martes, 26 de febrero de 2013

El garaje que levitó

Teddy Bix, de Albany, Nueva York, se encontraba limpiando sus instrumentos de pesca en su portal.

Teddy, era un aficionado a los deportes y acababa de comprar una especie de garaje portátil de aluminio donde guardaba todos sus utensilios. Nuestro protagonista se encontraba mirando su nueva adquisición cuando de repente, una especie de explosión sorda se dejó sentir en el aire. Teddy miró en derredor creyendo que algún avión se acaba de estrellar contra el suelo pero con lo que se encontró fue con su propio garaje elevándose en el cielo lentamente y en forma horizontal.

Una vez que alcanzó cierta altura, el garaje empezó a ejercer un ligero balanceo tras lo cual se agitó violentamente a unos cincuenta pies de altura, para terminar echo pedazos como si una mano invisible la hubiese estrujado con una fuerza titánica y arrojado al suelo convertido en minúsculos pedazos.

En ese instante, William Rider, vecino de Teddy, volvía de su trabajo y vio el fantasmagórico suceso. Más tarde diría:

“Casi no podía creer lo que veía. Allí estaba el garaje de Teddy en el aire sobre mi cabeza. Sólo me dio tiempo de cerrar la ventanilla del auto antes de que comenzara a caer una verdadera lluvia de metales rotos en los alrededores. En ese momento tuve la seguridad de que había algo en este mundo que nos controla aún cuando no podemos verlo.”

Quizás William Rider tuviera razón.

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