martes, 12 de febrero de 2013

El esqueleto vampiro

Sí, han leído ustedes bien. Un esqueleto vampiro. Un título como este bien podría formar parte de una mala novela de corte gótico, si no fuera porque este ser fue visto en la realidad, en el verano de 1875, en la localidad de Cumberland, Inglaterra.

En la finca de Croglin May, Miss Amelia Cranswell se encontraba despierta en la cama cuando, de pronto, una forma fantasmal, semejante a un esqueleto, abrió la ventana y entró en la estancia. Los gritos de la joven alertó a sus dos hermanos, Edward y Michael, que salieron raudos hasta la puerta cerrada, derribándola a golpe de hombro.

Cuando lograron entrar, descubrieron a su hermana tirada en el suelo con un chorro de sangre manándole del cuello y los hombros, y más allá, a una figura de aspecto esquelético escapando por la ventana. Los dos muchachos trataron de darle caza, pero consiguió eludirles perdiéndose en la maleza.

Otras mujeres de la vecindad, denunciaron ataques similares por parte de una presencia esquelética. Durante aquel año, y en los posteriores, el Condado de Cumberland se vio afectada por una matanza inusitada de ovejas.

Y es que a veces, la realidad supera con creces a la ficción.

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