viernes, 1 de febrero de 2013

La mano que mece la cuna

Nos llegó este interesante e-mail, de un amigo de Málaga, España. Su historia, aunque sencilla, no deja de resultarnos interesantes para añadir a nuestra sección. Reproducimos íntegramente su escrito y aprovechamos la ocasión para agradecerle su confianza en nosotros.

Esto es lo que nos contaba:

“Hola, me llamo Juanjo, y a decir verdad no estoy seguro de si hago bien en escribir esto, pues no soy persona dada a “llamar la atención" ni de contar cosas que puedan resultar “extrañas".

Vivo en Málaga y tengo 20 años, mi madre es una persona bastante seria y una vez me comento lo siguiente: Estando yo en la cuna con unos meses de edad, ella salió un momento del cuarto y fue hasta la cocina a por mi biberón. Al volver se encontró sentado en la mesita de noche a mi abuelo, recientemente fallecido y que vivía con nosotros, meciéndome. Tal fue la claridad con la que mi madre lo vio, que no reparó en que había muerto (por raro que parezca), y entabló una conversación con él. Ella le preguntó que si no estaba incomodo allí sentado; pero él no respondió. Al instante mi madre se sobresaltó dándose cuenta de lo que estaba pasando y se giró hacia la cuna. Ya no estaba mi abuelo, pero mi cuna se balanceaba... Puede que esto para ustedes no sea nada, pero en mi casa aún se comenta.

Con relación a un articulo de "Ángel de la guarda", que ustedes publicaron, quisiera comentar que yo no soy creyente en absoluto, pero yo sólo he pedido dos favores en la vida en forma de rezo y las dos se me han cumplido de una forma rápida y sorprendente. A veces pienso que fue fruto de la casualidad, pero otras pienso que esos deseos eran demasiado complicados como para que me sucedieran.

Bueno, esto es todo, decirles que me gusta mucho su pagina y gracias.”

El agradecimiento es nuestro, Juanjo.

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