He aquí una historia realmente curiosa. Desconocemos quién fue exactamente su protagonista, pero sabemos que es una alemana y que el relato apareció en un semanario de dicho país en los años setenta. La experiencia transcurrió cuando dicha mujer decidió escalar los Alpes bávaros en los años cincuenta. Esto es lo que contaba:
Comprenderá que es una escalada algo pesada, pero hay buen camino para subir y y también para bajar, sólo que no hay que pasarlo por alto, como hice yo. Había comenzado el descenso un poco tarde ya empezaba a faltar la luz, por lo que me encontré en un posición realmente peligrosa.
De hecho, un año después un joven cayó y se mató exactamente en el mismo lugar en el que yo tuve conciencia de hallarme en una posición casi desesperada. De pronto, vi una especie de gran bola de luz que se condensó, tomando la forma de un caballero alto, de aspecto algo achinado.
Lo extraordinario fue que no sentí ni pizca de miedo o de asombro; en ese momento todo me pareció muy natural. El caballero se inclinó, dijo unas palabras, me condujo hasta el sendero de los turistas y desapareció en forma de bola de luz.
¿Una alucinación? ¿Un ente real? Por desgracia no podemos dar una explicación.
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