similar, le ha pasado también a usted. Nuestra vida está cargada con estas “aparentes” casualidades que nadie, hasta el momento, ha sabido explicar. ¿Seremos nosotros, y no un ente ajeno, el que le da sentido a nuestro mundo?
El señor Deschamps, siendo un muchacho, recibió en su casa de Orleáns un trozo de budín de ciruela, cuyo sabor le entusiasmo desde un principio. El trozo de tarta le fue enviado por M. Fontgibu.
Transcurridos los años, el joven, ya un adulto, entró en un restaurante parisino y encontró que en el menú del día se incluía el pudín de ciruela que tanto le gustó siendo niño. Sin pensárselo dos veces, se apresuró a pedirlo.
-Lo siento señor –le dijo el camarero, discretamente-. El último trozo que nos quedaba le ha sido servido a M. De Fontgibu.
¡M. De Fontgibu! El mismo hombre que le había enviado, en su juventud, la tajada de pudín, y del que hacía tanto años que Deschamps no sabía nada.
Pero el asunto no estaba destinado a quedarse ahí. Muchos años después, el señor Deschamps fue invitado una tarde en casa de una señora, la cual anunció que tendría un postre muy especial y exquisito. El postre: pudín de ciruela.
Deschamps se sonrió, y les contó a los demás invitados la extraña coincidencia con ese delicioso postre; luego, añadió: “Y ahora, solamente nos falta a M. Fontgibu”. En el mismo instante en que esto decía, la puerta se abrió y un achacoso anciano hizo su aparición en la sala, disculpándose por la tardanza. Aquel señor no era otro que M. de Fontgibu, que también había sido invitado a la velada y que había equivocado la dirección.
Estoy convencido que esta historia no es nueva para usted. Si analiza concienzudamente su propia vida, descubrirá que esto mismo, o algo similar, le ha pasado también a usted. Nuestra vida está cargada con estas “aparentes” casualidades que nadie, hasta el momento, ha sabido explicar. ¿Seremos nosotros, y no un ente ajeno, el que le da sentido a nuestro mundo?
martes, 19 de febrero de 2013
¿Existen las casualidades?
Hemos hablado mucho sobre los casos recopilados por el siempre genial Camille Flammarion. Pero este astrónomo, aficionado a los temas esotéricos y a las historias de fantasmas, dejó escrito en si libro “Lo Desconocido y los Problemas Psíquicos” una curiosa situación ocurrida en su propia carne.
Sucedió mientras escribía su libro “La Atmósfera y los Grandes Fenómenos de la Naturaleza”. Ocupado en un capítulo dedicado a las borrascas, un fuerte golpe de viento abrió de par en par la ventana de su estudio, revolviendo todos los papeles que tenía sobre la mesa y haciendo que el capítulo que acaba de escribir saliera volando hasta la calle.
Su sorpresa llegó cuando, unos días más tarde, su editor le envió las pruebas del capítulo que el viento se había llevado. Curiosamente, los papeles perdidos por Flammarion habían ido a parar a una calle donde casualmente su editor pasaba con el coche. Éste, extrañado al encontrarse un montón de papeles tirados en el suelo, descendió del coche, recogió las hojas y las llevó a la editorial para recomponer el documento.
¿Existen las casualidades? Uno está tentado en pensar que no.
Sucedió mientras escribía su libro “La Atmósfera y los Grandes Fenómenos de la Naturaleza”. Ocupado en un capítulo dedicado a las borrascas, un fuerte golpe de viento abrió de par en par la ventana de su estudio, revolviendo todos los papeles que tenía sobre la mesa y haciendo que el capítulo que acaba de escribir saliera volando hasta la calle.
Su sorpresa llegó cuando, unos días más tarde, su editor le envió las pruebas del capítulo que el viento se había llevado. Curiosamente, los papeles perdidos por Flammarion habían ido a parar a una calle donde casualmente su editor pasaba con el coche. Éste, extrañado al encontrarse un montón de papeles tirados en el suelo, descendió del coche, recogió las hojas y las llevó a la editorial para recomponer el documento.
¿Existen las casualidades? Uno está tentado en pensar que no.
El faro maldito
En los archivos de la prefectura de la isla Fannam (Inglaterra), encontramos una historia de lo más extraño. Fecha del suceso: 15 de diciembre de 1900.
Nos encontramos en la isla Fannam, a 70 millas marítimas de las islas Hébridas, en el antiguo faro de Eilan Mor. En el faro, inaugurado un año antes, se encontraban a su cuidado cuatro hombres, llamados Ducat, a la sazón el jefe, y los auxiliares Marshall, Moore y Mc Arthur.
Para entonces, 15 de diciembre, Moore se disponía a disfrutar de una vacaciones, cuando una tormenta se abalanzó sobre el lugar impidiendo a éste iniciar su merecido descanso. En plena tormenta, Moore descubrió preocupado que el faro se hallaba totalmente apagado a pesar de que allí se encontraban sus compañeros. Los gusrdias costeros también se dieron cuenta, y una nube de incertidumbre pasó por la cara de todos.
Cuando la tormenta amainó, el barco "Hesperus", que traía alimentos, regalos y correspondencia para los hombres del faro, partió hacia allí con Moore y una dotación de la prefectura, para intentar descubrir qué había ocurrido. En el camino, los hombres del Hesperus lanzaron llamadas al faro que no fueron respondidas por nadie. Esto hizo que la preocupación fuera en aumento.
La lancha, comandada por el capitán Helman, atracó en una dársena cercana, y en sus oídos, los visitantes, sólo recibieron el silencio más sepulcral. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Dónde estaba la gente del faro? Moore se mostró especialmente afectado y comenzó a aporrear la puerta cerrada con sus manos. Dentro, no se oía a nadie. La decisión fue unánime: había que derribar la puerta.
En el interior todo estaba en orden y nada indicaba que hubiese ocurrido ninguna desgracia; sin embargo, descubrieron que el reloj, que de normal siempre funcionaba, estaba detenido en las 9:30 H.
En las habitaciones, todo estaba tal y como Moore lo conocía. Un marinero trajo el diario del jefe Ducat, y vieron que la última anotación era del 15 de diciembre a las 9 H.
Moore, subió entonces a la tortea, único lugar que quedaba por revisar, y allí tampoco descubrió nada. En la isleta, ni una huella de sus compañeros.
Mientras los marineros del Hesperus regresaban, Moore quedó encargado de encender el faro hasta que días mas tarde varios oficiales de la Real Armada Británica fueron al lugar, con la misión de realizar una concienzuda investigación.
Encontraron que los equipos para lluvia no estaban, excepto el de Mc Arthur, que se hallaba en su sitio en el armario. La grúa del muelle, de más de dos toneladas de peso, y fijado al suelo de cemento, había sido sacudida, y una caja de herramientas perteneciente a esa grúa había sido forzada contra la roca.
Las teorías vertidas en el asunto fueron, como suele ocurrir en estos casos, muy variadas. Se pensó que probablemente uno de los funcionarios del faro pudo caer al agua y en un intento por rescatarlo, sus compañeros se ahogaron con él. No obstante esta teoría no se ajusta a la realidad pues en los costados del muelle existían suficientes salvavidas y sogas para intentar un rescate seguro. Se habló también de la posibilidad de que uno de los hombres se volviera loco y asesinara a los demás; pero tampoco esto se sostiene pues no existían indicios de lucha y cuanto menos de sangre.
Lo cierto es que jamás se volvió a saber de los desaparecidos, ni el mar devolvió los supuestos cadáveres de los tres hombres. El misterio de su desaparición nunca pudo ser aclarado y los tres hombres, Mc Arthur, Ducat y Marshall, pasaron a engrosar la lista de los evaporados en extrañas circunstancias (VER, EL MISTERIOSO MARY CELESTE).
Como dato añadido, diremos que Moore, el único superviviente de la dotación del faro, se volvió loco un año más tarde, mientras permanecía de guardia en el faro maldito. ¿Acaso fue testigo del hecho inusual, responsable de la desaparición de sus antiguos compañeros?
Los habitantes de las islas Hébridas, siempre creyeron que los duendes fueron la causa de tan misterioso asunto.
Nos encontramos en la isla Fannam, a 70 millas marítimas de las islas Hébridas, en el antiguo faro de Eilan Mor. En el faro, inaugurado un año antes, se encontraban a su cuidado cuatro hombres, llamados Ducat, a la sazón el jefe, y los auxiliares Marshall, Moore y Mc Arthur.
Para entonces, 15 de diciembre, Moore se disponía a disfrutar de una vacaciones, cuando una tormenta se abalanzó sobre el lugar impidiendo a éste iniciar su merecido descanso. En plena tormenta, Moore descubrió preocupado que el faro se hallaba totalmente apagado a pesar de que allí se encontraban sus compañeros. Los gusrdias costeros también se dieron cuenta, y una nube de incertidumbre pasó por la cara de todos.
Cuando la tormenta amainó, el barco "Hesperus", que traía alimentos, regalos y correspondencia para los hombres del faro, partió hacia allí con Moore y una dotación de la prefectura, para intentar descubrir qué había ocurrido. En el camino, los hombres del Hesperus lanzaron llamadas al faro que no fueron respondidas por nadie. Esto hizo que la preocupación fuera en aumento.
La lancha, comandada por el capitán Helman, atracó en una dársena cercana, y en sus oídos, los visitantes, sólo recibieron el silencio más sepulcral. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Dónde estaba la gente del faro? Moore se mostró especialmente afectado y comenzó a aporrear la puerta cerrada con sus manos. Dentro, no se oía a nadie. La decisión fue unánime: había que derribar la puerta.
En el interior todo estaba en orden y nada indicaba que hubiese ocurrido ninguna desgracia; sin embargo, descubrieron que el reloj, que de normal siempre funcionaba, estaba detenido en las 9:30 H.
En las habitaciones, todo estaba tal y como Moore lo conocía. Un marinero trajo el diario del jefe Ducat, y vieron que la última anotación era del 15 de diciembre a las 9 H.
Moore, subió entonces a la tortea, único lugar que quedaba por revisar, y allí tampoco descubrió nada. En la isleta, ni una huella de sus compañeros.
Mientras los marineros del Hesperus regresaban, Moore quedó encargado de encender el faro hasta que días mas tarde varios oficiales de la Real Armada Británica fueron al lugar, con la misión de realizar una concienzuda investigación.
Encontraron que los equipos para lluvia no estaban, excepto el de Mc Arthur, que se hallaba en su sitio en el armario. La grúa del muelle, de más de dos toneladas de peso, y fijado al suelo de cemento, había sido sacudida, y una caja de herramientas perteneciente a esa grúa había sido forzada contra la roca.
Las teorías vertidas en el asunto fueron, como suele ocurrir en estos casos, muy variadas. Se pensó que probablemente uno de los funcionarios del faro pudo caer al agua y en un intento por rescatarlo, sus compañeros se ahogaron con él. No obstante esta teoría no se ajusta a la realidad pues en los costados del muelle existían suficientes salvavidas y sogas para intentar un rescate seguro. Se habló también de la posibilidad de que uno de los hombres se volviera loco y asesinara a los demás; pero tampoco esto se sostiene pues no existían indicios de lucha y cuanto menos de sangre.
Lo cierto es que jamás se volvió a saber de los desaparecidos, ni el mar devolvió los supuestos cadáveres de los tres hombres. El misterio de su desaparición nunca pudo ser aclarado y los tres hombres, Mc Arthur, Ducat y Marshall, pasaron a engrosar la lista de los evaporados en extrañas circunstancias (VER, EL MISTERIOSO MARY CELESTE).
Como dato añadido, diremos que Moore, el único superviviente de la dotación del faro, se volvió loco un año más tarde, mientras permanecía de guardia en el faro maldito. ¿Acaso fue testigo del hecho inusual, responsable de la desaparición de sus antiguos compañeros?
Los habitantes de las islas Hébridas, siempre creyeron que los duendes fueron la causa de tan misterioso asunto.
lunes, 18 de febrero de 2013
Apareció la cara de Cristo sobre el portón de una casa
Argentina. La imagen apareció el lunes pasado sobre la pared, arriba de un portón, en Villa Chartas. El dueño de la casa dice que vivió siempre ahí y nunca había notado nada. Pero esta vez la visión fue más fuerte que el escepticismo de los vecinos, e incluso se repitió a lo largo de la semana. En Salta, el relato de una periodista local confirmó la noticia. Algunos hablan de varios rostros, incluso de seres completos, pero dolientes y hasta perturbadores.
“El rostro que vi desde la vereda de la familia que lo descubrió, fue el de Cristo. (…) El ojo izquierdo permanecía en sombras y como si estuviese amoratado, mientras su par, el derecho, estaba cerrado, como si durmiera. La nariz se dibujaba perfectamente sobre unos labios que aparentemente estaban cerrados, y desde otra posición para observar, parecen abiertos. Sobre la cabeza, se ve la formación de espinas, posiblemente por las hojas de los árboles. Pero la imagen era visible, patente y clara”, describió la periodista de Salta 21.
Claudia, una vecina del lugar, dijo que años atrás, por las noches, se veía a un hombre de negro, sin rostro y con un sombrero oscuro, parado en la puerta de la vivienda donde se dio el fenómeno. Belén, otra vecina, recordó que hace muchos años se suicidó un policía que vivía al lado de la casa. Y que se escuchan ruidos extraños.
La fuerza del fenómeno generó distintas sensaciones, pero primó lo positivo. “Sentí algo así como tranquilidad y me quedé observando durante casi 3 horas”, sintetizó uno de los testigos.
“Pese a mi escepticismo, doy fe que la imagen-mural no es una alucinación y que sus formas, coinciden con el rostro de Cristo. Al menos en apariencia lo es. Cuando la percepción aumenta y se agudiza la vista, aparecen más rostros y hasta cuerpos, y la “lectura” se vuelve casi aterradora. Una mezcla rara de imágenes de seres ambiguos, como si mostrasen los dos planos conocidos como el bien y el mal en una conjunción de formas perceptibles con un trabajo de observación”, cerró la periodista.
Fuente
“El rostro que vi desde la vereda de la familia que lo descubrió, fue el de Cristo. (…) El ojo izquierdo permanecía en sombras y como si estuviese amoratado, mientras su par, el derecho, estaba cerrado, como si durmiera. La nariz se dibujaba perfectamente sobre unos labios que aparentemente estaban cerrados, y desde otra posición para observar, parecen abiertos. Sobre la cabeza, se ve la formación de espinas, posiblemente por las hojas de los árboles. Pero la imagen era visible, patente y clara”, describió la periodista de Salta 21.
Claudia, una vecina del lugar, dijo que años atrás, por las noches, se veía a un hombre de negro, sin rostro y con un sombrero oscuro, parado en la puerta de la vivienda donde se dio el fenómeno. Belén, otra vecina, recordó que hace muchos años se suicidó un policía que vivía al lado de la casa. Y que se escuchan ruidos extraños.
La fuerza del fenómeno generó distintas sensaciones, pero primó lo positivo. “Sentí algo así como tranquilidad y me quedé observando durante casi 3 horas”, sintetizó uno de los testigos.
“Pese a mi escepticismo, doy fe que la imagen-mural no es una alucinación y que sus formas, coinciden con el rostro de Cristo. Al menos en apariencia lo es. Cuando la percepción aumenta y se agudiza la vista, aparecen más rostros y hasta cuerpos, y la “lectura” se vuelve casi aterradora. Una mezcla rara de imágenes de seres ambiguos, como si mostrasen los dos planos conocidos como el bien y el mal en una conjunción de formas perceptibles con un trabajo de observación”, cerró la periodista.
Fuente
domingo, 17 de febrero de 2013
El fantasma que arrojaba piedras
En esta historia, que pasamos a relatar a continuación, volvemos a la crónica del extraordinario explorador inglés, P. H. Fawcett, "A Través del la Selva Amazónica". En esta ocasión, nos cuenta cómo, en 1911, estando en una aldea llamada Curva, cerca de Pelechuco, Bolivia, para delimitar la frontera entre Perú y Bolivia, se encontró con un hombre (un germano-boliviano de nombre Carlos Franck) que le contó una extraña historia en referencia a un fantasma local. Conozcamos el relato de boca del propio Carlos Franck, cuando éste hablaba con Fawcett:
"Viviendo en estos lugares retirados, muy próximos a la naturaleza y lejos de la precipitación y bullicio del mundo exterior, se experimentan cosas que un forastero puede considerar fantásticas, pero que para nosotros son comunes. Le contaré una historia (...) que usted podrá comprobar fácilmente pues ocurrió la semana pasada.
¿Ha observado una choza solitaria, al costado del sendero antes de llegar a Pelechuco? ¿Sí? Pues bien, estaba ocupada por un funcionario de aduanas que vivía solo, acompañado únicamente por un sirviente nativo o pongo, al que trataba terriblemente mal. Era una cosa sorprendente que el pongo permaneciese con él, pero tal vez había una razón que nosotros ignoramos. El caso es que el funcionario sorprendió a su sirviente cometiendo raterías, lo amarró, le pasó una cuerda debajo de los brazos y lo descolgó, desde el puente de piedra frente a su casa, dejándolo justamente sobre la catarata. Se cortó la cuerda y el pongo cayó al rugiente torrente, que lo arrastró hasta la catarata y se ahogó.
Tres noches después, el funcionario estaba sentado en su cabaña, con las puertas y las ventanas cerradas, cuando una piedra golpeó la muralla detrás de él y cayó al suelo. Se levantó alarmado, y por un instante pensó que alguien había lanzado una piedra desde afuera contra la cabaña, pero la piedra estaba allí sobre el piso, en el interior. ¿Cómo pudo haber entrado? Entonces otra piedra, una grande, cayó con estrépito sobre la mesa, e inmediatamente se oyó un ruido de cosas que se hacen añicos al caer una tercera en medio de su loza.
Cogió el rifle y voló a abrir la puerta, listo para disparar a cualquier movimiento que notase en la oscuridad. Su radio visual era bastante limitado, pero apenas tuvo tiempo para volver la cabeza, cuando una piedra lo golpeó en la frente. Tambaleándose, retrocedió, mientras la sangre le afluía de una gran herida, y cerró con estrépito la puerta.
Al día siguiente, vino a mi casa a solicitar ayuda. Juntos bajamos a la choza y me mostró las piedras en el piso; eran guijarros de río del tamaño de su puño. Lo acompañé hasta el atardecer, y en cuanto oscureció comenzó otra vez el lanzamiento de piedras. Parecía que los guijarros venían derechos a través de la ventana con los postigos cerrados, o de la pared delantera e iban dirigidos al funcionario, como si viniesen de gran distancia. Asombrado, y para decir la verdad, asustado, murmuré: "Es el diablo el que está haciendo esto", y en el acto las piedras comenzaron a venir dirigidas a mí. Me fue absolutamente imposible explicar el misterio, y tan increíble es todo, que no espero que usted pueda creer esta parte de la historia. Yo tampoco lo creería, si no me hubiese encontrado allí como testigo ocular.
El funcionario no pudo seguir viviendo allí, y durante tres meses quedó la choza desocupada, pero durante ese periodo, varios aldeanos temerarios bajaron a ella, para presenciar por sí mismos el lanzamiento de piedras, ¡y lo vieron! Puede interrogarlos si gusta. Entonces, sólo en la semana pasada, un calahuaya (gitano andino, y hierbero) visitó Pelechuco y se le pidió que apaciguara al fantasma. Quemó hierbas en el umbral y cantó durante algunas horas inteligentes mantras; después embolsó sus honorarios y se marchó. Desde aquel día no arrojaron más piedras y el funcionario está viviendo allí otra vez".
Las historias de apedreamientos por parte de fantasmas, se encuentran en casi todas las culturas y épocas; su frecuencia es tan insistente, que se podría escribir un libro entero sólo con ellas. El propio Fawcett, nos cuenta más adelante, en su crónica, otra historia de similares características, que le fue referida por el vicario de Jauja, en el Perú central.
"(El vicario) me contó que él fue llamado a ahuyentar un ánima que bombardeaba a un trabajador cholo y a su familia, en una choza en los lindes de la ciudad. Todo había sido golpeado por las piedras y una niñita tenía magulladuras en todo el cuerpo. Lo más extraño era que las piedras lanzadas venían de una distancia considerable, pues eran de un tipo que no se encontraba en un radio de muchas millas de Jauja. El vicario fracasó por completo en poner fin a las apariciones. No sólo estaba atemorizado, sino que se encontraba ante algo no reconocido ni previsto en su religión. Con el tiempo, el fantasma cesó sus actividades y la paz volvió a reinar en la choza. Jamás se pudieron indicar las razones de este extraño suceso". (sic)
Más adelante, contaremos alguna historia más sobre los misteriosos apedreamientos fantasmales.
"Viviendo en estos lugares retirados, muy próximos a la naturaleza y lejos de la precipitación y bullicio del mundo exterior, se experimentan cosas que un forastero puede considerar fantásticas, pero que para nosotros son comunes. Le contaré una historia (...) que usted podrá comprobar fácilmente pues ocurrió la semana pasada.
¿Ha observado una choza solitaria, al costado del sendero antes de llegar a Pelechuco? ¿Sí? Pues bien, estaba ocupada por un funcionario de aduanas que vivía solo, acompañado únicamente por un sirviente nativo o pongo, al que trataba terriblemente mal. Era una cosa sorprendente que el pongo permaneciese con él, pero tal vez había una razón que nosotros ignoramos. El caso es que el funcionario sorprendió a su sirviente cometiendo raterías, lo amarró, le pasó una cuerda debajo de los brazos y lo descolgó, desde el puente de piedra frente a su casa, dejándolo justamente sobre la catarata. Se cortó la cuerda y el pongo cayó al rugiente torrente, que lo arrastró hasta la catarata y se ahogó.
Tres noches después, el funcionario estaba sentado en su cabaña, con las puertas y las ventanas cerradas, cuando una piedra golpeó la muralla detrás de él y cayó al suelo. Se levantó alarmado, y por un instante pensó que alguien había lanzado una piedra desde afuera contra la cabaña, pero la piedra estaba allí sobre el piso, en el interior. ¿Cómo pudo haber entrado? Entonces otra piedra, una grande, cayó con estrépito sobre la mesa, e inmediatamente se oyó un ruido de cosas que se hacen añicos al caer una tercera en medio de su loza.
Cogió el rifle y voló a abrir la puerta, listo para disparar a cualquier movimiento que notase en la oscuridad. Su radio visual era bastante limitado, pero apenas tuvo tiempo para volver la cabeza, cuando una piedra lo golpeó en la frente. Tambaleándose, retrocedió, mientras la sangre le afluía de una gran herida, y cerró con estrépito la puerta.
Al día siguiente, vino a mi casa a solicitar ayuda. Juntos bajamos a la choza y me mostró las piedras en el piso; eran guijarros de río del tamaño de su puño. Lo acompañé hasta el atardecer, y en cuanto oscureció comenzó otra vez el lanzamiento de piedras. Parecía que los guijarros venían derechos a través de la ventana con los postigos cerrados, o de la pared delantera e iban dirigidos al funcionario, como si viniesen de gran distancia. Asombrado, y para decir la verdad, asustado, murmuré: "Es el diablo el que está haciendo esto", y en el acto las piedras comenzaron a venir dirigidas a mí. Me fue absolutamente imposible explicar el misterio, y tan increíble es todo, que no espero que usted pueda creer esta parte de la historia. Yo tampoco lo creería, si no me hubiese encontrado allí como testigo ocular.
El funcionario no pudo seguir viviendo allí, y durante tres meses quedó la choza desocupada, pero durante ese periodo, varios aldeanos temerarios bajaron a ella, para presenciar por sí mismos el lanzamiento de piedras, ¡y lo vieron! Puede interrogarlos si gusta. Entonces, sólo en la semana pasada, un calahuaya (gitano andino, y hierbero) visitó Pelechuco y se le pidió que apaciguara al fantasma. Quemó hierbas en el umbral y cantó durante algunas horas inteligentes mantras; después embolsó sus honorarios y se marchó. Desde aquel día no arrojaron más piedras y el funcionario está viviendo allí otra vez".
Las historias de apedreamientos por parte de fantasmas, se encuentran en casi todas las culturas y épocas; su frecuencia es tan insistente, que se podría escribir un libro entero sólo con ellas. El propio Fawcett, nos cuenta más adelante, en su crónica, otra historia de similares características, que le fue referida por el vicario de Jauja, en el Perú central.
"(El vicario) me contó que él fue llamado a ahuyentar un ánima que bombardeaba a un trabajador cholo y a su familia, en una choza en los lindes de la ciudad. Todo había sido golpeado por las piedras y una niñita tenía magulladuras en todo el cuerpo. Lo más extraño era que las piedras lanzadas venían de una distancia considerable, pues eran de un tipo que no se encontraba en un radio de muchas millas de Jauja. El vicario fracasó por completo en poner fin a las apariciones. No sólo estaba atemorizado, sino que se encontraba ante algo no reconocido ni previsto en su religión. Con el tiempo, el fantasma cesó sus actividades y la paz volvió a reinar en la choza. Jamás se pudieron indicar las razones de este extraño suceso". (sic)
Más adelante, contaremos alguna historia más sobre los misteriosos apedreamientos fantasmales.
El fantasma y los sueños
Hola, me llamo Judith. Sé que quizás esta historia no sea muy interesante para algunas personas, pero solamente quiero contarles lo que a mi me sucedió.
Soy una mujer de 25 años, originaria de Jalisco, México. Cuando tenía 17 años empecé a soñar con una joven que siempre me llevaba flores. Era siempre un ramo de flores blancas. El tipo de ramo es como el que envían a los difuntos para su velación. Siempre al verla en el sueño, me daba miedo, pero sabía que algo me quería decir. Después de soñarla casi todos los días, durante un mes, decidí buscar al padre de la parroquia que se encuentra cerca de mi casa para preguntarle que hacer, a lo que él me contestó que quizás era mi ángel que me quería proteger, o algún alma del purgatorio que quería que le cumpliera algún favor que no pudo hacer en vida. Me aclaró que si era lo segundo, le mandara oficiar una misa para que descansara en paz. Y así lo hice. Le mandé oficiar una misa por las dudas.
Sin embargo la seguía soñando. A veces descansaba una semana, pero seguían tres. Y así paso un año. Justo una semana antes de cumplir los 18 años, entré a trabajar como empleada doméstica a la casa de un Abogado. A los pocos meses de trabajar allí, llegó de visita una hermana de la señora que provenía de la Ciudad de México, pues había ido a visitar a una tía porque su hija había muerto hacía poco más de un año. La chica y yo nos hicimos muy buenas amigas y me empezó a contar la historia de Carmen, su prima.
Esta chica tenía 17 años cuando falleció. Se suicidó. La causa no la supieron nunca, solamente un día apareció muerta en su habitación con las venas cortadas. A mi me entristeció mucho su historia, y me dijo que traía una foto de ella ya que era muy bonita y en vida era muy agradable. Pero al ver la foto sentí un escalofrío por todo el cuerpo. Carmen era la chica que yo he soñado desde el día de su muerte, el 2 de abril de 1993. Hasta la fecha no sé qué mensaje quiere darme. Le he pedido que me lo diga en sueños (pues presente creo que no lo resistiría), pero no me lo dice. Desde que la hermana de la señora me contó su historia, la soñé un mes seguido, todas las noches. Después, sólo cuando tengo algún miedo o algo muy importante que hacer.
Ahora sé que ella sólo está aquí para cuidarme y no darme ningún mensaje. Ya no me quiere dar ramos de flores porque sabe que les tengo mucho miedo, porque es la forma en la que ella se presentó a mi. Ahora, cuando la sueño, solamente me da una sonrisa y eso quiere decir que las cosas van a mejorar.
Gracias por dedicarle un poco de su tiempo a esta historia. Atentamente: Judith.
Soy una mujer de 25 años, originaria de Jalisco, México. Cuando tenía 17 años empecé a soñar con una joven que siempre me llevaba flores. Era siempre un ramo de flores blancas. El tipo de ramo es como el que envían a los difuntos para su velación. Siempre al verla en el sueño, me daba miedo, pero sabía que algo me quería decir. Después de soñarla casi todos los días, durante un mes, decidí buscar al padre de la parroquia que se encuentra cerca de mi casa para preguntarle que hacer, a lo que él me contestó que quizás era mi ángel que me quería proteger, o algún alma del purgatorio que quería que le cumpliera algún favor que no pudo hacer en vida. Me aclaró que si era lo segundo, le mandara oficiar una misa para que descansara en paz. Y así lo hice. Le mandé oficiar una misa por las dudas.
Sin embargo la seguía soñando. A veces descansaba una semana, pero seguían tres. Y así paso un año. Justo una semana antes de cumplir los 18 años, entré a trabajar como empleada doméstica a la casa de un Abogado. A los pocos meses de trabajar allí, llegó de visita una hermana de la señora que provenía de la Ciudad de México, pues había ido a visitar a una tía porque su hija había muerto hacía poco más de un año. La chica y yo nos hicimos muy buenas amigas y me empezó a contar la historia de Carmen, su prima.
Esta chica tenía 17 años cuando falleció. Se suicidó. La causa no la supieron nunca, solamente un día apareció muerta en su habitación con las venas cortadas. A mi me entristeció mucho su historia, y me dijo que traía una foto de ella ya que era muy bonita y en vida era muy agradable. Pero al ver la foto sentí un escalofrío por todo el cuerpo. Carmen era la chica que yo he soñado desde el día de su muerte, el 2 de abril de 1993. Hasta la fecha no sé qué mensaje quiere darme. Le he pedido que me lo diga en sueños (pues presente creo que no lo resistiría), pero no me lo dice. Desde que la hermana de la señora me contó su historia, la soñé un mes seguido, todas las noches. Después, sólo cuando tengo algún miedo o algo muy importante que hacer.
Ahora sé que ella sólo está aquí para cuidarme y no darme ningún mensaje. Ya no me quiere dar ramos de flores porque sabe que les tengo mucho miedo, porque es la forma en la que ella se presentó a mi. Ahora, cuando la sueño, solamente me da una sonrisa y eso quiere decir que las cosas van a mejorar.
Gracias por dedicarle un poco de su tiempo a esta historia. Atentamente: Judith.
sábado, 16 de febrero de 2013
Fotografías de "extras"
Desde mediados del siglo XIX, la fotografía de espíritus o fotografía psíquica , fue una rama fundamental de la investigación parapsicológica. No sólo se fotografiaban humanos fallecidos, también objetos invisibles con ayuda de los propios espíritus, o, como propusieron varios investigadores, gracias a las capacidades de los fotógrafos.
Una serie muy especial de estas imágenes fueron llamadas “extras” y consisten en la aparición de figura de origen paranormal que aparecen en las fotografías además de los objetos fotografiados.
Para los creyentes en la vida después de la muerte la explicación más lógica reside en que los fallecidos quieren demostrarnos la realidad de la existencia de un alma que continua tras llegado el final de la vida en este mundo. No obstante, toda una rama de la investigación psíquica defendía el punto de vista basado en que estos “extras” se producían por la llamada “psicokinesia”; es decir, la influencia de la mente sobre la materia. Así, los pensamientos de los mismos fotógrafos quedaban registrados en las placas y negativos de sus cámaras.
Hoy en día nuevas explicaciones prometen llegar a una comprensión mucho más real de este fenómeno. El mejor ejemplo es el de nuestro compañero Francisco Máñez. En la serie de investigaciones realizadas para confirmar o refutar la teoría del colapso, Máñez trabajó en el tema de las psicoimágenes (imágenes obtenidas en monitores de televisión) obteniendo los mismos resultados observados por la parapsicología en las fotos psíquicas durante más de un siglo, pero, claro está, gracias a los modernos sistemas técnicos, acelerando la obtención de resultados.
Resumiendo excesivamente sus ideas, estas imágenes se formarían debido a que cualquier sistema que dependa en grado sumo del azar o sea completamente caótico, siempre tenderá hacia formas reconocibles para la mente humana.
Su teoría del colapso ha dado mucho que hablar en estos años dentro de la parapsicología, prometiendo hallar explicaciones a múltiples preguntas que van más allá de los propios fenómenos paranormales.
Aquí os presentamos dos ejemplos de fotografías psíquicas para que los lectores puedan juzgar. Para que puedan ser observadas con detalle y, de este modo, formaros una opinión con estas imágenes:
Esta primera imagen fue entregada por una respetable viuda de Washington D. C. al escéptico sacerdote Carlos M. de Heredia. Tras pasar siete meses desde la muerte de su marido, durante una comida en el campo, uno de sus hijos realizó esta fotografía. Cuando fue revelada uno de sus nietos exclamó "abuelita, aquí está mi abuelito".
El mariscal inglés del aire Sir Victor Goddard, autor del libro Vuelo hacia la realidad, conservaba esta extraña foto. Tras la última hilera de hombres retratados en el grupo apareció una cara que fue de inmediato identificada como la del aviador que pocos días antes había hallado la muerte al pasar bajo la hélice en marcha de un avión.
Una serie muy especial de estas imágenes fueron llamadas “extras” y consisten en la aparición de figura de origen paranormal que aparecen en las fotografías además de los objetos fotografiados.
Para los creyentes en la vida después de la muerte la explicación más lógica reside en que los fallecidos quieren demostrarnos la realidad de la existencia de un alma que continua tras llegado el final de la vida en este mundo. No obstante, toda una rama de la investigación psíquica defendía el punto de vista basado en que estos “extras” se producían por la llamada “psicokinesia”; es decir, la influencia de la mente sobre la materia. Así, los pensamientos de los mismos fotógrafos quedaban registrados en las placas y negativos de sus cámaras.
Hoy en día nuevas explicaciones prometen llegar a una comprensión mucho más real de este fenómeno. El mejor ejemplo es el de nuestro compañero Francisco Máñez. En la serie de investigaciones realizadas para confirmar o refutar la teoría del colapso, Máñez trabajó en el tema de las psicoimágenes (imágenes obtenidas en monitores de televisión) obteniendo los mismos resultados observados por la parapsicología en las fotos psíquicas durante más de un siglo, pero, claro está, gracias a los modernos sistemas técnicos, acelerando la obtención de resultados.
Resumiendo excesivamente sus ideas, estas imágenes se formarían debido a que cualquier sistema que dependa en grado sumo del azar o sea completamente caótico, siempre tenderá hacia formas reconocibles para la mente humana.
Su teoría del colapso ha dado mucho que hablar en estos años dentro de la parapsicología, prometiendo hallar explicaciones a múltiples preguntas que van más allá de los propios fenómenos paranormales.
Aquí os presentamos dos ejemplos de fotografías psíquicas para que los lectores puedan juzgar. Para que puedan ser observadas con detalle y, de este modo, formaros una opinión con estas imágenes:
Esta primera imagen fue entregada por una respetable viuda de Washington D. C. al escéptico sacerdote Carlos M. de Heredia. Tras pasar siete meses desde la muerte de su marido, durante una comida en el campo, uno de sus hijos realizó esta fotografía. Cuando fue revelada uno de sus nietos exclamó "abuelita, aquí está mi abuelito".
El mariscal inglés del aire Sir Victor Goddard, autor del libro Vuelo hacia la realidad, conservaba esta extraña foto. Tras la última hilera de hombres retratados en el grupo apareció una cara que fue de inmediato identificada como la del aviador que pocos días antes había hallado la muerte al pasar bajo la hélice en marcha de un avión.
Una británica descubre un fantasma en las ruinas de una aldea en los mapas de Google
Fiona Powell, residente de la ciudad de Bristol (Reino Unido) que estudiaba los alrededores de su oficina en mapas de Google, descubrió en las ruinas de una antigua aldea la sombra de una figura humana, según informan los medios locales.
Así resulta que los mapas de Google pueden mostrar no solo objetos misteriosos en el desierto chino, sino también fantasmas.
Fiona Powell, de 38 años, ha declarado que siempre fue muy supersticiosa y se ha interesado por varios fenómenos paranormales. 'El fantasma' fue descubierto por la mujer, una apasionada por la etnografía territorial de la aldea de Charlton que existía hasta 1946.
Después del incendio que devastó la aldea en 1946, todos los habitantes locales fueron evacuados y más tarde en las ruinas construyeron el aeropuerto de Bristol Filton.
"Obviamente el fantasma podía aparecer solo ahí. Mirando la figura grabada por los mapas de Google, parece que está mirando con atención lo que algún día fue su casa", declaró Fiona Powell. Por ahora los geógrafos no han hecho ningún comentario al respecto.
La historia de Charlton data del siglo XVII, donde estaban situados un castillo de señores feudales, granjas, una iglesia, una taberna y algunas decenas de viviendas. El aeropuerto construido en la segunda mitad del siglo XX fue cerrado el año pasado, lo que provocó un gran aflujo de arqueólogos. Las autoridades locales planean construir en este terreno un nuevo pueblo llamado Charlton Hayes.
Fuente
viernes, 15 de febrero de 2013
Explosiones sin explicación racional
El 12 de diciembre de 1951 en Dallas, Texas, se produjo una fuerte explosión que causó roturas de cristales y que zarandeó muchos coches, según describieron los automovilistas que presenciaron el hecho. La Policía local y el propio F.B.I. realizaron una exhaustiva investigación sin llegar a ninguna conclusión. Se controlaron cuidadosamente todas las instalaciones militares próximas de Dallas donde se hubiera podido producir la explosión, pero no se encontró nada. Nadie, jamás, pudo dar una explicación al suceso.
El 12 de abril de 1857, en San Gabriel, California, una explosión similar dejó un agujero de un metro de profundidad en el patio de una casa de habitada por una familia llamada Murphy. El ejército, la aviación y los servicios de información han venido realizando inspecciones del agujero hasta hoy, sin que ninguno de ellos sepa todavía darle una explicación.
En la noche del 6 de abril de 1967, en los suburbios de Washington, se escucharon unos ruidos que sonaban algo así como “bip bip bip”. El fenómeno duró tres días y muchos fueron los testigos que lo escucharon; incluso los hubo que grabaron los ruidos en cintas magnetofónicas.
En Ohio, en 1927, se produjeron unas explosiones que se prolongaron hasta enero de 1928. Los habitantes se quejaron a la policía pero éstos no pudieron encontrar explicación alguna.
El 27 y 28 de mayo de 1968, las centralitas telefónicas de la policía de Boston, se vieron colapsadas por las reclamaciones de la gente. Un zumbido agudo y de ritmo bien definido, se hizo presente en la región. Dos minutos de zumbidos, seis de interrupción y el fenómeno volvía a repetirse. Ni la policía, ni los meteorólogos, ni los astrónomos del Universidad de Harvard, ni los federales y autoridades locales, supieron jamás dar una explicación. Ni siquiera se supo la dirección del que procedían los zumbidos.
¿Qué son todas estas cosas? ¿Se trata de un fenómeno aparentemente normal el cual no hemos acertado todavía a descubrir su origen? ¿O por el contrario es algo que se escapa a la compresión y la competencia humana? De momento, desde luego, no lo sabemos.
El 12 de abril de 1857, en San Gabriel, California, una explosión similar dejó un agujero de un metro de profundidad en el patio de una casa de habitada por una familia llamada Murphy. El ejército, la aviación y los servicios de información han venido realizando inspecciones del agujero hasta hoy, sin que ninguno de ellos sepa todavía darle una explicación.
En la noche del 6 de abril de 1967, en los suburbios de Washington, se escucharon unos ruidos que sonaban algo así como “bip bip bip”. El fenómeno duró tres días y muchos fueron los testigos que lo escucharon; incluso los hubo que grabaron los ruidos en cintas magnetofónicas.
En Ohio, en 1927, se produjeron unas explosiones que se prolongaron hasta enero de 1928. Los habitantes se quejaron a la policía pero éstos no pudieron encontrar explicación alguna.
El 27 y 28 de mayo de 1968, las centralitas telefónicas de la policía de Boston, se vieron colapsadas por las reclamaciones de la gente. Un zumbido agudo y de ritmo bien definido, se hizo presente en la región. Dos minutos de zumbidos, seis de interrupción y el fenómeno volvía a repetirse. Ni la policía, ni los meteorólogos, ni los astrónomos del Universidad de Harvard, ni los federales y autoridades locales, supieron jamás dar una explicación. Ni siquiera se supo la dirección del que procedían los zumbidos.
¿Qué son todas estas cosas? ¿Se trata de un fenómeno aparentemente normal el cual no hemos acertado todavía a descubrir su origen? ¿O por el contrario es algo que se escapa a la compresión y la competencia humana? De momento, desde luego, no lo sabemos.
Más explosiones en el aire
En una ocasión anterior hablamos de extrañas explosiones aéreas producidas en el aire, sin que nadie supiera su procedencia ni el motivo de dicho estallido. En esta ocasión, hablaremos de otra tan extraña o más, si cabe.
En la noche del 18 de agosto de 1977, los residentes de Gainesville, Fla, pensaron que volvían los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Entre las 10 y las 10:30 de la noche, el cielo se estremeció como si una gigantesca flotilla de bombarderos la atravesaran ala con ala.
Inmediatamente los teléfonos de las emisoras de radio, televisión y periódicos fueron invadidos con llamadas. Estos, a su vez, se apresuraron a llamar a la Base Aérea más cercana en busca de noticias.
“No tenemos ningún bombardero súper pesado en el aire” fue la escueta respuesta de los militares.
Todo el mundo miraba hacia un cielo estrellado y sin nubes. Un cielo típico de verano... y cargado de sonidos extraños.
Como suele ocurrir en estos casos, jamás se averiguó el motivo de los sonidos.
En la noche del 18 de agosto de 1977, los residentes de Gainesville, Fla, pensaron que volvían los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Entre las 10 y las 10:30 de la noche, el cielo se estremeció como si una gigantesca flotilla de bombarderos la atravesaran ala con ala.
Inmediatamente los teléfonos de las emisoras de radio, televisión y periódicos fueron invadidos con llamadas. Estos, a su vez, se apresuraron a llamar a la Base Aérea más cercana en busca de noticias.
“No tenemos ningún bombardero súper pesado en el aire” fue la escueta respuesta de los militares.
Todo el mundo miraba hacia un cielo estrellado y sin nubes. Un cielo típico de verano... y cargado de sonidos extraños.
Como suele ocurrir en estos casos, jamás se averiguó el motivo de los sonidos.
jueves, 14 de febrero de 2013
¿Experiencias alucinatorias?
He leído las historias de fantasmas en vuestro blog de “historias del mas allá” y yo también tengo una historia que contar. Yo vivía antes en una casa pequeña. Era un entresuelo. Estuve siete años. Los seis primeros, muy bien, pero en febrero del séptimo año, empecé a oír voces dentro de mi cabeza y pensé que me estaba volviendo loco.
No podía ni dormir y sentía, muchas veces, cuando estaba tumbado en el sofá o la cama, como si estuviera haciendo el amor con una persona, incluso por las noches. Una noche, me vi cómo me elevaba mientras dormía; veía mi cuerpo en la cama y a su lado, una mujer con el pelo largo, vestida de negro y muy guapa.
Otra noche salían, de un lado de mi cama, como unas manchas negras que se agarraban a mi cuello y no me dejaban respira. Me despertaba asfixiado . Esto de las manchas me pasó varias noches, hasta que en una de ellas, aparecieron otra vez las manchas y la mujer. En esta ocasión ella me dijo: “ tu puedes”, entonces salí de mi cuerpo y deshice la mancha. Otra noche salieron varias manchas, pero yo salí de mi cuerpo y las deshice.
Un día, sentado, viendo la tele, vi tres rostros de personas en la pared, y de pronto se me vino a la cabeza el siguiente pensamiento: “van ha morir tres”, yo le pedía a Dios que terminara con las voces de mi cabeza, porque no podía ni dormir. No sabia el padrenuestro pero se me venia a la cabeza que tenia que rezarlo. Al día siguiente, en la caja de herramientas de mi padre, apareció un padrenuestro escrito en un papel y a maquina.
Mi padre hacía 5 años que había muerto, pero estaba escrito como con su maquina de escribir. Al octavo año, nos mudamos de casa, y la casualidad hizo que la otra vivienda fuera también el número 7. En la antigua casa se mudaron tres personas mayores, y murieron las tres en tres semanas, fue entonces cuando recordé lo que vi en la pared; eso de: “van a morir tres”.
En la nueva casa nueva sentí una noche cómo me daban palmadas en el trasero haciéndome despertar. A veces siento brisas frías, con todas las puertas cerradas, o que me tocan el pelo. También voces metalizadas saludándome. Tuve unos problemas con unos vecinos en esta casa. No nos llevábamos bien y una noche le pregunté a Dios qué era esto que me pasaba.
No sé si era un sueño u otra cosa, pero me vi tumbado en la cama y encima de mi un ángel de rodillas, con un cáliz en la mano del que salía una luz muy bonita y varias mujeres a mi alrededor que decían que eran mis amigos. El ángel no dejaba pasar una mancha negra que me quería coger y me decía que no me preocupara.
Al día siguiente me enteré que mis vecinos se mudaban de casa. Una vez, en sueños, soñé que mi perro moría desangrado y una persona que salía de improviso en el sueño, me dijo no me preocupara, que la sangre no era mía. Al día siguiente murió mi perro de un vomito de sangre, murió desangrado. Me han pasado muchas más cosas que aquí no he escrito. No sé si ustedes me pueden decir algo sobre esto y a quien me tengo que dirigir para que me escuchen. Gracias.
No podía ni dormir y sentía, muchas veces, cuando estaba tumbado en el sofá o la cama, como si estuviera haciendo el amor con una persona, incluso por las noches. Una noche, me vi cómo me elevaba mientras dormía; veía mi cuerpo en la cama y a su lado, una mujer con el pelo largo, vestida de negro y muy guapa.
Otra noche salían, de un lado de mi cama, como unas manchas negras que se agarraban a mi cuello y no me dejaban respira. Me despertaba asfixiado . Esto de las manchas me pasó varias noches, hasta que en una de ellas, aparecieron otra vez las manchas y la mujer. En esta ocasión ella me dijo: “ tu puedes”, entonces salí de mi cuerpo y deshice la mancha. Otra noche salieron varias manchas, pero yo salí de mi cuerpo y las deshice.
Un día, sentado, viendo la tele, vi tres rostros de personas en la pared, y de pronto se me vino a la cabeza el siguiente pensamiento: “van ha morir tres”, yo le pedía a Dios que terminara con las voces de mi cabeza, porque no podía ni dormir. No sabia el padrenuestro pero se me venia a la cabeza que tenia que rezarlo. Al día siguiente, en la caja de herramientas de mi padre, apareció un padrenuestro escrito en un papel y a maquina.
Mi padre hacía 5 años que había muerto, pero estaba escrito como con su maquina de escribir. Al octavo año, nos mudamos de casa, y la casualidad hizo que la otra vivienda fuera también el número 7. En la antigua casa se mudaron tres personas mayores, y murieron las tres en tres semanas, fue entonces cuando recordé lo que vi en la pared; eso de: “van a morir tres”.
En la nueva casa nueva sentí una noche cómo me daban palmadas en el trasero haciéndome despertar. A veces siento brisas frías, con todas las puertas cerradas, o que me tocan el pelo. También voces metalizadas saludándome. Tuve unos problemas con unos vecinos en esta casa. No nos llevábamos bien y una noche le pregunté a Dios qué era esto que me pasaba.
No sé si era un sueño u otra cosa, pero me vi tumbado en la cama y encima de mi un ángel de rodillas, con un cáliz en la mano del que salía una luz muy bonita y varias mujeres a mi alrededor que decían que eran mis amigos. El ángel no dejaba pasar una mancha negra que me quería coger y me decía que no me preocupara.
Al día siguiente me enteré que mis vecinos se mudaban de casa. Una vez, en sueños, soñé que mi perro moría desangrado y una persona que salía de improviso en el sueño, me dijo no me preocupara, que la sangre no era mía. Al día siguiente murió mi perro de un vomito de sangre, murió desangrado. Me han pasado muchas más cosas que aquí no he escrito. No sé si ustedes me pueden decir algo sobre esto y a quien me tengo que dirigir para que me escuchen. Gracias.
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