lunes, 4 de febrero de 2013

La descalza

Otra historia remitida por una lectora de México:

Esto que les voy a relatar, le sucedió hace varios años a un familiar mío (no pongo nombres puesto que ahora mi familiar es una persona mayor y niega lo sucedido. Pienso que bloqueó esa parte de su vida), él tendría unos 7 u 8 años. En ese tiempo él vivía en un pueblito de Guanajuato (México) con uno de sus hermanos mayores recién casado, para que terminara su año escolar en la escuela del pueblo. Mi familiar siempre se destacó por ser un niño muy aplicado e inteligente. Mientras su hermano trabajaba de sastre, él se quedaba con su cuñada. Dentro de sus juegos le encantaba ir al corral a robarle los huevos a las gallinas y comérselos.

Un tiempo después la esposa de su hermano notó que el niño se volvió triste, callado, y hasta le sorprendió que ya no se comiera los huevos de las gallinas, contándole a su esposo este comportamiento del niño. Cuando su hermano le preguntó que le pasaba no le quiso contar nada. Preocupado, su hermano no tuvo mas remedio que comunicarse con su mamá al D. F. (donde ella vivía), para que fuera a Guanajuato a ver a su hijo, ya que también en la escuela le comentaron que estaba bajando en sus calificaciones.

Cuando llegó su mamá, su hijo le contó que desde hacía un tiempo, todas las noches escuchaba como se iba acercando por el pasillo, hasta su cuarto, una mujer (sabía que era una mujer porque se oían las pisadas de mujer sobre los tabiques sueltos del pasillo), en esos momentos él se tapaba todo hasta su cabeza y sentía como se acercaba a su cama y en su oído murmuraba cosas que no entendía; pero como no hacía caso, se molestaba y después de un empujón que le daba y un quejido de molestia, se retiraba. Esto sucedía todas las noches. Preocupada su mamá por este relato, fue en busca de una señora que se dedicaba a dar “limpias”, contestándole que iría a la casa para ver de qué se trataba.

Al día siguiente llegó la mujer a ver al niño, decidiendo realizarle una curación, ya que comentó que la muerta se lo quería llevar y que si se tardaban un poco más la criatura se podía morir. Ese mismo día comenzó la curación. La curandera llevó diferentes cosas, las cuales comenzó a quemar en un anafre. Después le decía a mi familiar que se acostara en su cama. Curiosamente la curandera le gritaba en el oído por su nombre diciendo que regresara con su mamá, que no se quedara en ese lugar. Fue tanto el enojo de su mamá, que maldijo en voz alta a la muerta y le dijo que no se metiera con él, que mejor se metiera con ella.

Después de éste proceso, que no recuerdo cuantas veces lo tuvieron que hacer, todo volvió a la normalidad sin saber por qué o qué fue lo que ocasionó que esta muerta, a la cual le llamaron “la descalza”, quisiera llevarse a mi familiar.

Eso es todo. Gracias.

Ma. Jesús Flores

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